jueves, 26 de septiembre de 2019

Una de las mayores matanza de inocentes de la Guerra Civil




La aldea de La Sauceda y el cortijo de El Marrufo fueron tomados por tropas de Falange, Guardia Civil y Ejército, al mando del teniente del Instituto Armado José Robles, quien había salido de Ubrique, camino de la aldea, a primeros de noviembre de 1936.

En esta entrada, las milicias fueron tomando prisioneros a los que se relacionaba con el bando republicano, en muchos casos campesinos que habían huido a refugiarse en esta zona. Camiones cargados de muebles, comestibles, ganados de todas clases y personas llegaban al prado, procedentes de la aldea de La Sauceda, que literalmente había sido exterminada. Desde allí, fueron conducidos prisioneros, las mujeres y niños en camiones, mientras los hombres eran trasladados a pie hasta el cortijo de El Marrufo. En su capilla, que aún hoy se conserva, se encerraron a las mujeres y los niños.

Allí mismo, muy cerca de la capilla, tras unas naves que aún hoy se conservan, existe una pequeña pendiente. En dicha pendiente, en tiempos pasados presidida por una cruz de hierro, se encuentra la fosa donde estas personas fueron enterradas. Allí, aún hoy, están los restos de aquellas mujeres y de sus hijos.


Documental La Sauceda, de la utopía al horror

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