viernes, 30 de agosto de 2019

¿Quién fue el padre de Alfonso XII?



Isabel II tuvo doce hijos, ninguno de su marido y uno de ellos fue Alfonso XII. ¿Quién fue el padre de Alfonso XII?

Desde hace mucho tiempo he investigado la historia de los borbones, sus contradicciones, sus torpezas, ambiciones, amancebamientos, infidelidades, traiciones, la mejor forma de ser afianzar el republicanismo en España es conociendo la historia de sus reyes, ninguno destacó por su honradez, humanidad, ética o amor al pueblo que les permitía vivir a cuerpo de rey.
Todos los borbones tienen mucho en común, todos tienen muchas zonas oscuras que los deslegitimarían para continuar como estirpe reinante en cualquier país civilizado, salvo en España, pues todos los vicios habidos y por haber ha tenido dicha dinastía que tuvo bajo su cetro el mayor imperio conocido, y que por torpeza, traición y ambición perdieron. La independencia de los países latinoamericanos posiblemente se habría producido igualmente, pues la emancipación de los pueblos termina siendo una necesidad vital cuando depende de una lejana metrópoli que les ignora. No obstante, de haber sido otros, habría sido de manera civilizada y al estilo de la “Commonwealth” británica, y posiblemente hoy, de no haber estado al frente de España tan torpes como ambiciosos personajes la comunidad de naciones hispanas sería una feliz realidad.
  A pesar de mis muchas investigaciones, llegando al reinado del peor de todos los borbones, Fernando VII y de su archiconocida hija, Isabel II, me surgieron muchas dudas, había muchas cuestiones que no me cuadraban. Entonces conocía a María Nieves Michavila Gómez, investigadora seria, no como yo que soy un simple aficionado. Todas las dudas me las aclaró en una misma conversación la autora de “Voces desde el más allá de la historia”, porque ella, además de investigadora, conoce testimonios de primera mano que afectan a su propia familia, ya que posiblemente, borbones y María Nieves Michavila, comparten un ascendiente común el oficial de Ingenieros Federico Puig Romero, mandado asesinar; posiblemente, por su amante Isabel II.
Los libros de historia nos dicen, sin embargo, que fue su amigo, Puig Molto el padre de Alfonso XII; no obstante,  Isabel II tenía muy poderosas razones para ocultar la paternidad real de quien sería rey, como bien explica María Nieves Michavila:
“Para Isabel II era imprescindible ocultar al Santo Padre, padrino de su hijo Alfonso, la existencia de hermanos comunes con el progenitor de su hijo. A esto se unía el peligro de que saliera a la luz una información muy grave para la dinastía Borbón que hizo cambiar la actitud de Fernando VII hacia los huérfanos Puig Romero, pasando del más absoluto despotismo a todo tipo de concesiones, recurriéndose a falsificaciones y bolsillo secreto del rey.”
Partiendo de los testimonios orales de la propia familia de la investigadora,  María Nieves Michavila Gómez comienza las pesquisas durante más de diez años para saber la verdad sobre el asesinato de su ascendiente el coronel Federico Puig Romero. Surgiendo de esta investigación “Voces desde el más allá de la historia”. El libro en cuestión aporta muchas novedades y vías de investigación sobre quién fue el verdadero padre de Alfonso XII y las intrigas que en torno a esa paternidad se dieron. Siendo un libro de investigación histórica que no me cabe duda de que sentará las bases para que otros investigadores continúen la labor emprendida por María Nieves Michavila Gómez.
Es importante conocer la historia, pero la historia se escribe en no pocas ocasiones a sueldo de quien tiene el poder. Voces desde el más allá de la historia, nos muestra con más seriedad que yo voy a exponer aquí, la historia no oficial. La historia que es preciso investigar y que María Nieves Michavila lleva a cabo de manera rigurosa, sirviéndose a través de una investigación tenaz y exhaustiva y a la vez de fuentes directas llegadas directamente de sus antepasados, mostrándonos uno de los secretos mejores guardados de los borbones españoles: ¿Quién fue el padre de Alfonso XII?
La legitimidad de la monarquía se basa en la sangre del rey transmitida por vía sexual a la reina, pero los borbones, casi todos ellos muy “amorosos”, no dan los perfiles, ni reyes ni reinas de que esa legitimidad de la sangre se transmite realmente. Voces desde el más allá de la historia, nos demuestra que la historia se manipuló para ocultar esa falta de legitimidad.

