viernes, 28 de septiembre de 2012

Memorias del guerrillero José Moreno Salazar


Esta es la historia de un hombre que anduvo en la guerrilla anarquista en Andalucía hasta que todo su grupo fue aniquilado por la guardia civil. Sobrevivió malherido, y desde entonces hubo de llevar una vida de huido durante toda la Dictadura franquista. Nunca dejó de ser un verdadero luchador libertario, pero a través de una vida clandestina y la necesidad le obligó a vivir retirado muchas veces sin poder seguir participando de una lucha directa que la organización ya no podía mantener.
Su nombre fue José Moreno Salazar, y falleció el pasado 2007 a los 84 años de edad. Había nacido en Bujalance, Córdoba en 1923. Era el tercero de los siete hijos de una familia de braceros del campo. Se crió en el seno de unas gentes y un pueblo de larga y sólida tradición libertaria. Vivió la guerra en Córdoba y Jaén como refugiado en condiciones durísimas.
Durante la guerra el pueblo estuvo gobernado, hasta su ocupación por las tropas franquistas, por un Comité del Frente Popular organizado por militantes de la CNT. El principal dirigente político del municipio era Francisco Rodríguez Muñoz que presidió el comité local, luego fue comandante de la 88 Brigada Mixta del Ejército Popular, y acabó la guerra al mando de la 38 División. Junto a él destacarían después en la resistencia sus dos hermanos Juan y Sebastián.
Tras la guerra y con 14 años, José Moreno Salazar formó parte de la red de enlaces que intentaba sostener a los milicianos huidos que mantenían la lucha guerrillera en la campiña y la sierra cercanas a Bujalance, Montoro, y un amplio territorio entre las provincias de Córdoba y Jaén. Prácticamente toda la familia, y hasta una mayoría de vecinos, colaboraba activamente con la guerrilla.
Tras la derrota, la represión llevó a la cárcel al padre de José Moreno Salazar, luego fueron detenidos sus hermanos Antonio y Francisco, y también su madre, y ferozmente torturados hasta dejar inválido para toda su vida a Antonio, que fue condenado a 20 años de cárcel que hubo de cumplir en Burgos casi en su totalidad. El padre fue condenado a 12 años y trasladado al penal de Vitoria.
El grupo de resistentes en la sierra llegó a contar con unos catorce combatientes, todos de filiación anarquista, dirigido por los hermanos Rodríguez. La red de enlaces en los diferentes pueblos y cortijos abarcaba a cientos de vecinos.
La serie de detenciones y torturas sobre la familia siguió hasta el punto de que él mismo hubo de huir a la sierra a unirse al grupo guerrillero en 1941. En el pueblo se había fusilado en ese periodo de posguerra a numerosos conocidos y amigos de José Salazar, algunos en su presencia. Él había sufrido dos detenciones más que le costaron tremendas palizas por parte de la Guardia Civil.
Durante dos años permaneció en la resistencia armada en el monte participando de numerosas acciones en diferentes pueblos y caseríos, entre las que se encuentran choques con fuerzas de la Guardia Civil que fueron mermando la capacidad de resistencia del grupo.
Al final esta guerrilla fue aniquilada en el caserío de Mojapiés, provincia de Córdoba, en enero de 1944, por la delación de un chivato de la Guardia Civil infiltrado.
Sólo hubo dos supervivientes, un compañero que estaba lejos de la zona en ese momento y al que haría preso la guardia civil poco después y que sería torturado y fusilado al poco tiempo, y él mismo.
Tras durísimos interrogatorios pasó José Moreno a la cárcel de Córdoba en espera de juicio. Sabiendo que le pedirían varias penas de muerte, consiguió evadirse en diciembre de aquel año.
Tras la evasión consiguió llegar, primero a Manzanares, en la provincia de Ciudad Real, donde permaneció refugiado en casa de compañeros de la organización en la clandestinidad, y luego a Madrid.
En Madrid trabajó de peón de albañil en diferentes obras en situación muy precaria, en contacto con la organización que estaba casi totalmente desarticulada y sin medios de supervivencia, hasta que acosado por la Guardia Civil hubo de volver a huir, esta vez hacia Valencia.
Al cabo de agotadoras peripecias y huidas se instaló en Algemesí, provincia de Valencia, en 1945, donde se dedicó a todo tipo de trabajos y consiguió sobrevivir gracias al estraperlo de arroz de acuerdo con algunos compañeros de la zona.
Nuevamente huido para no ser reconocido, trabajó en el campo en Cataluña y Aragón y acabó instalándose en Barcelona con un negocio de venta de fruta en el barrio chino, de donde hubo nuevamente de huir ante la posibilidad de ser descubierto por los numerosos hijos de Bujalance, Montoro, Bailén, y otros lugares próximos a su lugar de nacimiento y actividades clandestinas, que se habían instalado en la ciudad y amenazaban con acabar reconociéndole.
En 1949, la Guardia Civil de Córdoba mató a un guerrillero solitario que quedaba en el monte. No sabiendo quien era y estando sumamente desfigurado el cadáver certifican la muerte de José Moreno, y dan la noticia a la prensa local. A partir de ese momento José Moreno deja de ser buscado, pero no puede dejarse ver por nadie que le hubiera conocido sin peligro de echar abajo toda su estrategia de huido.
Consiguió comprar documentación falsificada a nombre de Antonio Pérez Sánchez y con ella se instaló nuevamente en pueblos de Valencia donde trabajó en todo tipo de faenas y llegó a casarse, tuvo hijos, que nunca llevaron, ni siquiera en la actualidad, sus verdaderos apellidos, pero al cabo de los años se hubo de trasladar nuevamente a lugares más escondidos donde nadie pudiera conocerle. Se acabó refugiando en unos pueblos de la zona de Cuenca donde trabajó irónicamente vendiendo seguros de defunción.
Años después de la llegada de la democracia consiguió documentación real a su verdadero nombre, y siguió trabajando en Osa de la Vega como agente de seguros hasta su jubilación. No percibió ningún apoyo del Estado, ni económicamente, ni de ningún otro tipo, por sus años de guerrillero, de cárcel o de huido sin posibilidades de trabajo formal. Vivió con su mujer con una pensión mínima y falleció en casa de su hija en el año 2007.
En 1954 recogió en una libreta, que escondía cuidadosamente, su memoria de la vida de guerrillero y de huido. Años después pasó a máquina sus apuntes y en 1982 añadió un colofón con lo más significativo de esos últimos años, además de corregir y aumentar el texto.
Este es el documento del que disponemos en la actualidad, acompañado de un buen número de fotografías de su familia en los años de la resistencia. Es un relato impresionante de su vida, incluyendo una continua descripción de aquellos años de hambre y represión violenta puesta en primera persona por un hombre muy lúcido que nunca perdió sus ideales anarquistas y que hubo de desenvolverse en condiciones extremas para sobrevivir.
Recientemente el excelente historiador cordobés Ignacio Muñiz consiguió localizar en la Capitanía General de Sevilla el legajo con el Consejo de Guerra al que fueron sometidos tanto José Moreno como casi un centenar de vecinos del pueblo tras la desarticulación y muerte de todos los guerrilleros a excepción de él y el otro que fue preso en lugar muy alejado y fusilado. La lectura del Consejo de Guerra con las declaraciones de todos los detenidos a la guardia civil y a los jueces militares, establecieron con absoluta claridad que estas memorias son totalmente verídicas, y que José Moreno contó en ellas las cosas exactamente como, por desgracia, brutalmente ocurrieron. 
publicaciones de :La guerrilla libertaria cordobesa de los jubiles
El guerrillero que no pudo bailar - resistencia anarquista en la posguerra andaluza
Las luchas libertarias del campesinado
Los perseguidos
http://www.lamalatesta.net/product_info.php/products_id/4423

