viernes, 30 de agosto de 2019

¿Quién fue el padre de Alfonso XII?



Isabel II tuvo doce hijos, ninguno de su marido y uno de ellos fue Alfonso XII. ¿Quién fue el padre de Alfonso XII?

Desde hace mucho tiempo he investigado la historia de los borbones, sus contradicciones, sus torpezas, ambiciones, amancebamientos, infidelidades, traiciones, la mejor forma de ser afianzar el republicanismo en España es conociendo la historia de sus reyes, ninguno destacó por su honradez, humanidad, ética o amor al pueblo que les permitía vivir a cuerpo de rey.
Todos los borbones tienen mucho en común, todos tienen muchas zonas oscuras que los deslegitimarían para continuar como estirpe reinante en cualquier país civilizado, salvo en España, pues todos los vicios habidos y por haber ha tenido dicha dinastía que tuvo bajo su cetro el mayor imperio conocido, y que por torpeza, traición y ambición perdieron. La independencia de los países latinoamericanos posiblemente se habría producido igualmente, pues la emancipación de los pueblos termina siendo una necesidad vital cuando depende de una lejana metrópoli que les ignora. No obstante, de haber sido otros, habría sido de manera civilizada y al estilo de la “Commonwealth” británica, y posiblemente hoy, de no haber estado al frente de España tan torpes como ambiciosos personajes la comunidad de naciones hispanas sería una feliz realidad.
  A pesar de mis muchas investigaciones, llegando al reinado del peor de todos los borbones, Fernando VII y de su archiconocida hija, Isabel II, me surgieron muchas dudas, había muchas cuestiones que no me cuadraban. Entonces conocía a María Nieves Michavila Gómez, investigadora seria, no como yo que soy un simple aficionado. Todas las dudas me las aclaró en una misma conversación la autora de “Voces desde el más allá de la historia”, porque ella, además de investigadora, conoce testimonios de primera mano que afectan a su propia familia, ya que posiblemente, borbones y María Nieves Michavila, comparten un ascendiente común el oficial de Ingenieros Federico Puig Romero, mandado asesinar; posiblemente, por su amante Isabel II.
Los libros de historia nos dicen, sin embargo, que fue su amigo, Puig Molto el padre de Alfonso XII; no obstante,  Isabel II tenía muy poderosas razones para ocultar la paternidad real de quien sería rey, como bien explica María Nieves Michavila:
“Para Isabel II era imprescindible ocultar al Santo Padre, padrino de su hijo Alfonso, la existencia de hermanos comunes con el progenitor de su hijo. A esto se unía el peligro de que saliera a la luz una información muy grave para la dinastía Borbón que hizo cambiar la actitud de Fernando VII hacia los huérfanos Puig Romero, pasando del más absoluto despotismo a todo tipo de concesiones, recurriéndose a falsificaciones y bolsillo secreto del rey.”
Partiendo de los testimonios orales de la propia familia de la investigadora,  María Nieves Michavila Gómez comienza las pesquisas durante más de diez años para saber la verdad sobre el asesinato de su ascendiente el coronel Federico Puig Romero. Surgiendo de esta investigación “Voces desde el más allá de la historia”. El libro en cuestión aporta muchas novedades y vías de investigación sobre quién fue el verdadero padre de Alfonso XII y las intrigas que en torno a esa paternidad se dieron. Siendo un libro de investigación histórica que no me cabe duda de que sentará las bases para que otros investigadores continúen la labor emprendida por María Nieves Michavila Gómez.
Es importante conocer la historia, pero la historia se escribe en no pocas ocasiones a sueldo de quien tiene el poder. Voces desde el más allá de la historia, nos muestra con más seriedad que yo voy a exponer aquí, la historia no oficial. La historia que es preciso investigar y que María Nieves Michavila lleva a cabo de manera rigurosa, sirviéndose a través de una investigación tenaz y exhaustiva y a la vez de fuentes directas llegadas directamente de sus antepasados, mostrándonos uno de los secretos mejores guardados de los borbones españoles: ¿Quién fue el padre de Alfonso XII?
La legitimidad de la monarquía se basa en la sangre del rey transmitida por vía sexual a la reina, pero los borbones, casi todos ellos muy “amorosos”, no dan los perfiles, ni reyes ni reinas de que esa legitimidad de la sangre se transmite realmente. Voces desde el más allá de la historia, nos demuestra que la historia se manipuló para ocultar esa falta de legitimidad.