Todos le dan a Isabel II fama de promiscua y de ninfómana (incluso hay un libro  satírico de los hermanos Bécquer, que de ser publicado en España, ahora, llevaría a sus autores a la cárcel). A pesar de ello, Isabel II no era diferente al resto de los borbones, incluido el rey enerito Juan Carlos de Borbón, el heredero de Franco. Baste un breve repaso por la monarquía que dilapidó con su torpeza y arrogancia el mayor imperio de la historia: 

En el siglo XVIII hasta el momento presente, comienza a reinar   la dinastía en España los borbones, periodo durante el cual hubo guerras de sucesión, guerras dinásticas y para desgracia de España, dos restauraciones  dinásticas después de habernos librado de ellos, al grito de “borbones nunca más”, la primera después del golpe de Estado que acabó con la primera república española, y la segunda tras la imposición del dictador Francisco Franco, que dio lugar a la actual monarquía borbónica de raíces y espíritu franquistas. No obstante, lo que siempre, desde el primer instante lo que todos tuvieron en común fue su ambición desmedida en todos los aspectos de la existencia y sus, de devaneos sexuales, para los cuales no dudaron en asesinar o premiar a quienes pudiesen ser un obstáculo para sus caprichos.

Un breve repaso por la dinastía hasta la susodicha reina ninfómana nos demuestra que Isabel II, no era diferente del resto de su estirpe, sus descendientes, Alfonso XII, Alfonso XIII (productor de cine porno e introductor del mismo en España) y el heredero de Franco, Juan Carlos I, siguieron esos mismos parámetros de conducta, en todos los aspectos:

La dinastía comienza con Felipe V, gobernante de pocas luces y desarreglos mentales, era prototipo de  " enfermo imaginario" unos días y se creía difunto otros, mandando que lo enterrasen...
 No se cortaba el pelo ni las uñas de los pies. Por la noche mandaba a encender cientos de luces y de día mandaba correr todas las cortinas y permanecía en oscuridad. Se quedó viudo pronto y sus cortesanos metieron en su cama hasta sus propias hijas con tal de tenerle contento, eso hasta que se casó con una muy mala mujer, Isabel de Farnesio, la serpiente cascabel menos mortífera que ella, que lo convirtió en un títere de sus tejemanejes.
A continuación, llegó al trono Luis I de Borbón, hijo de Felipe V. se casó con tan solo 16 años y su esposa Luisa Isabel de Orleáns con 13 años. La reina tan solo pensaba en comer, beber, y mostrar sus "encantos"  a la guardia real, y como tenían prohibida  la vida marital por su corta edad, terminó por acostarse con toda la guardia real. El rey, al que el pueblo español llamó el "Bien Amado", mientras la reina disfrutaba del cuerpo de guardia, él lo hacía con las prostitutas que rondaban entonces cerca del Retiro.  Enfermó de viruela y murió sin cumplirse ni un año de su reinado; pero, después de destrozar muchos huertos ajenos al de su esposa.
Fernando VI, “El melancólico” también  era hijo de Felipe V, este nuevo rey era amigo de la soledad, de la suciedad y de golpear a sus servidores, heredando los extravíos mentales de su progenitor, poco más que decir sobre este breve rey.
De Carlos III, poco que decir, solo que fue el mejor de todos los borbones, incluido los actuales; aunque con muchas manías enfermizas.
Carlos IV, hijo del anterior, se creyó un ser superior al resto de los hombres, y lo único que fue el mayor cornudo de la historia de España, y junto con su hijo, uno de los dos mayores traidores a la patria conocidos.  Su esposa y a la vez prima Mª Luisa de Borbón, según los rumores de la época, tuvo varios amantes (siendo el más conocido de ellos Manuel Godoy, válido o primer ministro de su marido) con los cuales tuvo al menos catorce hijos y diez abortos, todo un récord... Suyas fueron las palabras:

