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ANIVERSARIO DEL PERIÓDICO CNT
La rivalidad
durante la Guerra Civil entre comunistas y anarquistas fue aumentando a medida
que el conflicto bélico avanzaba, culminando el enfrentamiento durante los
primeros días de mayo de 1937.
Comenzaba el
año 1937 como lo había terminado el anterior, con el creciente enfrentamiento
entre las fuerzas comunistas frente a las anarcosindicalistas. El asunto
Yagüe – dirigente comunista y consejero de Abastos de la Junta de Defensa de
Madrid – provocó una gran crisis en la retaguardia tras resultar herido en un
tiroteo durante un control a la altura del Ateneo Libertario de Ventas.
Mientras el incidente estaba pendiente de resolverse en los tribunales
populares - creados por el Ministerio de Justicia, con García Oliver al frente
-, los asesinatos por uno y otro bando estaban a la orden del día,
produciéndose una situación insostenible que solamente logró apaciguarse por
momentos. El periódico CNT no se libró de la polémica por, según el PCE,
haber eludido la censura y no condenar el suceso, ordenando Santiago Carrillo a
los Guardias de Asalto y tanquetas a ocupar los alrededores de la rotativa del
diario. Finalmente el tribunal popular resolvió la absolución de los detenidos
por el suceso Yagüe y nuestro diario solicitó públicamente la suspensión de Mundo
Obrero por sus constantes ataques sin fundamento contra el sindicato.
La unidad y
participación de todos los sectores antifascistas, bien en Cataluña con el
Comité Central de Milicias Antifascistas, en Madrid con la Junta de Defensa de
Madrid, o en el propio Gobierno central, poco a poco fue dando paso a un mayor
poder centralizado en un solo sector, que tras la ayuda de la URSS al bando
republicano, sería representado por el PCE.
Los
enfrentamientos en Madrid solamente serían el preludio de lo que posteriormente
ocurriría a gran escala en Barcelona. Entre los días 3 y 8 de mayo, se libró
una batalla entre la Generalitat y los grupos que la apoyaban (PCE y PSUC), y
la CNT y el POUM, teniendo como detonante la ocupación gubernamental de la
central Telefónica, hasta el momento controlada por la CNT-FAI. De esta forma
se provocó la caída del gobierno de Largo Caballero, siendo sustituido por Juan
Negrín, y con él la posibilidad de que la CNT tuviera apenas protagonismo en lo
que quedaba de contienda. Con un balance de unas 1000 muertes, los hechos solo
pueden calificarse como desastrosos y el mayor síntoma de que la guerra estaba
completamente perdida y el frente antifascista más roto que nunca. De esta forma
se pronunciaría el periódico ante tales circunstancias: “El Partido Comunista,
al obrar así, demuestra que le interesa muy poco todo aquello que dice
defender. Cuando se proclama adalid de la unidad, en vez de probar que
verdaderamente la desea, demuestra que es aficionado a hacer política
partidista con ese deseo de todos los verdaderos revolucionarios. Cuando se
proclama defensor del Gobierno, prueba que, por el contrario tiene el propósito
de crearle dificultades y de quebrantarlo con sus maniobras. Cuando se ocupa de
los sucesos de Cataluña, en vez de presentarlos como un choque entre dos
tendencias, los presenta como una rebelión contra el Gobierno de la República,
con el insano intento de que, por un lado, se pueda señalar la existencia de
grandes grupos rebeldes, y por otro, pueda acusarse de debilidad y de
inprevisión al mismo Gobierno.” (`No se puede ganar la guerra ni hacer la
revolución contra la mitad de la clase trabajadora española´, miércoles 12 de
mayo de 1937).
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