Presidencia del XXVI Congreso del PSOE, (XIII en el exilio), celebrado en Suresnes. François Mitterrand, secretario del PSF interviene en el estrado. Sentados, de izda a dcha: Ronald Balcomb, secretario de la Internacional Socialista, José Martínez Cobos, Alfonso Guerra, Manuel Garnacho y Fabián Ramón. Octubre de 1974 (Propias)
En el trascendental congreso de Suresnes
(1974), el Partido Socialista Obrero Español se relanzó como fuerza política
operativa con un programa de tonos radicales que iba más allá de la 'España
plural' y aceptaba el derecho de autodeterminación de las nacionalidades
Hay un párrafo maravilloso de Gabriel García Márquez
en ‘Cien años de soledad’ que dice: “El mundo era tan reciente, que muchas
cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo”.
Hubo un tiempo en el que pasó algo parecido en este país. La democracia en
España era tan reciente, tan reciente que aún no había nacido, que algunas
cosas se mencionaban con nombres que ahora nos parecerían increíbles. Hubo un
tiempo en el que el Partido Socialista Obrero Español señalaba con el dedo la
autodeterminación de los pueblos y levantaba el pulgar. ¿Derecho a decidir? No,
no, no, esa expresión ahora tan presente en los diarios, meliflua y propia de
un adolescente contrariado al que no dejan llegar tarde a casa, no es de
aquella época, en la que todo parecía pendiente. Estamos hablando en
serio: derecho de autodeterminación de las nacionalidades de España.
Ese era uno de los puntos centrales del programa del PSOE renovado en
1974. Claro, preciso y contundente. Tan contundente que estuvo a punto de
proclamar la autodeterminación para todos.
10 de octubre de 1974, Suresnes, periferia de París,
teatro Jean Vilar. El congreso socialista elige al joven abogado sevillano
Felipe González como nuevo secretario general, tras una laboriosa alianza entre
diversos sectores de la militancia en el interior de España, una mayoría que
deja definitivamente fuera de juego a la vieja dirección en el exilio
encabezada por Rodolfo Llopis. Maestro alicantino, masón desde la juventud a la
vejez, diputado durante la República, enfrentado durante la Guerra Civil a la
línea del primer ministro Juan Negrín, anticomunista, Llopis mantenía un PSOE
de mesa camilla a la espera de la muerte del dictador. Y en España todo estaba
cambiando.
En un congreso anterior, Llopis ya había sido
sustituido por una dirección colegiada del interior, abriéndose una lucha de
fracciones: el PSOE Histórico contra el PSOE Renovado. La Internacional
Socialista finalmente había dado la razón a los renovadores –luego veremos en
qué contexto- y el congreso de Suresnes era la ceremonia de entronización del
nuevo grupo dirigente y del nuevo programa.
Un programa que enfocaba así la complicadísima
cuestión territorial española. Aviso a los jóvenes lectores que no hayan vivido
la transición, átense los cinturones y preparados para la sorpresa:
Ante la configuración del Estado español, integrado
por diversas nacionalidades y regiones marcadamente diferenciadas, el PSOE
manifiesta que:
1) La definitiva solución del problema de las
nacionalidades que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno
reconocimiento del derecho de autodeterminación de las mismas que comporta la
facultad de que cada nacionalidad pueda determinar libremente las relaciones
que va a mantener con el resto de los pueblos que integran el Estado español.
2) Al analizar el problema de las diversas
nacionalidades el PSOE no lo hace desde una perspectiva interclasista del
conjunto de la población de cada nacionalidad sino desde una formulación de
estrategia de clase, que implica que el ejercicio especifico del derecho de
autodeterminación para el PSOE se enmarca dentro del contexto de la lucha de
clases y del proceso histórico de la clase trabajadora en lucha por su completa
emancipación.
3) El PSOE se pronuncia por la
constitución de una República Federal de las nacionalidades que integran el
Estado español por considerar que esta estructura estatal permite el pleno
reconocimiento de las peculiaridades de cada nacionalidad y su autogobierno a
la vez que salvaguarda la unidad de la clase trabajadora de los diversos
pueblos que integran el Estado español.
4) El PSOE reconoce igualmente la existencia de otras
regiones diferenciadas que por sus especiales características podrán establecer
órganos e instituciones adecuadas a sus peculiaridades.
El
hombre clave del congreso de Suresnes fue el joven librero sevillano Alfonso
Guerra, un hombre de origen humilde, con estudios universitarios y muy
aficionado al teatro. Él movió los hilos, supervisó las ponencias y garantizó
la elección de Felipe González como secretario general, frente al núcleo
madrileño encabezado por Pablo Castellanos y Francisco Bustelo. Alfonso Guerra
(nombre clandestino ‘Andrés’), afinando los textos sobre el irrenunciable
derecho de autodeterminación de las nacionalidades de España en una brasserie
de la periferia de París, con fondo musical de George Brassens. He ahí una
excelente dosis de ironía para una tarde de domingo. Sugiero acompañarla con
una copa pacharán con hielo.
https://www.lavanguardia.com/politica/20130929/54390144664/cuando-psoe-decia-autodeterminacion-enric-juliana.html
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