Pierre-Joseph Proudhon (15
de enero de 1809 – 19 de enero de 1865), filósofo político y revolucionario
francés, y, junto con Bakunin y Kropotkin uno de los padres
del pensamiento anarquista y de su primera tendencia económica,
el mutualismo.
Nació en Besanzón, en el
seno de una familia de artesanos y campesinos. Su padre, Claude Proudhon, era
tonelero y cervecero, y consideraba que la cerveza que fabricaba debía venderse
por un valor que agregaba al precio de costo, tan solo el salario de su
trabajo, ya que "hubiera creído robar si hubiese cobrado más al
comprador". Esta conducta paterna influenciará a Pierre-Joseph, en cuya
obra se evidenciará esta búsqueda del justo precio como estricta remuneraciòn
del trabajo, considerando toda "ganancia" como "ingreso no
ganado". Su madre era cocinera y sirvienta. Él mismo trabajó toda su vida
manualmente: primero, como guardador de vacas y boyero hasta la edad de 12
años, y después como tonelero, junto a su padre; después, como mozo de
labranza, luego, como tipógrafo.
Originario, como Charles
Fourier, del Franco Condado, en el que, como dice G. Lefranc, "hasta
la revolución de 1789, hubo siervos al servicio de las abadías, pero que desde
la Edad Media iba orientándose hacia fórmulas cooperativas, mediante la
constitución de fruterías", sus concepciones económicas y sociales
tienen una primera y profunda raíz en las observaciones de su infancia sobre el
trabajo, la propiedad, la venta, el valor.
Estudios
Gracias a una beca en
1820 pudo ingresar a estudiar durante algún tiempo en el Colegio de Besançon,
pero razones económicas le impidieron concluir allí su bachillerato. A los 19
años ingresó a una importante imprenta de Besanzón, trabajando de corrector,
mientras aprendía el arte de la tipografía. Como la casa editorial preparaba
una edición de la Biblia, aprovechó la ocasión para aprender el idioma hebreo,
nociones de teología y también iniciarse en filología comparada y lingüística.
Básicamente se le debe considerar, pues, como a Fourier un autodidacta. El
carácter no sistemático, las contradicciones (reales o aparentes), el vuelo
grandioso y el brillante rigor de su estilo son el resultado de su genio,
campesino-artesanal, autodidáctica.
Entre 1831 y 1832 hizo
un viaje por Francia en busca de trabajo, recorriendo París, Lyon, Neuchâtel
(Suiza), Marsella y Tolón. De regreso a Besanzón, el fourierista Just Muiron le
ofreció trabajo como redactor jefe del periódico El Imparcial. Durante todo
este tiempo no cesó de instruirse y profundizar sus conocimientos de los
clásicos como Descartes o Rousseau. Luego de otro breve viaje
por Francia, fundó con otros dos socios una pequeña imprenta. La primera obra
que Proudhon escribió fue un Ensayo de gramática general(1837),
publicado como apéndice a una obra de lingüistica del abate Bergier. En 1838
tuvo que cerrar la imprenta por sus dificultades económicas y el suicidio de su
socio. El 23 de agosto de ese año obtuvo la beca Suard de la Academia de
Besanzón, que le permitió disfrutar durante 3 años de una renta de 1500
francos. En 1839 publicó un trabajo de carácter histórico-sociológico, De
la utilidad de celebrar el domingo, que, igual que el primero, no llamó
mucho la atención, aunque obtuvo una mención académica. Pero su tercera obra,
"¿Qué es la propiedad?", aparecida en 1840, le hizo repentinamente
famoso en París, en Francia y en el mundo. Al año siguiente, en 1841, y luego
en 1842, completó las teorías allí expuestas con una Segunda y Tercera memoria.
En 1843 escribió dos
obras importantes: "La creación del orden en la humanidad" y "El
sistema de las contradicciones económicas o la Filosofía de la miseria".
Esta última dio lugar a una dura respuesta de Marx, quien escribió su
"Miseria de la filosofía", precisamente un año después de publicada
"Filosofía de la miseria" (1844).
