El próximo 22 de mayo habrá elecciones locales y autonómicas. Los partidos del poder juegan verbalmente con el sufrimiento de millones de familias obreras para ganarse el voto y la simpatía de unos y otros y así mantener entretenido al personal mientras la situación se agrava cada días más. Una vez terminadas las elecciones, el paro seguirá creciendo, se recortará abruptamente el gasto social como en Cataluña y los y las trabajadoras estaremos más explotadas y en peores condiciones que antes.
Esto es así porque las elecciones no buscan dirimir entre grandes cuestiones que nos afecten a todos, sino que simplemente nos dan a elegir el color de los grilletes que nos opriman, el tacto de la soga que nos echen al cuello y si preferimos que nos golpeen con porras o con palos. Y es que la reforma política del franquismo no ha cambiado en lo fundamental las reglas del juego que se impusieron al pueblo trabajador con el golpe de Estado fascista del 18 de julio de 1936. Un juego que se ha consolidado con una alternancia entre PP y PSOE al servicio de los intereses de la burguesía, los mercados y sus organismos ejecutores: Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo, Organización Mundial del Comercio, etc.
Por otro lado, debemos hablar de las legalizaciones y las ilegalizaciones: la Ley de Partidos, herramienta del Estado para ilegalizar a los partidos que son expresión de lucha, que denuncian las carencias democráticas y defienden un mundo más justo; la imputación de listas de Bildu y Sortu, últimas de una larga lista en Euskal Herria, y la histórica ilegalización del PCE(r), además de los numerosos presos políticos que hay en las cárceles cada vez más masificadas, son otro claro ejemplo de la falta de equidad y libertad de la que hablábamos antes.
Hay que comprender que este sistema está organizado para una clase social, para los que poseen los medios de producción, es decir, los empresarios. Es la clase obrera y parte de sus representantes políticos y sindicales quienes no pueden concurrir libremente.
La revolución y el cambio de sistema no llegará por el parlamento, es ingenuo pensar que este proceso pueda darse ya que nunca ha habido uno igual en la Historia y son muchas las veces que al intentar esto se ha fracasado. Gobierne quien gobierne las hostias siempre son para los mismos y las mismas, pero ante ello no nos resignamos y nos planteamos qué hacer. Hacemos un llamamiento a ejercer la abstención activa, desarrollando lo que la imaginación y la conciencia crea conveniente.
¡LO LLAMAN DEMOCRACIA Y NO LO ES!
¡LA LUCHA ESTÁ EN LA CALLE Y NO EN EL PARLAMENTO!
ABSTENCIÓN ACTIVA
Madrid, 16 de mayo de 2011
COMISIÓN ANTIMONÁRQUICA DE LA COORDINADORA ANTIFASCISTA DE MADRID
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