miércoles, 26 de septiembre de 2012

lunes, 24 de septiembre de 2012

LOS MALAGUEÑOS DE MAUTHAUSEN



Desde el final de la Guerra Civil española, la gran mayoría de los exiliados republicanos y revolucionarios se refugiaron en Francia y fueron internados en campos de refugiados próximos a la frontera española. La mayor parte de ellos se alistó luego en las Compañías de Trabajadores Extranjeros, dirigidos por el mando militar francés, o participaron en las actividades clandestinas de la Resistencia gala, tras la ocupación alemana. Los que tuvieron la desgracia de ser capturado ejercitando algún tipo de actividad contra el ejército de ocupación fueron enviados a diversos campos de concentración, particularmente al centro austriaco de Mauthausen.
Sobre la gran puerta que accedía al recinto había colocado un frontal en el que se podía leer: “Vosotros que entráis, dejad aquí toda esperanza”.
-El infierno de Mauthausen-
Pocas semanas después de producirse en 1938 la anexión de Austria por Alemania, se empezó a construir en el municipio austriaco de Mauthausen un campo de concentración destinado para los adversarios declarados del régimen nacional- socialista. La entrada del campo estaba coronada por una enorme águila hitleriana y sobre la gran puerta que accedía al recinto había colocado un frontal en el que se podía leer: “Vosotros que entráis, dejad aquí toda esperanza”. Con el paso de los meses, se convirtió en uno de los centros con mayor mortandad del Reich alemán, al servirse, sobre todo, de los prisioneros para la realización de trabajos, en unas condiciones inhumanas, en la cantera que existe en el lugar.
De los 200.000 presos que entraron en el campo hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, más de la mitad de ellos murieron por la fatiga física derivada de los durísimos trabajos a que eran sometidos, la deficiente alimentación y las devastadoras epidemias causadas por las infrahumanas condiciones higiénicas del campo. En muchas ocasiones fueron torturados hasta la muerte, matados a tiros por los guardias de las SS o ahogados en las cámaras de gas de Mauthausen, en el campo dependiente de Gusen o en el Instituto de Eutanasia de Hartheim. Por este lugar pasaron más de 7.000 republicanos y revolucionarios españoles y sólo alrededor de 2.000 sobrevivieron a los años de cautiverio, convirtiéndose en el campo nazi que vio morir a más españoles en este período.
Mauthausen no fue un campo en el que se aplicase la “solución final” contra los judíos, como lo fueron Auschwitz, Sobibor o Treblinka, pero sí se puede catalogar como centro de exterminio por el uso de las cámaras de gas y los extenuantes trabajos forzados que sufrieron los prisioneros que llegaron a él. A ello se añade los numerosos casos de experimentación médica con humanos, que hizo que miles de personas fueran utilizadas como cobayas por parte de médicos alemanes para comprobar, por ejemplo, la eficacia de las inyecciones letales.
A partir del campo central de Mauthausen, se fue desarrollando gradualmente, y de manera reforzada en el año 1943, un complejo sistema de campos dependientes, a los cuales los prisioneros fueron distribuidos y forzados, principalmente, al trabajo en la industria del armamento.
Estos campos desarrollaron su actividad en dos fases. Una primera sería el exterminio puro y simple, que va desde su creación en 1939 hasta el año 1942. La segunda fase, hasta el 7 de mayo de 1945 en que quedó liberado el campo, se organizaba a base de trabajos de esclavo, debido a las necesidades crecientes de la guerra.
-Los cerdos del capitán-
La forma como los responsables del campo de Mauthausen lograron deshacerse de muchos de los allí confinados fue mediante la innecesaria construcción de un escalinata de 186 peldaños que la hacían subir cargados de enormes piedras procedentes de una cantera que estaba situada en el nivel más bajo del campo, con el fin de aumentar la penalidad y fatigas de su ascenso; las condiciones insalubres del campo, una insuficiente alimentación y la mala asistencia médica hacieron el resto.
Imagen de la escalinata de 186 peldaños que los judíos habían de subir diariamente cargados de enormes piedras.
Según dejaron escrito en su libro Los cerdos del capitán Eduardo Pons Prados y Mariano Constante (Editorial Argos/Vergara, 1978), “los judíos, nada más entrar en el campo, eran enviados a la llamada Sección Disciplinaria, que era la de los hombres encargados de subir las piedras durante toda la jornada, a un ritmo demoledor. Cada mañana, antes de empezar a acarrear piedras, los SS encargados de vigilarlos preguntaban si había algún voluntario para el suicidio, arrojándose escaleras abajo. A estas barbaridades, como es lógico, nadie respondía, pero después del primer viaje de piedras, volvían a repetir la pregunta. Entonces, algunos de ellos, desesperados, se lanzaban al vacío. Y así cada viaje”.
-Ciento cuarenta y dos malagueños- 
En el campo de Mauthausen, durante seis años fueron maltratadas, humilladas, escarnecidas y reducidas a peleles humanos por agotamiento físico criaturas de diferentes nacionalidades, y también de España… y muchos malagueños. Aunque se tenía constancia de que muchos paisanos nuestros habían sido internados en ese campo en concreto, hasta hace relativamente poco tiempo desconocíamos el número de los que no llegaron a salir con vida de él: 142 malagueños no lograron escapar de aquel infierno.
Ninguno de esos 142 pudo sobrevivir a aquel horrendo holocausto, pero quienes lograron salir con vida de aquel ignominioso cautiverio se unieron en la Internacional Amical Mauthausen, no sólo para dar a conocer al mundo los horrores de la etapa que vivieron, sino para rendir homenaje a los compañeros que fueron víctimas del sistema represor que los estuvo masacrando de manera tan impune.
Se sabía que muchos malagueños encontraron la muerte en este campo de concentración, pero se ignoraban sus nombres y lugar de nacimiento. Esta relación de 142 personas formaba parte del material literario y gráfico de la exposición que, con motivo de unas Jornadas sobre Racismo y Medios de Comunicación, se abrió en la Facultad de Ciencias de la Información de Málaga, desde el 28 de enero de 1997 hasta el 15 del siguiente mes.