“Con la muerte de mi marido desaparece la dinastía Borbón, pues ninguno de mis hijos es suyo”.

Del presunto hijo de Carlos IV, el futuro Fernando VII, además de ser el mayor traidor a España, junto con su padre,  y de ostentar el récord de ser el peor rey de la historia España, tenía otros muchos récords a tener en cuenta:

“Un miembro viril, del mismo tamaño de un pony”, y aquí  no es diminutivo, sino exagerado para un hombre. Con tan extraordinario miembro se dedicaba a violar a toda la que se le ponía por delante con total impunidad. Tuvo cuatro esposas y varias amantes (una de ellas madre del padre del futuro rey Alfonso XII, atentos a este dato, que nos desvela el libro Voces desde el más allá de la historia). Dicen que las malas lenguas que alguna de sus esposas, amantes o marido de sus amantes murieron en extrañas circunstancias. Ahí la gran labor de María Nieves Michavila Gómez, ha buscado y encontrado todo tipo de documentos hasta debajo de las piedras.
Buscando el sucesor al trono, Fernando VII se casó por cuarta vez con la hija de los reyes de Nápoles, M ª Cristina de Borbón, sobrina carnal suya, a la cual, muy romántico él, la violó la noche de bodas. Once meses después nace Isabel II. No es que fuese el embarazo de la burra. Lo cierto es que tuvo nueve hijos más, de los cuales las dos primeras eran hijas del rey, que la palmó, al no estar ya para tanto exceso sexual.
Pasando así a ser María Cristina, la reina o gobernanta de España, recordar:
"María Cristina me quiere gobernar y yo le sigo la corriente"
María Cristina se casó en secreto con un sargento, con el cual tuvo ocho hijos, siendo que no podía casarse, porque de hacerlo no podría haber ejercido de reina regente, la gobernanta debía ponerse vestidos muy anchos para disimular cada uno de sus ocho embarazos. De ella se decía que:
“La Regente es una dama casada en secreto y embarazada en público”.
Su hija, la reina Isabel II subió al trono con 13 años y tres más tarde, ya estaba casada con su primo Francisco de Asís de Borbón, que no podía mear de pie al cual llamaban Paquita Natillas. El cual, como es de suponer, era homosexual y con amante masculino, algo muy respetable, hoy en día, entonces...
De ahí que la reina tuviera varios amantes, uno de ellos Federico Puig Romero, antepasado de la autora del libro Voces más allá de la Historia, María Nieves Michavila.

Isabel II tuvo doce hijos, ninguno de su marido y uno de ellos fue Alfonso XII, que en una carta remitida a los hijos de Federico Puig Romero, les llama hermanos ¿Quién fue el padre de Alfonso XII? Este gran misterio nos lo descubre el libro Voces desde el más allá de la historia, o al menos sienta las bases para descubrir, quién fue el padre de Alfonso XII, porque si algo aporta el libro es un amplio surtido de documentos civiles, militares, políticos, eclesiásticos y diarios de la época.

http://www.xn--espaaporlarepublica-y3b.es/2016/09/isabel-ii-tuvo-doce-hijos-ninguno-de-su.html?m=1&fbclid=IwAR0_XahNVzlmeTpifgqY5FpUVsaAFUXZokx9AkrZHiEn4YTxejmB_E25tJk

sábado, 24 de agosto de 2019

Recordando a Tatiana Bakunin, una figura invisibilizada por la «Historia»



