Todas las cosas tienen una explicación. Y la persona que da nombre a nuestra Fundación pasa por ser una de las más trascendentales en la historia del movimiento obrero español. Es pues de recibo que se dé una semblanza biográfica de Anselmo Lorenzo y poder así comprobar, aunque sea de forma breve, la trascendencia e importancia de este personaje.
Anselmo Lorenzo Asperilla nació el 21 de abril de 1841 en
Toledo. Su familia era muy humilde, por lo que en 1852 manda a Anselmo a Madrid
a trabajar en la cerería que un tío suyo regentaba en la capital de España.
Pero la cerería no era el oficio que más entusiasmaba al joven Anselmo, con lo
que rápidamente busca trabajo en una tipografía. Decisión que no será baladí en
el futuro, ya que muchos de los fundadores de los primeros núcleos
internacionalistas en España tienen ese oficio. Serán conocidos como la
“aristocracia obrera” debido a que están más cerca del mundo de la cultura y de
las noticias de actualidad. Pero no fue Anselmo un estudioso de academia, sino
que se forjó en el autodidactismo, algo común en la clase obrera de la época.
Debido a ello va entrando en contacto con los grupos más
avanzados de la política española. De esa manera se acerca al republicanismo
federal, que en ese momento encabeza la figura de Francisco Pi i Margall. Fue
quizá uno de los políticos mas destacados y preclaros de la historia española.
Conocedor de idiomas, Pi i Margall es artífice de que en España se conozca la
obra de Proudhon. Y fue precisamente Pi i Margal quien hizo ver a Anselmo
Lorenzo que el republicanismo se quedaba estrecho y que era la concepción
anarquista de la sociedad lo que abría esos horizontes con los que Lorenzo se
sentía identificado. Anselmo Lorenzo frecuentaba el Fomento de las Artes, local
donde toma contacto con otros personajes que fueron en las fechas inmediatas,
fundadores del primer núcleo de la Internacional en España (Morago, Robau
Donadeu, Enrique Simancas, Francisco Mora, etc.) España vivía por entonces
momentos agitados. La monarquía borbónica representada en la figura de Isabel
II sufría un lento pero inexorable proceso de descomposición. El pueblo pedía
mayores libertades y oportunidades que la monarquía cercenaba. Un pueblo al que
habían estado ahogando durante tiempo en guerras interiores (la Guerras
Carlistas), en proyectos hacia el exterior y con una represión enorme cuando se
producían movimientos de renovación. Tras varias intentonas, en septiembre de
1868 se produce un movimiento contra la monarquía isabelina, que provoca la
caída de la monarquía borbónica.
Es el momento en que se comienzan a desarrollar las
organizaciones obreras de la Asociación Internacional de los Trabajadores. En
diciembre de 1868 llega a España el italiano Guiseppe Fanelli Rivera, miembro
de la AIT y de la Alianza de la Democracia Socialista, bakuninista, que viene
con el objetivo de constituir los primeros núcleos de la AIT en España. En
Barcelona encuentra a Rafael Farga Pellicer y en Madrid, en el Fomento de las
Artes a los personajes antes citados, entre ellos a Anselmo Lorenzo.
Constituida la sección de la AIT en España, que responde al nombre de
Federación de la Región Española (FRE), Anselmo Lorenzo es uno de los máximos
defensores de la misma en la corriente bakuninista. Su figura se hace
trascendental tanto dentro como fuera de las fronteras españolas. En la
Conferencia de Londres de 1871, Anselmo Lorenzo va como delegado de la sección
española, alojándose en la casa de Karl Marx, con quien debate el modo de
organización de la AIT. Allí comprueba que la forma de entender la
Internacional por los marxistas difiere de la de los bakuninistas.
La AIT en España avanzaba y superaba a las organizaciones
conservadoras como la Unión Manufacturera de Barcelona o a la moderada de Las
Tres Clases del Vapor. Como uno de los vehículos principales para extender la
propaganda revolucionaria era la prensa, y Anselmo Lorenzo tenía conocimientos
contrastados para este cometido, funda en 1870 el periódico Solidaridad, donde
se defienden las concepciones anarquistas de la Sociedad. Promueve también la
celebración del Primer Congreso Obrero en España, celebrado en Barcelona en
junio de 1870 y al que Anselmo Lorenzo asiste como delegado de la sección de
Madrid. Allí se revela que Anselmo Lorenzo, junto con Rafael Farga Pellicer y
Tomás González Morago, son las cabezas más claras de todo el movimiento obrero
internacional en España. Pero el avance de las ideas bakuninistas en España era
algo que para Marx y Engels, al frente del Consejo General de la AIT en
Londres, no se podía permitir. Por ello mandan como delegado a España al cuñado
de Marx, Paul Lafargue, que actúa bajo el seudónimo de Pablo Farga.