Los malagueños que dejaron su existencia en el campo de Mauthausen eran oriundxs de Málaga capital y de 44 pueblos de su provincia, así como de las barriadas de Churriana y Olías y pedanía de Gibralgalia.
Por el número de muertes, a la cabeza figura la capital con 38 personas; segunda, Antequera, con 11; Vélez-Málaga, con 7; Marbella, con 6; Carratraca, con 5; Ronda y Ardales, con 4, y, entre 1 y 3, pueblos, pedanías y barriadas, como Fuengirola, Nerja, Alhaurín el Grande, Cortes de la Frontera, Campillos, San Pedro de Alcántara, Valle de Abdalajís, Jimera de Líbar, Genalguacil, Gaucín, Arriate y Arenas.
De los 200.000 presos que entraron en el campo hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, más de la mitad de ellos murieron por la fatiga física derivada de los durísimos trabajos a que eran sometidos, la deficiente alimentación y las devastadoras epidemias causadas por las infrahumanas condiciones higiénicas del campo.
Los malagueños de la capital muertos, con los posibles errores que puedan existir en el orden y grafía de los apellidos, por haber sido tomados muchas veces de oído por compañer@s del mismo campo de exterminio, son los siguientes:
José Domingo Cruz de la Diego, Eduardo Brandi Martín, Antonio Díaz Salas, Cristóbal Díaz Villega, Andrés Díaz Valderrama, José Cobos Sánchez, Eduardo Nieto González, Manuel Rojas Palomo, Laureano Vallejo Román, Lázaro Sardá Cánovas, Juan Ruiz Alguera, Manuel Sánchez Rodríguez, Francisco Pérez Sánchez, José Romero García, Francisco Román Román, Manuel Ramírez Vaca, Enrique Ríos Llorente, Manuel Silva Cabello, Francisco Benítez Mariano, Juan Vicario Román, José Pérez Bardenas, Antonio Sepúlveda Rueda, Manuel Martínez Jiménez, Lorenzo Torres Hijora, Antonio Solves Laborda, Emilio Moreno Medrano, Andrés Montiel Lucas, Rafael Montillo Vaquero, Ángel Palomar Caladrín , Antonio Pérez Burgos, Eduardo Díaz Lagos, José Gil Molina, Luís García López, Manuel Méndez Molina, Francisco Fernández Vidal, Tomás Gil Guillén, Eduardo Nieto Ramírez y Ramón Lozano Martínez.
-De la provincia-
La relación de malagueños muertos en Mauthausen de las barriadas, pedanías y pueblos de la provincia totalizan, como ya se ha comentado más arriba, 104 personas. Las fechas de sus muertes se anotan en 1940, 1941, 1942 y 1943, y, de estos años citados, corresponde el mayor número de víctimas a 1941, con 84 muertos.
Alameda: Juan Corredera Pérez.
Alhaurín el Grande: Pedro Rueda Vázquez.
Almáchar: Adolfo España López.
Almogía: Pedro Leiva Pino y Pedro Díaz González.
Álora: Antonio Ramos Sánchez, Juan Rodríguez Gil, Antonio Díaz Gutiérrez.
Antequera: Francisco García Villalón, Antonio García Méndez, Francisco Lara Moreno, José Hidalgo Reguero, Antonio Muñoz Guerrero, José Navarro Bravo, Antonio Morea Lara, Francisco Zurita Cuenca, Juan Martín Padilla, Rafael Rubio García y Antonio Escobar Navarro.
Archidona: Serafín Suárez Luque y Manuel Pena Lara.
Ardales: Antonio Trigo Ortega, Joaquín Cantalejo Sánchez, Juan Rodríguez Naranjo y Pedro Sánchez Muñoz.
Arenas: Antonio Ariza Hurtado. Arriate: Juan López Sánchez.
Benagalbón: Lucas Carne Escaño, Manuel Montaner Amaya y Bernardo Ruiz Rodríguez.
Benamargosa: Antonio Hijazo Clavera y Antonio Gómez Jiménez. Juan Gutiérrez Pera. Campanillas: Francisco Suárez Cánovas.
Campillos: Juan Verdún Verdún.
Canillas de Albaida: Celedonio Gallardo Pérez.
Cañete la Real: Francisco Rodríguez Navarro, Antonio Braceo Martín y José Gómez Gómez
Carratraca: Miguel Guerrero Casido, Federico Aureoles Rubín, Juan Ponce López, Salvador Moreno León, Miguel Guerrero Rodríguez y José González Jiménez.
Cartaojal: Manuel Carvajal Vázquez.
Casarabonela: Diego Cantarero Ballestero.
Comares: Miguel Bustos Muñoz.
Cortes de la Frontera: Sebastián Aguilar García, Antonio García Arillo y Manuel Vega Gutiérrez.
Cuevas Bajas: José Gómez Artacho y Andrés Cruz Valle, Sebastián Aguilar García, Antonio García Arillo y Manuel Vega Gutiérrez. José Gómez Artacho y Andrés Cruz Valle.
Cuevas del Becerro: Rafael Villarejo Nieblas y Francisco Perujo González.
Cártama: Francisco Gómez Cañete.
Churriana: Francisco Castillo Briales.
Estepona: Antonio Guerrero Reyes, Francisco Berrocal Palacios.
Fuengirola: José Marfil Escalona, José Leyva González y Francisco Díaz Burgos.
Gaucín: Andrés Ortega Mateos y Cristóbal Tineo Vázquez.
Genalguacil: Juan Rodríguez Trujillo y Domingo Trujillo Herrera.
Gibralgalia: Juan Gómez Marcilla.
Guaro: Diego Ruiz Agüera y Felipe Fernández Sánchez.
Igualeja: Lisboa Ruiz González.
Istán: Francisco Granados Ortiz y Gonzalo Granados Ortiz.
Jimera de Líbar: Fernando Téllez Carrasco, Juan Téllez Moreno y Domingo García López.
Junquera: José Mateo Rivas y Antonio Piñeiro Mateo.
Marbella: Manuel Pérez Matera, Miguel Morelló Cerece, José Martín Bizano y Andrés López Cubas.
Nerja: Antonio Cerezo Cutilla.
San Pedro de Alcántara: Álvaro Mayen Cuellas.
Torrox: Antonio Rico Rodríguez.
Totalán: Francisco Montaner Castillo.
Valle de Abdalajís: Juan Castillo Pérez, Antonio Rico Rodríguez. Francisco Montaner Castillo.
Vélez-Málaga: Juan García Fernández, Francisco Jiménez Salido, Antonio Pérez Galindo, Juan Pérez Díaz, José Martín Ortiz, Juan García Quintana y Antonio Gálvez Gálvez.
El afán de los dominadores era reducir a los deportados, por una doble acción física y moral, a la condición de bestias antes de hacerlos morir.
-Absurdo universo-
En los campos de exterminio, no existía ninguna posibilidad de redención, perdón, piedad ni ley. El afán de los dominadores era reducir a los deportados, por una doble acción física y moral, a la condición de bestias antes de hacerlos morir. Y ello, por distintos procedimientos: la degradación física por agotamiento, la sed y el frío, en interminables esperas en las noches de invierno, desnudos en la nieve, para pasar una revista médica; por falta de descanso, por los golpes que les llovían por todas partes.
A todos estos posibles azares hay que unir la degradación moral que, al actuar sobre organismos debilitados, creaba un estado de angustia perpetua, una soledad de tensión en medio de elementos hostiles. En este universo espantoso, absurdo y perverso, sin norte preciso, sin seguridad, sin justicia, sin esperanza, en donde todo era posible.
Fuente: G.A.S. (Grupo de Acción Social) 
Extraido de: http://www.gibralfaro.uma.es/historia/pag_1699.htm