En ocasión del 204 aniversario de su nacimiento, recordamos a Tatiana Bakunin, hermana del revolucionario anarquista Mijaíl Bakunin. Sobre la base de toda la información disponible, Tatiana y sus hermanas fueron tan valientes y creativas como Mijaíl. Tatiana desempeñó repetidamente un papel fundamental detrás de escena en la vida de su hermano y en el desarrollo intelectual de varios otros pensadores importantes. El hecho de que su nombre e ideas no sean ampliamente conocidas hoy atestigua las barreras que enfrentó y las deficiencias del modelo de la historia del «gran hombre».
Casi todo lo que sabemos sobre Tatiana aparece en los márgenes de las historias escritas sobre hombres. Es una de las innumerables personas que permanecen invisibles a través del lente de la memoria patriarcal, que oculta tanto sus contribuciones como las cosas que podría haber logrado si las instituciones y convenciones de su tiempo no hubieran negado su personalidad. Su correspondencia y escritos aún no se han traducido fuera del idioma ruso.
Tatiana y sus hermanas crecieron en el campo ruso estudiando literatura, música e historia. Su padre las crió para hablar varios idiomas, trayendo tutores de Europa occidental; él había recogido ideas liberales durante su juventud trabajando en Italia como diplomático, aunque su visión política cambió luego, tornándose en reaccionario a medida que envejecía. En este entorno, Tatiana Bakunin se distinguió por su amor por la lectura y la escritura y su espíritu reflexivo.

Mientras su hermano Mijaíl se fue de su casa a la edad de catorce años para asistir a la academia militar, Tatiana y sus hermanas continuaron sus estudios hasta la edad adulta. Desarrollaron un misticismo privado basado en la poesía, el sentimiento poderoso y el ascetismo, al que se refirieron entre ellas como la religión. Las hermanas fueron las primeras en la familia en rebelarse, alzándose contra el papel prescrito para las mujeres en la Rusia del siglo XIX como esposas y madres. Cuando sus padres presionaron a la hija mayor, Lyubova, para que se casara con un oficial militar, las hermanas se opusieron a esta elección y finalmente obligaron a sus padres a dejarla romper el compromiso. Tatiana misma nunca se casó.
En 1835, Mijaíl se desempeñaba como oficial de artillería en la ocupación rusa de Polonia. Probablemente inspirado por el rechazo de sus hermanas a ese papel socialmente impuesto, Mijaíl se ausentó y dejó el ejército. Cuando llegó a casa, Tatiana y Lyubova lo llevaron a Moscú para presentarle a sus amigos, incluido Nikolai Stankevich, un estudiante de filosofía y organizador de un grupo de lectura independiente. Juntos, Nikolai, Mijaíl, Tatiana y las otras hermanas Bakunin estudiaron, Kant, Fichte y Hegel, y comenzaron a desarrollar los ideales por las cuales Mijail se hizo famoso más tarde.
Tatiana también mantuvo relaciones intelectuales apasionadas con Vissarion Belinski, uno de los críticos más influyentes en la historia de la literatura rusa, y más tarde, con Ivan Turgenev, el autor que popularizó el concepto de nihilismo con su novela Padres e hijos.

Mi amor no cabe en ninguna de tus categorías. Llámalo locura o lo que quieras. Estaba simplemente enamorada; y antes de darme cuenta, pasé días que incluso ahora es una alegría recordar … Viví con todo mi corazón y alma, cada vena en mí palpitaba de vida, todo a mi alrededor estaba transfigurado. ¿Por qué debo renunciar ahora a todo esto?