Proudhon conoció a Marx
en París; luego de la muerte de Proudhon, Marx escribiría una carta a Herr
Schwaitzer comentando sobre sus apreciaciones a la obra del francés, la carta
concluía:
Proudhon tenía una inclinación natural
por la dialéctica. Pero como nunca comprendió la verdadera dialéctica
científica, no pudo ir más allá de la sofística. En realidad, esto estaba
ligado a su punto de vista pequeño burgués. Al igual que el historiador Raumer,
el pequeño burgués consta de «por una parte» y de «por otra parte». Como tal se
nos aparece en sus intereses económicos, y por consiguiente, también en su
política y en sus concepciones religiosas, científicas y artísticas. Así se nos
aparece en su moral y en todas las cosas. Es la contradicción personificada. Y
si por añadidura es, como Proudhon, una persona de ingenio, pronto aprenderá a
hacer juegos de manos con sus propias contradicciones y a convertirlas, según
las circunstancias, en paradojas inesperadas, espectaculares, ora escandalosas,
ora brillantes. El charlatanismo en la ciencia y la contemporización en la
política son compañeros inseparables de semejante punto de vista. A tales
individuos no les queda más que un acicate: la vanidad; como todos los
vanidosos, sólo les preocupa el éxito momentáneo, la sensación. Y aquí es donde
se pierde indefectiblemente ese tacto moral que siempre preservó a un Rousseau,
por ejemplo, de todo compromiso, siquiera fuese aparente, con los poderes
existentes.
Tal vez la posteridad distinga este
reciente período de la historia de Francia diciendo que Luis Bonaparte fue su
Napoleón y Proudhon su Rousseau-Voltaire.
Ahora hago recaer sobre usted toda la
responsabilidad por haberme impuesto tan pronto después de la muerte de este
hombre el papel de juez póstumo.
Política
En 1848 Proudhon es
elegido diputado a la Asamblea Nacional, al proclamarse la Segunda
República. En el seno de ese cuerpo legislativo combate la propuesta del
reformista Louis Blanc, "cuyos talleres nacionales adormecen a los
proletarios sin concederles nada de lo esencial". En ese medio
republicano-burgués aparece como un extraño disidente. Él mismo escribe en sus
Carnets: "Estos diputados se asombran de que yo no tenga cuernos y
garras". Sin embargo, sus ideas, a través del periódico que publica,
"Le representant du peuple", llegan a tener entonces gran influencia
en los estratos populares de París. Cuando el general Louis Eugène
Cavaignac reprime violentamente la revuelta Popular del 23 de junio, 691
de los 693 diputados de la Asamblea aprueban su conducta mientras que Proudhon
es uno de los dos que la condena.
En tal ocasión pronuncia
un célebre discurso, donde opone taxativa y radicalmente, como nunca nadie se
había atrevido a hacer hasta entonces, la burguesía y el proletariado,
afirmando que "el proletariado realizará un nuevo orden, por encima de
la ley establecida, y procederá a una liquidación de la burguesía". En
este momento, Proudhon, que por lo general tiene una posición no violenta,
porque confía en los mecanismos de la organización económica, asume una actitud
beligerante, que bien podríamos llamar "de fuerza". "La
esperanza de llegar pacíficamente a la abolición del proletariado —dice— es una
pura utopía". Poco después, como reafirmando la idea de la lucha de
clases, añade: "Pertenezco al partido del trabajo contra el capital"..
Cárcel, exilio y libros
El 10 de diciembre de
aquel mismo año, Luis Napoleón es proclamado Presidente de la
República por la Asamblea Nacional. Dos años y medio después este Presidente se
convertiría en Emperador, del mismo modo que el primer Napoleón había
pasado del Consulado al Imperio.
Proudhon ataca duramente
a Luis Napoleón en su periódico "La voix du peuple", y lo
considera como el peor enemigo del proletariado y del socialismo. Por esta
razón es condenado, en 1849, a varios años de cárcel. Huye a Bélgica, donde
vive en el anonimato durante un tiempo, ganándose la vida como profesor
particular de matemáticas.
En una ocasión, al
regresar por motivos privados a Francia, es descubierto, y encerrado en la
famosa prisión de Santa Pelagia. Allí se dedica con apasionado fervor al
estudio y escribe, entre otros libros, "La idea general de la
revolución". Mantiene también una nutrida y clandestina correspondencia
con muchas figuras de la oposición, y propicia una alianza del proletariado con
la clase media para derrocar a Luis Napoleón, actitud que le será reprochada
por algunos socialistas, los cuales recordaban que pocos años antes Proudhon
había contrapuesto de un modo tajante el proletariado y la burguesía.