jueves, 20 de septiembre de 2012

JOSEFA MARTIN LUENGO DE LA ESCUELA PAIDEIA


El 19 de septiembre de 1944 nace en Salamanca (Castilla, España) la pedagoga libertaria y anarcofeminista María Josefa Martín Luengo, conocida como Pepita. De muñeca estudió en un colegio de monjas en Alicante (Alacantí, Valencia) y luego hizo magisterio con las religiosas josefinas del Colegio Santísima Trinidad de Salamanca y, hasta 1972, pedagogía en la Universidad Pontificia de esta ciudad. Al terminar su formación académica, trabajó un año en un colegio religioso de protección de menores en Zamora, del que fue expulsada. Después hizo de maestra durante dos años en una escuela masculina de Toro, momento en el que tomó parte en las reivindicaciones del personal de magisterio y por este motivo fue destituida. Luego participó en una campaña de alfabetización de adultos en Zamora. En 1975 consiguió por oposición - primera de su promoción - una plaza de profesora de Educación General Básica en la enseñanza pública y enseñó durante dos años en la localidad extremeña de Fregenal de la Sierra, donde fue directora interina de la Escuela-Hogar Nertóbriga, que recogía los niños diseminados por la zona. En este centro educativo de Badajoz decidió crear un sistema pedagógico liberador en consonancia con su manera de pensar, basado en una escuela en libertad y antiautoritaria, pero sus postulados toparon con el poder académico vigente y fue duramente asediada (denuncias, prohibiciones, amenazas, etc.), hasta que fue desterrada obligatoriamente a la villa de La Bazán (Jerez de los Caballeros, Badajoz, Extremadura, España). Después de dos años luchando para conseguir huir de este destierro impuesto, consiguió una plaza en Montijo, al tiempo que asesoró un centro de educación especial en este municipio extremeño. Un año después se trasladó a Mérida, con la intención de crear una escuela, pero el boicot de todos (profesores, padres, madres y alumnos) desbarata su proyecto. En estos años amplió sus estudios, siempre enfocados en el mundo de la pedagogía: licenciada en Ciencias de la Educación, cursos de doctorado, estudios de psicología pedagógica, asistencia a cursos, cursillos y congresos diversos, etc. En enero de 1978, con Concepción Castaño Casaseca y María Jesús Checa Simó, abrió un nuevo centro educativo (Escuela Libre Paideia) al margen de la enseñanza oficial. Este colegio libertario, instalado en un edificio cerca del Arco de Trajano de Mérida, recibió el apoyo de un pequeño colectivo de personas y de una cooperativa y después de unos años pudo adquirir una finca en el campo, que funcionó a pesar de las penalidades económicas, de manera autogestionada. Como complemento a esta labor pedagógica, intervino durante tres años en campañas de alfabetización de mujeres en Badajoz y organizó el I Congreso de Educación antiautoritaria en Mérida. Hacia 1998 creó el grupo anarcofeminista «Mujeres por la Anarquía". En octubre de 1999 asistió a un encuentro de pedagogía libertaria en Santa María (Rio Grande do Sul, Brasil). A partir de 2002 creó la anual Curso de Pedagogía Libertaria con el fin de esparcir la idea y la pedagogía anarquistas. También fue la promotora de unas Acampadas autogestionar anuales para inculcar, sobre todo, la responsabilidad en los niños. Además de todo esto participó en numerosas exposiciones y conferencias de carácter pedagógico, como en Móstoles (1994), Vitoria (2004), Murcia, Ciudad Real, Córdoba, Valladolid, Palencia, Huelva, Sevilla, Yecla, Madrid, Cáceres, Barcelona, León, Salamanca, etc. Encontramos artículos suyos en infinidad de publicaciones periódicas libertarias, como A Rachas, Cenit, CNT, Ekintza Zuzena, Igualancia, Mujeres Libertarias, Palante, Revuelta, La Samblea, etc., Y en numerosas publicaciones especializadas en pedagogía de todo el mundo. Es autora de Fregenal de la Sierra. Una experiencia de escuela en libertad (1978), Intento de educación antiautoritaria y psicomotriz en preescolar (1981), Paideia. Escuela libre (1985 y 1999, con otros), Desde Nuestra escuela Paideia (1990), La escuela de la anarquía (1993, obra conjunta con el Colectivo Paideia), entre otros. En 2002 testimonió su experiencia vital y pedagógica en el documental Escuela viva, de Julián Pavón. Josefa Martín Luengo murió, a consecuencia de un cáncer, el 1 de julio de 2009 en el Hospital Universitario de Salamanca (Castilla, España).
Más información sobre la escuela de enseñanza libre de Paideia
http://www.paideiaescuelalibre.org/

sábado, 15 de septiembre de 2012

Querido señor Presidente: es usted un hijo de puta.


Este artículo está dando ya mucho que hablar por la red:
Querido señor Presidente: es usted un hijo de puta. Usted y sus ministros. Se lo digo así, de entrada, porque sé que nunca va a leerme, como nunca lee usted libros, ni nada más que periódicos deportivos como usted mismo ha confirmado, jactándose, como buen español de ser un ignorante. No se engañe, por eso lo han votado tanta gente. Perdonen los demás el exabrupto, pero es que está demostrado que somos lo que nuestros padres nos han educado, y si usted y sus ministros son como son, es porque sus madres muy bien no lo han hecho. A pesar de los colegios de pago, de pertenecer a la oligarquía de épocas dictatoriales, etc. 

Verá usted, señor presidente. Lo que más me molesta no es que usted sea un bastardo malnacido, sino un ignorante, y sobre todo un mentiroso. Se presentó a unas elecciones diciendo que no haría cosas que ahora hace. Dijo hace tiempo que la posibilidad de una amnistía fiscal le parecía injusta y absurda, y no ha tardado ni tres meses en recurrir a esta medida de forma injusta y absurda, como señala el diputado de IU Alberto Garzón al que usted y sus secuaces ningunean como a cualquier otro que no sea seguidor suyo. Ésa es la democracia que ustedes entienden, ignorar a los representantes de la ciudadanía que no les afín. Usted dijo que la Sanidad y la Educación no se tocaban, y la han tocado pero bien. A la banca nada, y eso que los grandes expertos en economía señalan que, o le metemos mano a sus amigos de las finanzas, o nos vamos a pique. 

Le voy a explicar unas cuantas cosas dado que usted es un ignorante que lee prensa deportiva en lugar de libros de historia, economía o política. Durante los años 20 hubo gente que tuvo la genial idea de crecer mucho, por encima de sus posibilidades como ahora tienen ustedes tan de moda decirnos. Tanto que incluso a Churchill, para salir de la situación de postguerra, se le ocurrió revalorizar la libra, lo que trajo bajada de sueldos y aumento de las horas de trabajo. No sólo no se creció por encima de lo esperado sino que destruyó la posibilidad de crear un modelo sostenible de crecimiento basado en el consumo, lo que permite terciarizar una economía y hacerla verdaderamente competitiva. Eso es ser un país desarrollado y no ganar mundiales de fútbol. Cuando llegó la crisis del 29 y la posterior recesión mundial en los 30, en un país tan poco sospechoso de socialista, comunista o lo que ustedes quieran, como EEUU, decidieron adoptar una cosa llamada New Deal, que consistió, entre otras cosas, en subir los sueldos y bajar las horas de trabajo. Como consecuencia, había más puestos de trabajo para cubrir esas horas de menos, y los que salían de su trabajo lo invertían en consumo, lo que reactivó la economía y permitió al país dar un definitivo empujón hacia arriba para salir victorioso de una Guerra Mundial que libró en tres continentes. 

Por si usted no lo sabe, las medidas que está ejecutando han conseguido lo contrario. Hablo en pasado porque tal vez no lo sepa, pero no hay nada nuevo en los famosos “recortes”. Argentina, Chile, Polonia, Rusia y así hasta un largo etc de países engrosan una horrible lista de fracasos de las políticas neoliberales de Milton Friedman y el Consenso de Washington que desde los 70 llevan intentando hacernos creer que sumergir a un país en el shock económico es una salida a la crisis. Jamás las medidas de la Escuela de Chicago han funcionado. Jamás un país ha salido de la crisis de esa forma. Jamás una sociedad se ha beneficiado de ello. Por el contrario, ha generado suicidios, deterioro del Estado del Bienestar (que ustedes insisten en decir que se ha terminado mientras vemos cómo crece y se desarrolla en otros países de nuestro entorno) y ha destruido el futuro de numerosas generaciones. 