-Tatiana Bakunin, reflexionando sobre su relación con Turgenev en correspondencia con su hermano en la década de 1850Después de la represión de las revoluciones de 1848, Mijaíl Bakunin fue capturado y sentenciado a muerte en tres países, luego condenado a cadena perpetua en Rusia. Desafiando la hostilidad del gobierno ruso, Tatiana lo visitó repetidamente y sacó de contrabando mensajes secretos de la prisión con un gran riesgo para sí misma. Al pedirlo a las autoridades, ella, su madre y sus hermanas finalmente lograron realizar el traslado de Mijaíl a Siberia, de donde finalmente él escaparía para reanudar sus actividades revolucionarias. Si no fuera por Tatiana, el nombre de Mijail Bakunin también podría ser desconocido para nosotros hoy.
En sus contribuciones al desarrollo del anarquismo contemporáneo, Mijaíl siempre enfatizó la importancia de la liberación de las mujeres. El crédito por esto se debe a Tatiana y sus hermanas, quienes dieron el ejemplo al abogar por ellas mismas y enseñarle mucho de lo que sabían sobre la autoemancipación. La mejor manera en que podemos honrar a Tatiana es reconociendo los papeles importantes que han jugado en la historia todas aquellas mujeres cuyos nombres nos son aún desconocidos:
Las mujeres en casi todas partes son esclavas, y nosotras mismas somos esclavos de su esclavitud; sin su liberación, sin su libertad completa e ilimitada, nuestra libertad es imposible; y sin libertad, no hay belleza, ni dignidad, ni amor verdadero. Amamos solo en la medida en que deseamos y pedimos la libertad e independencia del otro: independencia total en relación con todo e incluso y especialmente en relación con nosotros mismos. El amor es la unión de los seres libres y solo este amor eleva, nos ennoblece. Todo otro amor deshonra al oprimido y al opresor y es una fuente de depravación.
-Mijaíl Bakunin, carta a sus hermanas, 1° de mayo, 1845.
[Nota final de El Libertario: Las feministas de habla inglesa han hecho una insistente crítica de la visión patriarcal y hasta misógina que predomina en la «His-tory» escrita por y para varones, proponiendo la alternativa de una «Her-story» que reivindica el rol de las mujeres.]

Fuente: http://periodicoellibertario.blogspot.com/2019/08/recordando-tatiana-bakunin-una-figura.html