En 1858 escribe, contra
el católico Mirecourt, una de sus más extensas e importantes obras
histórico-filosóficas: "Sobre la Justicia en la Revolución y en la Iglesia",
la cual le vale una nueva condena, por su ataque contra la religión del Estado,
y un nuevo exilio en Bélgica. Una amnistía le permite retornar a su país, donde
en 1863 publica otra de sus obras fundamentales: "El Principio
federativo". En ella desarrolla ampliamente su concepción del federalismo
integral, que pretende no sólo descentralizar el poder político y hacer que el
Estado central se disgregue en las comunas o municipios, sino también, y ante
todo, descentralizar el poder económico y poner la tierra y los instrumentos de
producción en manos de la comunidad local de los trabajadores. Este concepto
del federalismo es quizá el que mejor resume esa totalidad móvil que es el
pensamiento de Proudhon.
En los últimos dos años
de su vida escribe otra obra de gran importancia doctrinal, que influye
decisivamente en la formación ideológica de los fundadores de la Primera
Internacional: "De la capacidad política de la clase obrera",
aparecida en 1865.
Pensamiento
El pensamiento de
Proudhon parte, ante todo, de la filosofía de la Ilustración. Los empiristas
ingleses (Locke, David Hume, etc.) y los enciclopedistas franceses, como
Voltaire, Helvetius, y particularmente Diderot, son con frecuencia el
presupuesto tácito o explícito de sus desarrollos doctrinales. Ataca duramente
a Rousseau (como antes Godwin y después Bakunin), pero toma de éste
algunas de sus ideas básicas.
También influyen sobre
Proudhon las agudas críticas de los socialistas utópicos, como Saint-Simon y
Fourier, aunque nadie más renuente que él a las construcciones ideales y al
trazado de brillantes cuadros futurísticos.
Discusiones entre Marx y Proudhon
Las cordiales relaciones
entre Proudhon y Marx no duraron mucho. Marx, que rompió con cuantos
le precedieron, quiso atacar, en cierto momento, al alemán Grün,
representante del llamado "verdadero socialismo", y quiso arrastrar
consigo a Proudhon, el cual, lo mismo que Bakunin, no se prestó a ello. He
aquí lo que en tal ocasión escribe el "padre del socialismo francés"
al "padre del socialismo alemán": "Después de haber demolido
todos los dogmas a priori, no caigamos, a nuestra vez, en la contradicción de
vuestro compatriota Lutero; no pensemos también nosotros en adoctrinar al
pueblo; mantengamos una buena y leal polémica. Demos al mundo el ejemplo de una
sabia y previsora tolerancia, pero, dado que estamos a la cabeza del
movimiento, no nos transformemos en jefes de una nueva intolerancia, no nos
situemos como apóstoles de una nueva religión, aunque ésta sea la religión de
la lógica".
Marx ataca a Proudhon
cuando éste publica su Sistema de las contradicciones económicas, tres o cuatro
años después de haberlo alabado por su "¿Qué es la propiedad?".
Para muchos marxistas,
Proudhon es un ideólogo de la pequeña burguesía, y particularmente de las
clases artesanas y campesinas. Los proudhonianos responden a esto recordando
los orígenes de Proudhon como trabajador manual. Algunos autores como Jean
Touchard, en su Historia de las ideas políticas, prefieren definir
al proudhonismo como "un socialismo para artesanos"; otros han
hablado de "un socialismo para campesinos". Los proudhonianos
responden a esto diciendo que tales definiciones sólo pueden aceptarse si se
tiene en cuenta que, en el momento en que Proudhon pensaba y escribía, la
mayoría de los trabajadores asalariados eran artesanos y agricultores más que
obreros industriales. También hay quienes han optado llamarlo como León
Víctor Bourgeois, "padre del socialismo francés", como con Stekloff,
"padre del anarquismo" y como Dolléans, "gran filósofo y tribuno
de la plebe europea".
Principales obras
·
¿Qué es la propiedad? (1840)
·
Sistema de contradicciones económicas o
Filosofía de la Miseria. (1846)
·
De la justicia en la Revolución y en la
Iglesia (1858)
·
El manual del especulador de la Bolsa (1853)
·
La Guerra y la Paz (1861)
·
El principio federativo. (1863)
·
De la capacidad política de la clase
obrera. (1865)
·
Teoría de la Propiedad. (1866)
·
Del principio del arte y su destino
social. (1875)
·
La Pornocracia, o las mujeres en los
tiempos modernos. (1875)
·
Correspondences (1875)
·
Amor y matrimonio. (1876)
·
Cesarismo y cristianismo. (1883)
·
Jesús y los orígenes del cristianismo. (1896)
·
Comentarios sobre las memorias de Fouché. (1900)
No hay comentarios:
Publicar un comentario