Usted miente, señor Presidente, y es sumamente peligroso. Porque el anterior era un inútil, pero usted es un pirómano en mitad de un incendio. El otro creía vivir en el País de las Maravillas y usted nos está sumiendo en el País de los Horrores. Toda política fiscal que no se base en la generación de riqueza, toda medida relativa al empresariado que no atienda prioritariamente a las empresas que cotizan más del 60% de sus ganancias en forma de sueldos e impuestos en España (y no Repsol, que solamente invierte un 20% y ahora la defienden como española; hay empresas extranjeras que reparten más beneficios al conjunto del país), todo lo que no sea alumbrar un futuro basado en la investigación y no en el trabajo precario, es destruir el futuro del país. A usted y sus secuaces se les llena la boca diciendo que hay que fomentar el emprendedorismo, y en lugar de ello desarrollan un plan basándose en los ideales especulativos de los dirigentes de la CEOE cuyo historial de empresas arruinadas por la especulación de la que ellos salen indemnes mientras el Estado se hace cargo de los parados que dejan es absolutamente bochornosa. Eliminan de todo plan de emprendedores la posibilidad del emprendedor social y generan únicamente una nueva casta de tiburones amparados en una reforma laboral neofeudal. 

Ustedes se olvidan que los países desarrollados como EEUU, Alemania, Francia, etc., invierten entre el 2’6 y el 3’4% del PIB en I+D+I. España no sólo necesita un esfuerzo superior (en torno al 6%) para ponerse a su altura sino que ustedes nos bajan la inversión del 1’3% al 0’9%. Para entendernos, usted que sólo lee sobre deportes, es la diferencia entre inventar un coche, y fabricarlo. Quien lo inventa tiene los beneficios de todos y cada uno de los coches que se venden. Quien lo fabrica sólo de las unidades que salen de su fabrica. ¿Dónde se inventan los coches? En Alemania, por citar un caso. ¿Dónde se fabrican? En España, Polonia o Rumania. Es evidente de quiénes estamos más cerca, pues. Al darle el hachazo que usted le ha dado a la investigación nos condena a ser un país de camareros, portaequipajes, y por supuesto de trabajadores poco o nada cualificados que trabajemos para empresas extranjeras a sueldos miserables mientras tenemos la moneda de los países con mejor calidad de vida. Si seguimos en el euro es para vivir como ellos, no para que ustedes nos hagan vivir como en Botsuana con precios de París. 

Usted nos está suicidando económicamente. Tal vez no sepa quién es Paul Kruggman, pero es Premio Nobel de Economía. Para él es evidente que usted nos miente o no quiere darse cuenta de que no estamos ni siquiera en recesión, sino en fase de depresión, y sus medidas nos hunden cada vez más. Ha aceptado ser el banco de pruebas del FMI, cuyas medidas ya arruinaron a varios países, pregunte si no por Grecia o Italia donde están fracasando estrepitosamente. Usted no le dice a la gente que estamos metidos en una III Guerra Mundial cuyas armas no son de fuego, sino que tienen a forma de experimentos socio-económicos, donde los tanques son agencias de calificación de la deuda, donde los países utilizan a los ciudadanos para intereses ajenos a estos, y donde, al final, la gente está muriendo y sufriendo, como en cualquier guerra. Usted nos dice que es bueno meter a cuarenta alumnos por clase, que es bueno que haya menos profesores, menos médicos, menos atención sanitaria, y a veces pienso que simplemente usted es gilipollas, que no puede ser que actúe con maldad. Y créame, lo sigo pensando. Los malos seguramente son otros, usted no tiene la inteligencia suficiente para darse cuenta de todo eso. Sí la tiene, en cambio, para saber que todo esto puede traer revueltas sociales, agitación en la calle. Por eso va a aprobar una medida por la cual será terrorismo  y condena criminal resistirse a la voluntad del Gobierno expresada en sus brazos de coerción, es decir, al policía. Como yo le estoy diciendo esto, seguramente me acusará de terrorismo por incitar a la gente a decirle a usted las verdades a la cara. 

Señor Presidente, usted no quiere decirlo porque la Führer Merkel le amenaza desde el IV Reich que se ha instalado. No es una exageración, oiga, que lo dice hasta el Financial Times que como todo el mundo sabe es muy de izquierdas sin duda. Estamos metidos en mitad de una III Guerra Mundial, vuelvo a repetírselo, y no es una idea únicamente mía, sino de gente de esa que ha estudiado, tiene doctorados, ha dado clase en varias universidades, ha viajado por el mundo, ha leído mucho, mucho, habla varios idiomas, ha vivido diferentes procesos de crisis y recuperación, y a algunos también les gustan los deportes. Pero también ven que ustedes nos metieron una primera fase de Movimientos Financieros que ahogaron nuestra economía y ahora nos meten en una fase de Posiciones para hundirnos en el shock, en el miedo, en la angustia. 

Solo le deseo que si algún día la sociedad se rebela, salimos a la calle, tomamos los poderes públicos, proclamamos una Asamblea Constituyente, convocamos un referéndum sobre la forma de Estado, disolvemos los partidos actuales y los obligamos a refundarse en partidos que atiendan a las ideologías políticas y no a las económicas, establecemos un sistema de elecciones realmente democráticas, nos salimos de la moneda alemana (llamada también euro) y establecemos pactos bilaterales con los países importantes, invertimos en educación e investigación. Si todo eso pasa y empieza con una mecha que la sociedad enciende. Si pasa y asaltamos su palacete en la Moncloa, ojalá usted esté ya camino del exilio en Berlín. 
O lo va a pasar mal. Muy mal.
“Los recortes se aceptan por una de las fuerzas más importantes de la humanidad, el miedo.“ 
http://wwwelsilenciodeloscorderos.blogspot.com.es/

domingo, 9 de septiembre de 2012

EL ORIGEN DEL MOVIMIENTO ANARQUISTA INTERNACIONAL. 140 AÑOS DEL CONGRESO DE SAINT-IMIER


En la foto, de izquierda a derecha: Monchal, Charles Perron, Mijail Bakunin, Guiseppe Fanelli y Valerian Mroczkovsky

Artículo publicado en el último número del periódico CNT, con motivo del 140 aniversario del Congreso de Saint-Imier y el inicio del movimiento obrero anarquista internacional.

El Congreso reunido en Saint-Imier declara:
1.        Que la destrucción de todo poder político es el primer deber del proletariado;
2.       Que toda organización de un poder político llamado provisional y revolucionario para llevar esa destrucción no puede ser otra cosa que un engaño más, y sería tan peligroso para el proletariado como todos los gobiernos existentes en la actualidad;
3.       Que rechazando todo compromiso para llegar a la realización de la revolución social, los proletarios de todos los países deben establecer, fuera de toda política burguesa, la solidaridad de la acción revolucionaria.
Esta es quizá la más importante de las conclusiones que los días 15 y 16 de septiembre de 1872 se tomaron el congreso internacional celebrado en la ciudad suiza de Saint-Imier. Es, básicamente, el pilar fundamental sobre el que se desarrollará el movimiento obrero anarquista internacional. De una clara influencia bakuninista se marcan perfectamente las diferencias entre el sector antiautoritario y el sector autoritario de la Internacional.
El congreso internacional de Saint-Imier marcó un antes y un después en la organización del proletariado internacional. Días antes, del 2 al 7 de septiembre de 1872, se había reunido en La Haya un congreso internacional impulsado por el Consejo General de la AIT residente en Londres. Encabezado por Karl Marx y Friedrich Engels, se procedió a la expulsión de Mijail Bakunin y James Guillaume de la Internacional. Las acusaciones de los marxistas eran vagas pero tuvieron resultados. El congreso de La Haya no se promocionó como era ordinario en el seno de la AIT, pues el objetivo de los marxistas era claro: eliminar la influencia antiautoritaria de la Internacional.
Cuando días después las secciones antiautoritarias celebraron el congreso en Saint-Imier, la ruptura de la Asociación Internacional de Trabajadores era ya un hecho. El movimiento obrero quedó dividido en ese momento entre el autoritarismo marxista y el antiautoritarismo anarquista. Aunque hubo intentos de reunificación, nunca fue posible. Las diferencias de táctica, estrategia, organización y finalidad eran muy grandes.

