Hoy os traigo a
este tipo. Simplemente por ponerle cara y nombre a la decencia. Se llamaba
Anselmo Vilar García, gallego y de profesión farero. Os contaba cómo hace justo
85 años unas 150.000 personas huían aterradas de la ciudad de Málaga ante la
llegada de las tropas franquistas. Y que durante su éxodo por la carretera de
la costa, esa inmensa columna de refugiados estaba siendo ametrallada,
bombardeada y diezmada continuamente por nazis alemanes y por fascistas
italianos desde el aire, y por los cruceros franquistas desde el mar.
En el camino de ese
éxodo desesperado se encontraban Anselmo y su faro al cual se jactaba de
mantener "siempre limpio y encendido".
Pero Anselmo sabía
que los aviones de reconocimiento alemanes e italianos se orientaban por la luz
de los faros para localizar a la columna de refugiados. Entonces facilitaban la
posición a los cruceros franquistas para que supieran dónde tenían que dejar caer
sus bombas.
Así que cuando, al
caer la noche del 6 de febrero, supo que unas 40.000 personas se arrastraban
por la carretera de la costa atravesando la pequeña localidad de Torre del Mar,
Anselmo se dirigió a su trabajo. Y sencillamente apagó el puto faro.
Y así lo mantuvo a
la noche siguiente. De esta forma los cañones de los cruceros y acorazados
franquistas se quedaron ciegos. La franja de costa afectada por el faro de
Anselmo se convirtió en un sitio seguro y la desesperada columna de refugiados
pudo aprovechar la oscuridad para seguir su terrible éxodo sin apenas bajas.
Dos días después
las tropas franquistas entraban en Torre del Mar e inmediatamente fueron a
buscar al responsable del faro. Allí estaba Anselmo, esperándolos. Lo
arrastraron hasta la tapia del cementerio y lo acribillaron a tiros.
Se llamaba Anselmo,
Anselmo Vilar García, de profesión, farero.
Escrito por Tico Pelayo
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