viernes, 16 de agosto de 2019

La mítica historia de El Cojo Vicente Blanco



La historia nos dirá que Vicente Blanco (1884-19) será el primer vasco y el primer ciclista ibérico en competir en el Tour de France
Vicente Blanco nació en el barrio bilbaino de Larrabetzu en Vizcaya, desde muy pequeño se vio obligado a trabajar para aportar al sustento de su familia, ya a los 10 años trabajo en embarcaciones como ayudante en la cocina y luego como palero en las embarcaciones vapor. No fue hasta 1904 cuando Vicente cumplió los 20 años que ingreso a un trabajo mejor pagado y más estable en la industria siderúrgica La Basconia, sin embargo al poco andar sufrió un accidente laboral que perfectamente pudo acabar con su vida. De lo mas alto de un edificio y tras caer una barra de metal incandescente atravesó su pie izquierdo seccionando algunos músculos de su pie derecho.
Tras recuperarse Vicente volvió a buscar trabajo esta vez fue contratado por la empresa Euskalduna, también ligada a la siderurgia en esos años en apogeo en el Bilbao industrial. A los dos años de ingresar a su nuevo trabajo sufre un nuevo accidente laboral, perdiendo todos los dedos de su pie derecho, con lo cual queda ya definitivamente incapacitado de trabajar.
Algunas biografías señalan que Vicente tenia algunos problemas con el alcohol y a ello se debían sus accidentes, pero lo cierto es que la industria siderúrgica lo único que le dejo a Vicente Blasco fue una cojera de por vida y la dificultad de desplazarse caminando, lo que trajo como consecuencia que El Cojo se viera obligado a buscar otro medio por el cual trasladarse, fue aquí donde surge la leyenda.
Hay quienes dicen que la recogió de un basurero, hay quienes dicen que compró una bicicleta muy destartalada de segunda mano, lo cierto es que corría el año 1906, cuando el Cojo cansado de su torpe andar comienza a ser visto en bicicleta por las calles de Bilbao. Ese mismo año el Cojo participo de una competición ciclística de la Federación Atlética Viscaina (FAV), la cual año siguiente (1907) el Cojo se inscribe para participar en un campeonato de España a desarrollarse en la misma ciudad de Bilbao, obteniendo el undécimo lugar.
Ese mismo año el Cojo se casa con su novia y desaparece un tiempo de las competiciones, pero en 1908 El Cojo vuelve nuevamente a escena, cuando la FAV lo envía a competir en el campeonato de España que se realizará en Gijón (Asturias) el cual vencería a pesar de una persistente diarrea, provocada por el exceso con el alcohol los días previos a la competición. Este éxito lo repetirá al año siguiente 1909 en Valencia, donde nuevamente obtiene el campeonato de España, en una épica carrera donde sacó más de media hora de ventaja al segundo competidor. Vicente comienza a salir en la prensa, es una leyenda viviente del deporte en las calles de Bilbao, las competiciones en España le habían quedado pequeñas, ya no tenía competidores, fue así que tomo la determinación de competir en la mayor competición del ciclismo internacional, el Tour de France, hasta el momento ningún ibérico se había atrevido a competir allí.
El año 1910 Blanco anuncio su participación en Tour, la FAV le apoyo, pero solo con una carta de presentación para la organización del evento, en la práctica Vicente no tenia dineros ni siquiera para trasladarse a Francia, mucho menos para costear su participación en esta larga prueba.
Fue así que con muy poco dinero y algo de comida, Vicente Blanco “El Cojo” partió en su bicicleta de Bilbao hasta París para participar del Tour de France, recorrió los 1.100 kilometros que separan Bilbao de París en 5 días, llegando a la capital de Francia el 2 de julio de 1910 un día antes del inicio de la competición, Blanco llegó desnutrido y enfermo, a pesar de ello logro inscribirse y conseguir otra bicicleta ya que la suya estaba destrozada por el viaje.
El Cojo partió el Tour con el numero 55 en la espalda, sin equipo y muy malas condiciones de salud, tenía que buscarse la vida, no tenia patrocinadores que le garantizaran comida y alojamiento tras cada etapa, terminada la segunda etapa en la ciudad de Belfort, debió abandonar la carrera absolutamente destrozado físicamente. El Cojo declaro: “No pude hacer nada contra aquellas fieras bien alimentadas”.
Vicente no volvió a correr ningún otro Tour, pero vivió como profesional del ciclismo en España durante 5 temporadas hasta 1916 cuando decidió poner fin a su carrera deportiva. Sus problemas con el alcohol y la mala alimentación fueron minando sus capacidades, se sabe que durante un tiempo se dedicó a transportista y otro negocios, todos ellos sin éxito, de sus últimos años no hay registro de nada solo se sabe que murió en Bilbao un 24 de mayo de 1957 en la más absoluta miseria.