Como se llegó a la ruptura. Un repaso por la historia del movimiento obrero internacional

            El 28 de septiembre de 1864, en Londres, aprovechando una exposición universal, se decidió crear un organismo internacional que agrupara a todos los trabajadores del mundo para luchar contra la explotación capitalista. Delegados británicos, franceses, belgas e italianos (entre otros) así lo decidieron.
            Poco después, en 1865, se conformaba la fundación de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT). Las distintas secciones de los países se integrarían en la Internacional con la intención de articular un movimiento obrero a la gran escala, donde valores como la solidaridad, el apoyo mutuo y la lucha contra el sistema capitalista fueran los pilares fundamentales para la consecución de una sociedad distinta y con los trabajadores como elemento fundamental de la nueva vida.
            Aunque la importancia de Karl Marx y Friedrich Engels es innegable en este primer momento, la AIT respondía a distintas sensibilidades de estrategia y táctica política. En su seno se agrupaban desde marxistas a proudhonianos, de cooperativistas a comunistas, de socialistas utópicos a republicanos, etc. Toda una pléyade de personas que desde hacía mucho tiempo venían luchando en sus lugares de origen contra la explotación capitalista y que ahora veían la posibilidad de articularse y coordinarse a escala internacional.
            La fuerza y extensión de la AIT hizo que personalidades de renombre internacional en el campo revolucionario se fueran adscribiendo a la misma. Mijail Bakunin, revolucionario ruso, fundador del movimiento anarquista internacional, se adscribe a la misma. Su fama de revolucionario se la había ganado por la participación en numerosas revueltas, como la de Dresde en 1849. Otras personalidades como Guiseppe Fanelli o James Guillaume, también se afilian a la Internacional.
            Una Internacional que empezó a preocupar a los gobiernos europeos, que rápidamente se pusieron manos a la obra para cercenar su avance y poder reprimir a las secciones que iban surgiendo de la misma. El temor ante la articulación del movimiento obrero internacional era evidentemente.
            Pero en el seno de la Internacional comenzaron a aparecer las disputas. Desde el origen las posiciones de Marx eran claras a establecer una centralización de la organización así como una estrategia cerrada. La fundación de partidos políticos vanguardistas, que se funden con la intención de tomar el poder, es una de las premisas de Marx. El papel del Consejo General de la AIT, que es controlado por los marxistas, debe ser el de coordinador y ejecutor de las tácticas a nivel internacional. Una organización fuertemente centralizada.
            Sin embargo esa cuestión chocaba abiertamente con el sentimiento y desarrollo de muchas secciones de la AIT. En países como Francia, Italia, Suiza o España, la concepción centralizada no era bien recibida. La influencia del federalismo de Proudhon era muy fuerte. Igualmente son secciones que optan por la vía de creación de sociedades de resistencia o sindicatos para combatir el sistema. Y no de partidos políticos a los que ven como enemigos de la clase obrera. Desde el poder burgués no se podía combatir al burgués. Su concepción organizativa parte desde las secciones, siendo el Consejo General un mero instrumento de correspondencia. Una organización federal de abajo hacía arriba.
            Esos debates comenzaron a ser lesivos para la AIT, debido a que determinados sectores intentaban por todos los medios imponer su estrategia. Es el caso de los autoritarios de Marx, que no aceptaban la libertad de las secciones en el seno de la Internacional. Es el origen de la disputa Marx-Bakunin, del marxismo y del anarquismo.
            El canto de cisne lo marcó el estallido de la Comuna de París. En marzo de 1871 los trabajadores parisinos se constituyen en comuna. La Internacional se implica en le movimiento. La Comuna de París, donde los anarquistas proudhonianos son muy influyentes, adopta una concepción federal de la organización. Una organización de abajo a arriba emerge en la ciudad de París, sitiada por los prusianos y hostigada por los versallescos de Thiers. Hubo intentos de creación de Comunas en otros lugares de Francia (Narbonne, Marsella, etc.). En Lyon se llegó a tomar el Ayuntamiento y Bakunin tuvo una participación relevante. Al final las tropas versallescas arrasan París y asesinan a unos 20000 comuneros, entre ellos a internacionalistas como Eugene Varlin.
            La Comuna de París vino a confirmar el fracaso de la concepción determinista histórica del marxismo. Si de verdad se quería acabar con el sistema capitalista hacía falta una revolución y no la evolución natural de la historia. Algo que los anarquistas ya había advertido (Bakunin, Proudhon, etc.). El debate era si la Comuna compartió más del marxismo o del anarquismo.
            Aun así las posiciones antiautoritarias quedaron debilitadas tras la Comuna. La represión contra el movimiento obrero francés fue grande y allí el anarquismo tenía mucha influencia.
La Conferencia celebrada en Londres en 1871 marcaba también la tendencia que se quería imponer en el seno de la AIT. Sin la asistencia de Bakunin las calumnias del sector autoritario contra su persona no se hicieron esperar.
La ruptura estaba servida.

La importancia del congreso de Saint-Imier

            Confirmada la expulsión de Bakunin y Guillaume del seno de la Internacional por el congreso de La Haya, la reunión de los antiautoritarios en Saint-Imier tenía enorme importancia.
            En esta ciudad suiza se juntaron delegados españoles (Alerini, Farga Pellicer, Marselau y Morago), de EEUU (Lefrançais), de Francia (Camet y Pindy), de Italia (Bakunin, Cafiero, Costa, Fanelli, Malatesta y Nabruzzi) y Suiza (Guillaume y Schwitzguébel).
            Junto al acuerdo que hemos plasmado más arriba, el congreso de Saint-Imier sacó también otras importantes conclusiones.
            En primer lugar rechazan, de forma unanimidad, los acuerdos adoptados en La Haya y no reconocen ningún poder al Consejo General. A partir de ese momento se elabora un pacto de solidaridad entre las federaciones de la Internacional para evitar otro golpe autoritario en el seno de la misma.
            Ese pacto iba a estar representado por la amistad, la solidaridad y la defensa mutua de las distintas federaciones libres. Es el segundo gran acuerdo del congreso. Se declaran enemigos del centralismo y se adoptó la forma federal de funcionamiento. Habría una oficina de correspondencia entre secciones. El objetivo era claro: Proclaman que la conclusión de este pacto tiene como objetivo principal la salvación de esta gran unión de la Internacional, que la ambición del partido autoritario ha puesto en peligro.
            El congreso acordó que todo Estado y todo gobierno era enemigo de la clase obrera. La lucha tenía que tener una correspondencia entre los medios y los fines. Una sociedad que se fundaba sobre la violencia, el ejército, el espionaje, el clero, etc., nunca podría ser beneficiosa para la clase obrera. Se acuerda que la forma de organización será la resistencia al capital en gran escala y que la huelga es un instrumento indispensable de lucha contra sistema capitalista. Se aceptan las luchas económicas entre trabajo y capital para el mejoramiento de la clase obrera, pero nunca se tiene que desgajar de la lucha revolucionaria del proletariado contra el sistema capitalista.
            Saint-Imier sentó las bases del movimiento obrero anarquista Internacional y lo que será el posterior sindicalismo revolucionario.