En Madrid contacta con un pequeño grupo dentro de la sección, de
tendencia marxista, y que tiene como figura más representativa a Pablo
Iglesias. Aun así, el primer contacto de Lafargue es con Anselmo Lorenzo, al
que conocía con anterioridad. Y es precisamente Anselmo Lorenzo quien le
presenta a ese pequeño grupo que con posterioridad provocará la ruptura de la
sección española de la AIT. En el Congreso de Zaragoza de 1872 se ven las dos
posturas que hay dentro de la Internacional y la ruptura está servida. Lafargue
acude como delegado a este congreso por la sección de Alcalá de Henares. Ese
pequeño grupo marxista de Madrid constituye la Nueva Federación Madrileña
alrededor del periódico La Emancipación, que rápidamente es aceptado por el
Consejo General en Londres, en manos de Marx y Engels. En el Congreso de La
Haya de 1872 la Internacional queda divida y la mayoría de la sección española
pasa a engrosar las filas bakuninistas.
Ese pequeño grupo madrileño fiel a Marx será el que con
posterioridad fundará el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879 y la
Unión General de Trabajadores (UGT) en 1888. Al poco de producirse la ruptura
internacionalista se proclama en España la Primera República, que tiene una
vida efímera, acosada por la Guerra Carlista, la sublevación cantonal, el
asedio borbónico y los gritos de independencia de las colonias. Caída la República
comienza una nueva etapa donde los internacionalistas son fuertemente
perseguidos. Durante ese tiempo Anselmo Lorenzo realiza algunos viajes a
Portugal, con el objetivo de desarrollar en el país luso los núcleos
internacionalistas a semejanza de los españoles. Pero la vuelta de la monarquía
borbónica en la figura de Alfonso XII, y la subida al poder de Canovas del
Castillo, provoca una persecución contra los Internacionalistas. Sagasta llega
a calificar la Internacional como la “utopía filosofal del crimen”. En el
tiempo de la clandestinidad, Anselmo Lorenzo también funda una familia. Se une
a Francisca Concha y producto de dicha unión nacen Mariana, Marina y Flora.
Disperso en Internacionalismo de raíz ácrata, vuelve a intentar formar
organización cuando en 1881 funda la Federación de Trabajadores de la Región
Española (FTRE).
La mecha nunca se durmió. Anselmo Lorenzo participa de todas las
iniciativas de organización obrera, así como de propuestas de periódicos como
El Socialismo, impulsado por el gaditano Fermín Salvochea. Pero también es un
momento difícil para el movimiento anarquista. La dispersión hace que se
ejecuten acciones individuales que son pretexto para las autoridades para
reprimir al conjunto del movimiento anarquista. Esto, junto a montajes
estatales como el de la Mano Negra, hace que Anselmo Lorenzo esté mas de una
vez en prisión, en un momento donde su salud ya está fuertemente quebrantada.
Alojado en Barcelona impulsa el movimiento obrero en Cataluña. Merced a la
oleada de atentados en Barcelona, la enorme conflictividad social y el
asesinato de Cánovas del Castillo en agosto de 1897 por el anarquista italiano
Michelle Angiolillo, hace desatar una oleada represiva que culmina con los
famosos “Procesos de Montjuïc”, donde Anselmo Lorenzo, muy enfermo de una
dolencia cardiaca acaba en la cárcel y sufriendo las mayores penalidades. Allí
se junta la flor y nata del anarquismo español. Junto a él coinciden en la
cárcel Tarrida de Mármol, Teresa Claramunt, Juan Montseny, Pedro Corominas,
José López Montenegro, etc. Desterrado a París, Anselmo Lorenzo siguió allí,
con su salud muy deteriorada, trabajando por la propaganda y la cultura
anarquista. Toma contacto con Charles Albert, Jean Grave, Sebastián Faure.