viernes, 2 de agosto de 2019

19 DE JULIO DE 1936: 83 AÑOS MANIPULANDO LA MEMORIA HISTÓRICA



No, no me he equivocado en la suma. No quiero hablar de los 40 años de silencio impuesto por la dictadura franquista; o por lo menos no hablar en exclusiva de esa negra etapa. Me propongo denunciar también los posteriores 43 años de verdad oficial patrocinada por los historiadores de izquierdas y los partidos políticos que muchos de esos intelectuales e investigadores toman como referencia.
Del oscurantismo y la represión que sucedieron a la victoria de los militares fascistas, la oligarquía nacional y la cúpula de la Iglesia católica en 1939 nunca se dirá lo suficiente. Es necesario seguir abriendo archivos y fosas comunes; recuperar la memoria y los restos de los vencidos, su historia personal y colectiva.
En la segunda etapa, la que va de 1975 a nuestros días, la cosa es todavía más sorprendente y no menos denunciable. Construir un relato donde el gobierno de la II República encarna todas las virtudes y es el depositario único de los valores y realizaciones de todo un pueblo no deja de ser otra manipulación, no por sutil y disimulada menos canalla que la de los cronistas del régimen anterior.
Por supuesto que la agresión, el golpe de Estado, vino de Franco y sus secuaces, eso es incuestionable. Tan irrebatible como que el gobierno legal y legítimo era el republicano. Y tan irrefutable como que las potencias europeas y las democracias antifascistas abandonaron a su suerte al primer país que se enfrentaba al fascismo.
Otra cosa muy distinta es si esa república, burguesa al fin y al cabo, fue el modelo idílico que ahora se nos quiere vender, incluso por aquellos partidos que, a la muerte de Franco, negociaron con sus sucesores para pactar una transición/transacción donde quedaba aceptada la monarquía como forma de gobierno.
A partir de aquel momento se recupera superficialmente una versión de la historia donde el gobierno, el ejército y los intelectuales de la república son protagonistas de una lucha épica contra los sublevados, que acaba con la derrota y el exilio del bando republicano. Pero decir “republicano” es una forma de simplificar las cosas y dar por sentado que todas aquellas gentes que tomaron las armas contra los militares golpistas eran republicanos convencidos. Por hacer conversos, hasta los milicianos anarquistas que entraron como avanzadilla en París son transformados en republicanos por ese nuevo historicismo democrático.
Lo cierto es que en el Frente Popular -el triunfador en las elecciones del 36- había socialistas, comunistas, republicanos y otras corrientes. No menos verdad es que la mayor fuerza social eran los sindicatos obreros, y que los anarcosindicalistas formaban el núcleo central de la corriente revolucionaria que en la mañana del 19 de julio empujó al pueblo a tomar las armas en las principales ciudades, derrotando a los militares rebeldes e iniciando un proceso de cambios profundos que acabaría en mayo de 1937 con el ataque de las fuerzas republicanas a la Telefónica de Barcelona, controlada por los trabajadores como la mayoría de la economía de la zona leal, y la puesta en marcha de medidas gubernamentales para disolver las colectivizaciones y militarizar las columnas populares.
Para la historia oficial de la izquierda dichos sucesos fueron medidas necesarias para poner un poco de orden en el bando republicano y acabar con los experimentos estériles y el desorden propio de los anarquistas. Tampoco parece que existieron para estos profesionales tan poco objetivos la matanza de Casas Viejas, la represión contra la revolución de Asturias, los asesinatos de Andreu Nin, Camilo Bernieri y otros muchos revolucionarios por parte de la policía política del nuevo régimen ni la disolución a tiro limpio de las colectividades de Aragón.
El papel de la CNT y del anarquismo en general se ha procurado ocultar y, como era imposible esconder totalmente las realizaciones de la clase trabajadora organizada, posteriormente se ha construido un discurso partidista en el que el gobierno de la república y los intelectuales con carnet de los partidos de izquierda quedan como los protagonistas de esa revolución fallida.
Por eso hoy, 83 años después, sigue pendiente la recuperación de la historia real, de los proyectos levantados en cada pueblo y en cada fábrica, de las mejoras impulsadas por los trabajadores en el transporte, la industria, los servicios y la agricultura, de la revolución experimentada en la cultura, el arte, la enseñanza o la sanidad… de todo lo que la población trabajadora fue capaz de crear de forma autogestionaria, al margen -o en clara oposición- a los designios de las instituciones gubernamentales. De esa revolución, que se estudia en muchas universidades del resto del mundo, es de lo que tienen que hablar los historiadores españoles para romper definitivamente con el largo período de manipulación iniciado por Franco y sus académicos fascistas.
Antonio Pérez Collado