La repercusión de Saint-Imier en el movimiento obrero español

            La Internacional había llegado a España en diciembre de 1868 de la mano de un anarquista italiano, Guissepe Fanelli. Éste entró en contacto con los sectores más avanzados del proletariado español (muchos de los cuales estaban inscritos, por entonces, en el republicanismo federal), quedando en 1870 establecida la primera sección de la Internacional en España, con el nombre de Federación Regional Española (FRE). Con anterioridad algunos delegados españoles habían participado en los congresos internacionales.
            La importancia e influencia de la FRE fue en aumento. Todo en un contexto revolucionario para España (el Sexenio Democrático). Tal fue la magnitud que las sociedades obreras de la FRE adquieren, que el gobierno intentar proscribirla, denominando a la Internacional como “la utopía filosofal del crimen”.
            España se iba a convertir en uno de los campos de batalla en el seno de la Internacional. La sección de España era claramente antiautoritaria. Por ello Marx envía a España un delegado de su confianza. Paul Lafargue, que venía huyendo de la represión de la Comuna de París, llega a España. El autor de El derecho a la pereza toma influencia entre un pequeño núcleo de militantes obreros madrileños (Pablo Iglesias, Francisco Mora, José Mesa, etc.) y se adhiere a la sección de Alcalá de Henares, impulsada por el fotógrafo Florencio Navarro, con el seudónimo de Pablo Farga. Este pequeño núcleo se organiza alrededor del periódico La Emancipación. Lafargue participa como delegado alcalaíno en el Congreso de Zaragoza de abril de 1872, donde ya se sientan las posturas de la ruptura de la Internacional en España. El núcleo madrileño funda la Nueva Federación Madrileña, frente a la Federación Local de la FRE en Madrid encabezada por Tomás González Morago y que publicaban el periódico El Condenado. Sin hacer ningún caso al Consejo Federal de la FRE, que desautorizaron las acciones de los núcleos madrileño y alcalaíno, y siendo reconocidos tras el Congreso de La Haya por el Consejo General de Marx, acaban fuera de la AIT. El movimiento obrero español fue mayoritariamente anarquista y celebró un importante congreso en Córdoba en 1873. Solo un minúsculo grupo fue seguidor del ideario marxista (aunque con mucho matices) y que con el tiempo articularon el Partido Socialista Obrero Español y la Unión General de Trabajadores.

Las consecuencias de Saint-Imier

            Tras el congreso de Saint-Imier el movimiento obrero internacional quedó divido en dos. El núcleo marxista trasladó el Consejo General de Londres a Nueva York, feneciendo sus estructuras poco después. Ni siquiera los núcleos mas proclives al marxismo fueron capaces de mantenerse en su seno. Cuando en 1875 el socialismo alemán se unifica en el Programa de Gotha, y surge el SPD, no contó con el beneplácito de Marx. En el congreso de Filadelfia de 1875 deciden disolver la AIT.
            Por su parte el movimiento obrero anarquista celebró distintos congresos regulares hasta Verviers en 1877. Hubo un intento de unificación en el Congreso de Gante de ese mismo año, que fue un fracaso. Importantes para el mantenimiento de las estructuras internacionales anarquistas fue el Congreso de Londres de 1881 y el de Ámsterdam de 1907.
            Los marxistas volvieron a fundar una Internacional en 1889, agrupando a los distintos partidos socialistas del mundo. Una Internacional donde quedó excluido el anarquismo. Una Internacional que se volvió a dividir tras el estallido de la Revolución Rusa en 1917, surgiendo la III Internacional Comunista o Komintern. E incluso una IV Internacional agrupando a los partidos trotskistas y antiestalisnistas.
            Por su parte los libertarios tenían claro que tras el congreso de Ámsterdam de 1907 había que volver a articular una nueva Internacional. En 1922 hacen renacer la AIT en Berlín, donde se agrupan la mayoría de las organizaciones del sindicalismo revolucionario, entre ellas la CNT. En 1948 resurgió una Internacional Anarquista, en 1958 se crea la Conferencia Internacional Anarquista y en 1968 en Carrara la Internacional de Federaciones Anarquistas (IFA) donde está la Federación Anarquista Ibérica.

Julián Vadillo Muñoz


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Silencio de la prensa española ante la matanza de inmigrantes en las fronteras con Melilla