También debate con los socialistas mas prestigiosos de Francia, como Jean
Jaurés.
Concedida amnistía comenzando el siglo XX, Anselmo Lorenzo
vuelve a España y comienza una frenética labor en su producción intelectual,
tanto a través de libros como de folletos y artículos en la prensa anarquista.
Se posiciona a través de La Huelga General y de Tierra y Libertad (fundado por
Juan Montseny) a favor la oleada huelguística de 1900-1902. Igualmente es el
momento en el que traba relación con el pedagogo libertario Francisco Ferrer
Guardia, al que conoció en París. Ferrer tenía un proyecto educativo con el que
Anselmo Lorenzo estaba completamente de acuerdo. Así, en septiembre de 1901
Ferrer funda en Barcelona “La Escuela Moderna”, en cuya editorial colabora
Anselmo Lorenzo, ya sea a través de artículos de su boletín, o en las
traducciones de textos para la editorial de autores anarquistas como Reclús
(tradujo su gran El hombre y la Tierra), Pedro Kropotkin, Pouget, etc. Todo
esto no le evita que vuelva a ir a la cárcel por cuestiones de conflictividad social
en Cataluña. También merced a la infiltración policial en las filas
anarquistas, como fue el caso de Rull.
En 1906 la Escuela Moderna es clausurada al vincular a Ferrer
con el atentado que Mateo Morral ha perpetrado contra el cortejo nupcial de
Alfonso XIII y Maria Eugenia de Battenberg el día de su boda. Aunque se
demostró sobradamente la inocencia de Ferrer, la Escuela Moderna no fue abierta
nuevamente. Aun así la editorial siguió adelante y con ella Anselmo Lorenzo.
Tras el juicio por el intento de regicidio frustrado, el enemigo a batir por el
Estado y la Iglesia era Ferrer. Y aprovechó la llamada Semana Trágica de
Barcelona en julio de 1909 para inculparle de todos los males y llevarle al
paredón en octubre de ese año. Por los acontecimientos de julio de 1909 Anselmo
Lorenzo es detenido, junto a otros integrantes del equipo de la Escuela
Moderna. Por todo ello Lorenzo es desterrado primero a Alcañiz y luego a
Teruel, junto a la compañera sentimental de Ferrer, Soledad Villafranca. Pero
su deteriorada salud no le impidió seguir en su puesto histórico. El sucesor de
Ferrer, Lorenzo Portet, siguió confiando en Anselmo Lorenzo. Su labor
intelectual no falló.
Al igual que su contribución al desarrollo del sindicalismo. En
octubre de 1910 asiste al nacimiento de la Confederación Nacional del Trabajo
(CNT), y con ello al nacimiento del movimiento sindical más dinámico y fuerte
de España y Europa. En ese congreso Anselmo Lorenzo se dirigió a los asistentes
con las siguiente palabras: “Ante vosotros el libro blanco de la historia
presenta una página en blanco. Preparaos a rellenarla, futuros” Fue uno de los
últimos actos del “abuelo” del anarquismo. Tras ello la enfermedad le fue
minando más y más, hasta que el 30 de octubre de 1914 moría en su domicilio de
la calle Casanovas. Con él desaparecía una primera generación de hombres de
lucha, de anarquistas, de dinamizadores del movimiento obrero. Pero su trabajo
no cayó en saco roto. Sus luchas fueron ejemplo para que las posteriores
generaciones de luchadores tuvieran una base y unos cimientos en los que
asentar sus cometidos. Para ello Anselmo Lorenzo dejó una amplia gama de obras
de toda índole. Sin contar sus innumerables artículos, Anselmo Lorenzo es autor
de uno de los libros más importantes para conocer la historia del
internacionalismo español. El proletariado militante pasa por ser la gran obra
de los orígenes del movimiento obrero, escrita por uno de los participantes de
la misma, y por tanto escrita por obreros. Inicia así una saga de escritores
que continuará Manuel Buenacasa y Juan Gómez Casas. Pero es autor de otros
textos como El banquete de la vida, Criterio libertario, Hacia la emancipación,
El pueblo, Igualdad, libertad y fraternidad, Generalidades sociales, Fuera
política, El derecho a la salud, El trabajador libre, Vía libre, etc. Esta es
la vida de Anselmo Lorenzo. Esta es su obra. Y con ella todos sus cometidos.
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