viernes, 15 de mayo de 2015

CUANDO LOS OBREROS LUCHARON POR LA PAZ Centenario del Congreso por la Paz de Ferrol


Diagonal con motivo del centenario del Congreso por la Paz de Ferrol de 1915

Si algo distinguió al movimiento obrero internacional desde su nacimiento fue la lucha que mantuvo por la paz. Pero no una paz indiferente. Frente a las guerras que denunciaban de las distintas potencias del momento oponían la lucha de clases. O lo que en terminología anarquista llamaban la guerra social.
Esa posición casi unánime del movimiento obrero, con la peculiaridad de cada escuela, la vino a romper el estallido de la Primera Guerra Mundial. Frente a todo el pacifismo, antimilitarismo e internacionalismo proletario precedente, el movimiento obrero socialista explotó y muchos de los partidos socialistas votaron los créditos de guerra en sus países. Aun así el socialismo no fue un bloque. Pequeños grupos se opusieron a la guerra, teniendo a nivel internacional la figura de Jaurès como eje. En España lo representó Andrés Saborit, Núñez de Arenas, García Cortes y las Juventudes Socialistas de Ramón Lamoneda.
El anarquismo, por parte, fue más uniforme. Su oposición a la guerra fue más general a pesar de que hubo un pequeño grupo que dudó ante la misma. La posición firme de Malatesta contra la guerra fue eficiente y la amplia mayoría del anarquismo se decantó por ello. Las posiciones del histórico Kropotkin quedaron en minoría.
No es de extrañar pues que fuese por iniciativa anarquista la celebración de un congreso internacional por la paz.

El Congreso por la Paz de Ferrol

Algo que distinguió a España de otros países fue que una misma organización, la CNT, se opuso en bloque a la Guerra Mundial. El anarquismo español fue casi monolítico en este aspecto, a excepción de figuras concretas como Ricardo Mella, Federico Urales o Soledad Gustavo.
Esta oposición a la guerra hizo que el anarquismo español impulsase la celebración de un congreso por la paz que tuvo como sede la ciudad de Ferrol. A pesar de que desde inicios de 1915 la prensa anarquista comenzó una fuerte campaña contra la guerra, fue por iniciativa del Ateneo Sindicalista de Ferrol que se comenzó a organizar el congreso, estructurado en tres puntos:
1. Medios rápidos para acabar con la guerra europea.
2. Orientaciones futuras para evitar crímenes de lesa humanidad.
3. Desarme de los ejércitos.
El congreso quedó convocado para los días 29 de abril y 1 y 2 de mayo de 1915. Su secretario sería José López Beunza. Y a él acudirían las figuras más importantes del anarquismo español del momento: Mauro Bajatierra, Ángel Pestaña, Francisco Miranda, Antonio Loredo, etc. Estaba convocado a dicho congreso todas las corrientes obreristas y de distintos países. Los convocantes eran conscientes de la dificultad del congreso. Muchos delegados no podrían acudir al mismo por la situación de guerra generado. Y otros no estaban de acuerdo con el modelo de organización del mismo. En este caso se situaron los socialistas, ya que siguiendo los postulados aliadófilos de Pablo Iglesias, no apoyaron el Congreso de Ferrol.
Igualmente los convocantes encontraron otro escollo. El gobierno de Eduardo Dato prohibió la celebración del congreso argumentado que se preparaba una reunión internacional de anarquistas.
A pesar de todos estos inconvenientes el congreso inició sus sesiones con delegados españoles, portugueses y una indirecta de franceses. En la primera sesión se debatió el nombramiento de un comité permanente del Congreso por la Paz, que tuviese cinco miembros y que tuviera como objetivo introducir la propaganda antibélica en las propias trincheras. La sede del comité estaría en Lisboa. En esa sesión se marcó también la impronta del antiparlamentarismo, criticando la actitud del gobierno español contra el congreso y de los socialistas por no apoyarlo.
La siguiente sesión no contó con la presencia de los delegados portugueses que fueron expulsados de España por orden gubernativa. La protesta de los delegados españoles no se hizo esperar, pero el congreso se reanudó con solo presencia española. Incluso se valoró la posibilidad de convocar una huelga general en señal de protesta pero fue rechaza la idea por iniciativa de Mauro Bajatierra y Francisco Miranda.
Dada esta situación los temas del congreso variaron y comenzaron a debatir sobre la reorganización de la CNT que hacía unos meses que había salido de la clandestinidad. Contra la guerra se vio prioritario el reforzamiento de la CNT y del periódico Solidaridad Obrera. Aquí ya se sentaron las bases de los que sería los acuerdos del Congreso de Sans de 1918 y del Congreso de la Comedia de 1919.
Fue la última sesión que se celebró en el congreso. Cuando estaba a punto de finalizar aparecieron delegaciones de Gijón y de Cuba que fueron puestas al día de lo debatido.
A pesar de lo difícil de la situación la impronta de este congreso se dejó sentir. Su iniciativa y sus acuerdos fueron la base del anarquismo internacional contra la guerra. Y también significó el definitivo afianzamiento de la CNT en el seno del movimiento obrero español.


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