El pasado lunes, la policía marroquí lanzó un ataque despiadado contra los migrantes africanos que esperan en los bosques colindantes a la frontera con Melilla para poder cruzar hacia la ciudad española. Hay varios muertos y heridos de gravedad. La prensa española silencia la noticia.
El pasado lunes, la policía marroquí atacó los campamentos que los subsaharianos tienen esparcidos desde Segangan hasta Marihuari, sembrando de sangre, terror y caos los bosques colindantes a la frontera con Melilla. No es el primero en las últimas semanas, pero sí el más sangriento. Según denuncian algunos de los supervivientes, a través del diarioeltelegrama, son varios los muertos y heridos de gravedad a consecuencia de la acción de las fuerzas represoras al servicio de la dictadura marroquí. 
Según cuenta dicho medio, el domingo por la tarde una veintena de furgonetas blindadas de las Fuerzas de Seguridad marroquíes –similares a las que en España utiliza la Unidad de intervención Policial (UIP)- aparecían apostadas en Farhana y los todoterreno Hummer H1 del Ejército alauí empezaban a hacer rondas por la carretera que va desde el Cabo Tres Forcas hasta el Gurugú. Tras el salto, que tuvo lugar entorno a las 05:00 de la madrugada, Policía y Ejército marroquí pasaron a la acción. El lunes, al amanecer, en el cruce entre Beni Enzar y la carretera que va hacia Farhana aparecía tirado en el suelo Abderrahaman, un joven de 25 años, natural de Mali, que se arrastraba por el suelo con el cuerpo lleno de heridas y la cara llena de sangre que brotaba de su cabeza. No podía andar, le habían roto las piernas a golpes. Tenía una torta de pan y un batido que le habían dado unos jóvenes por caridad, pero aseguraba que nadie se acercaba a socorrerle porque “tienen miedo de que les pase algo a ellos también”.
El joven inmigrante denunciaba así el ataque fascista de los cuerpos y fuerzas de seguridad de la dictadura alauita. Según su testimonio, habría varios muertos y un importante número de personas heridas de gravedad.  “Nos han matado a palos. Han venido durante la noche y por la mañana y nos han pegado hasta partirnos los huesos. Se han llevado a algunos a Oujda pero a otros nos han dejado muriéndonos en los bosques”, cuenta aterrorizado. 
Una gran parte de ellos pertenece al grupo de más de un centenar de subsanarianos que en la madrugada del lunes, intentó acceder a Melilla superando el doble vallado. Algunos de ellos coniguió alcanzar su objetivo, pero la Guardia Civil española los expulsó de nuevo a Marruecos, a sabiendas de la situación a la que se ven expuestos allí, es decir, a arrojarlos en manos de las brutales palizas a las que son sometidos por la dictadura marroquí, a consecuencia de las cuales muchos de ellos acaban perdiendo la vida o sufriendo lesiones cuyas secuelas les durarán para toda la vida. “Como siempre la Guardia Civil nos expulsa otra vez a Marruecos. Es muy frustrante, porque ya estás dentro. Llegas exhausto, lleno de heridas y te detienen y te expulsan de nuevo a Marruecos para que aquí nos maten a palos”, relata el migrante malherido a través del mencionado eltelegrama. 
Alguno de ellos han visto morir a compañeros suyos, otros han visto como la Gendarmería o el Ejército marroquí se llevaba a algunos de ellos y nunca volvían a verlos: “Un compatriota llegó nadando por Aguadú. Lo cogió la policía marroquí lo mató a palos y se deshizo del cuerpo. Yo lo ví, no es la primera ni la única vez. Matan a muchos de los nuestros y no sé que hacen con los cadáveres”, señala un joven senegalés. Una brutal cacería que se desarrolla prácticamente a diario, y desde hace muchos años, en las puertas mismas del estado español, con la complicidad, y la responsabilidad directa, tanto de la Guardia Civil española, como del gobierno. “En Marruecos no nos quieren, pero en España tampoco. Llevo aquí más de un año, he entrado ya dos veces a Melilla y me han devuelto otra vez aquí donde sólo nos pegan, nos maltratan. Aquí no existen los derechos humanos. Y no podemos volver a casa, es imposible volver”, asegura el mismo joven.
Y es que son muchos los intereses que entran en juego como para andarse con minucias tipo "respeto a los derechos humanos" y otras "sandeces buenrollistas" por el estilo. El Magreb es la antesala de Europa para esos muchos millones de africanos de todos los países que deciden emprender el viaje migratorio hacia la soñada tierra de la opulencia occidental. Francia, España, Italia, Portugal, etc., son precisamente aquellos países que primero encuentran estos hombres y mujeres africanos en su camino hacia Europa. Sabido es que los países europeos han firmado con estos países africanos una serie de acuerdos en materia de control de los flujos migratorios por los que directamente se está comprando el control migratorio, descargando además la responsabilidad hacia los países fronterizos, así como algunos de los países de tránsito en las habituales rutas de la migración africana hacia Europa. Es decir, los países  europeos ofrecen una serie de prebendas en forma de acuerdos comerciales o de acuerdos para ayuda en cooperación al desarrollo, y, a cambio, descargan la mayor parte de la responsabilidad en el control de los flujos migratorios en los países del otro lado del Mediterráneo, sin importar en absoluto el tipo de régimen que exista en estos países o las medidas y los métodos que estos países vayan a adoptar para cumplir con su parte del trato. Unos métodos que, por supuesto, no son precisamente los más respetuosos con los derechos humanos de los migrantes, sino todo lo contrario, como podemos comprobar por lo relatado en esta noticia de eltelegrama.
No sólo es que países como España miren para otro lado, es que, además, en este asunto en concreto, miran para otro lado en su propio beneficio. Es decir, no son solo cómplices pasivos, sino cómplices activos: culpables y responsables. Como decimos más arriba, lo sucedido estos días en las inmediaciones de Melilla no es nuevo. Durante años han sido ampliamente criticadas las medidas que la gendarmería marroquí toma contra inmigrantes irregulares que encuentra intentando cruzar la frontera con España, a los que llegan a disparar o abandonar en el desierto, o las instalaciones en Mauritania del  centro de internamiento para extranjeros, criticado por las condiciones que en él se dan y financiado por el Gobierno Español. Algunas ONG hablan de un auténtico genocidio silenciado, con centenas de víctimas mortales cada año. Estas muertes de ahora, en realidad, no son más que unas entre las muchas que se cometen anualmente con la total complicidad del gobierno español y, por supuesto, de los medios burgueses españoles, que silencian sistemáticamente todo lo quie tenga que ver con esta matanza prolongada en el tiempo que se sucede al otro lado de la verja. Eso sí, cada vez que pueden, no dudan en recordarnos lo malévolo que era la existencia del Muro de Berlín y las muchas víctimas que hubo por tratar de cruzarlo "a manos de los comunistas". 
La firma de estos acuerdos migratorios, denominados como acuerdos de “segunda generación” (recogido en España a través del llamado “Plan África”), responde a la presión ejercida por la Unión Europea y más especialmente por España para el control de flujos migratorios. Según denunciaba hace ya años Itziar Ruiz, expresidenta de Amnistía Intencional en España (AI), “presionar para que sean Marruecos o Mauritania quienes realicen el control migratorio está teniendo costes humanos muy altos”. Además, estos acuerdos también obligan a países de paso, como Mauritania, a que acepten inmigrantes independientemente de su nacionalidad. AI denuncia, por ejemplo, que desde 2006 hasta la fecha miles de personas acusadas de salir de Mauritania para entrar en Canarias han sido arrestadas y devueltas a Mali o Senegal, independientemente de su origen, sin poder apelar esa decisión. Muchas también han estado recluidas en el “Guantanamito” mauritano. Además, esta externalización de fronteras no está teniendo seguimiento por parte del Gobierno español. “España y la UE delegan el control de sus fronteras externas a terceros países, sin preocuparse de los métodos empleados para llevar a cabo sus órdenes”, señala un informe de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA).
De hecho, el 6 de julio de 2006 el Gobierno español, entonces liderado por el "progresista" Zapatero, aprobó una partida de 10,5 millones de euros de ayuda a Marruecos para control de fronteras sin imponer ninguna condición relativa a los derechos humanos. Los hechos acaecidos el pasado lunes no son más que una consecuencia dirtecta de todo ello. Son los cuerpos represivos de la dictadura Marroquí los que apalean y asesinan a los migrantes subsaharianos en las fronteras, sí, pero es el gobierno español, así como el papel desempeñado a este lado de la frontera por los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles, quienes lo amparan, lo permiten y lo consienten, sin importarle lo más mínimo los acuerdos internacionales sobre Derechos Humanos o cualquier otro tipo de consideración de carácter humanitaria que se pueda dar, entre ellas, por supuesto, la defensa del valor de la vida humana de la que tanto alardean como "valor de occidente" siempre que pueden, eso, sí, solo para cuando les interesa.
La vida, al otro lado de la frontera de Melilla, ni para Marruecos, ni para el gobierno y la Guardia Civil española, como se puede comprobar, vale nada. La vida, claro, de las víctimas eternas del capitalismo, de esos migrantes empobrecidos por el sistema reinante que se ven obligados a abandonar sus países de origen en busca de un futuro que allí se les niega sistemáticamente. Porque si un solo Guardia Civil muriese en la frontera a consecuencia de un ataque de uno de estos migrantes, el escándalo sería mayúsculo. ¿Lo dudan?
Mención aparte merecen, por supuesto, los ya mencionados medios de comunicación españoles. Ellos también tienen buena parte de responsabilidad en todo esto, ellos son también cómplices de esta matanza que se desarrolla casi a diario a unos pocos kilómetros de las fronteras españolas. Ellos son quienes silencian sistemáticamente todo lo que tiene que ver con esta tragedia diaria que ocurre ante nuestras mismas fronteras y que jamás es noticia, no vaya a ser que ser despierte algún sentimiento de culpa y/o empatía entre la población de este lado de la valla de la vergüenza. Tan interesados en cualquier mínimo incidente que se pueda dar en Cuba, Venezuela o cualquier otro país de estos que no son del agrado de los poderes capitalistas internacionales, no tienen ojos para ver y contar lo que ocurre a bastantes menos kilómetros de sus redacciones. Los Derechos humanos, como todo, también están al servicio de sus intereses políticos y económicos. Cuando el quebranto de los mismos puede afectar a tales intereses, por muy cerca de las fronteras españolas que ocurra, mejor callar; la responsabilidad del estado español es demasiado evidente. Esos son los medios capitalistas. 
No somos delincuentes, sólo pobres. Aquí nos están matando y no hay organizaciones de derechos humanos que nos defiendan. La gente en España y en Europa tiene que saber lo que hacen con nosotros", concluye uno de los migrantes entrevistados por eltelegrama. Pero ya se encargan los principales medios de comunicación de que eso no ocurra. Afortundamente siempre quedarán medios como eltelegrama, o Kaosenlared, para tratar de que, al menos, se pueda poner un poco de luz ante tales hechos. 
Ayúdanos y difunde esta noticia a todos tus contactos.
Pedro Antonio Honrubia Hurtado, para Kaosenlared. 
Miércoles, 05 de Septiembre de 2012 13:53