Todos le dan a Isabel II fama de promiscua y de ninfómana (incluso hay un libro  satírico de los hermanos Bécquer, que de ser publicado en España, ahora, llevaría a sus autores a la cárcel). A pesar de ello, Isabel II no era diferente al resto de los borbones, incluido el rey enerito Juan Carlos de Borbón, el heredero de Franco. Baste un breve repaso por la monarquía que dilapidó con su torpeza y arrogancia el mayor imperio de la historia: 

En el siglo XVIII hasta el momento presente, comienza a reinar   la dinastía en España los borbones, periodo durante el cual hubo guerras de sucesión, guerras dinásticas y para desgracia de España, dos restauraciones  dinásticas después de habernos librado de ellos, al grito de “borbones nunca más”, la primera después del golpe de Estado que acabó con la primera república española, y la segunda tras la imposición del dictador Francisco Franco, que dio lugar a la actual monarquía borbónica de raíces y espíritu franquistas. No obstante, lo que siempre, desde el primer instante lo que todos tuvieron en común fue su ambición desmedida en todos los aspectos de la existencia y sus, de devaneos sexuales, para los cuales no dudaron en asesinar o premiar a quienes pudiesen ser un obstáculo para sus caprichos.

Un breve repaso por la dinastía hasta la susodicha reina ninfómana nos demuestra que Isabel II, no era diferente del resto de su estirpe, sus descendientes, Alfonso XII, Alfonso XIII (productor de cine porno e introductor del mismo en España) y el heredero de Franco, Juan Carlos I, siguieron esos mismos parámetros de conducta, en todos los aspectos:

La dinastía comienza con Felipe V, gobernante de pocas luces y desarreglos mentales, era prototipo de  " enfermo imaginario" unos días y se creía difunto otros, mandando que lo enterrasen...
 No se cortaba el pelo ni las uñas de los pies. Por la noche mandaba a encender cientos de luces y de día mandaba correr todas las cortinas y permanecía en oscuridad. Se quedó viudo pronto y sus cortesanos metieron en su cama hasta sus propias hijas con tal de tenerle contento, eso hasta que se casó con una muy mala mujer, Isabel de Farnesio, la serpiente cascabel menos mortífera que ella, que lo convirtió en un títere de sus tejemanejes.
A continuación, llegó al trono Luis I de Borbón, hijo de Felipe V. se casó con tan solo 16 años y su esposa Luisa Isabel de Orleáns con 13 años. La reina tan solo pensaba en comer, beber, y mostrar sus "encantos"  a la guardia real, y como tenían prohibida  la vida marital por su corta edad, terminó por acostarse con toda la guardia real. El rey, al que el pueblo español llamó el "Bien Amado", mientras la reina disfrutaba del cuerpo de guardia, él lo hacía con las prostitutas que rondaban entonces cerca del Retiro.  Enfermó de viruela y murió sin cumplirse ni un año de su reinado; pero, después de destrozar muchos huertos ajenos al de su esposa.
Fernando VI, “El melancólico” también  era hijo de Felipe V, este nuevo rey era amigo de la soledad, de la suciedad y de golpear a sus servidores, heredando los extravíos mentales de su progenitor, poco más que decir sobre este breve rey.
De Carlos III, poco que decir, solo que fue el mejor de todos los borbones, incluido los actuales; aunque con muchas manías enfermizas.
Carlos IV, hijo del anterior, se creyó un ser superior al resto de los hombres, y lo único que fue el mayor cornudo de la historia de España, y junto con su hijo, uno de los dos mayores traidores a la patria conocidos.  Su esposa y a la vez prima Mª Luisa de Borbón, según los rumores de la época, tuvo varios amantes (siendo el más conocido de ellos Manuel Godoy, válido o primer ministro de su marido) con los cuales tuvo al menos catorce hijos y diez abortos, todo un récord... Suyas fueron las palabras:

“Con la muerte de mi marido desaparece la dinastía Borbón, pues ninguno de mis hijos es suyo”.

Del presunto hijo de Carlos IV, el futuro Fernando VII, además de ser el mayor traidor a España, junto con su padre,  y de ostentar el récord de ser el peor rey de la historia España, tenía otros muchos récords a tener en cuenta:

“Un miembro viril, del mismo tamaño de un pony”, y aquí  no es diminutivo, sino exagerado para un hombre. Con tan extraordinario miembro se dedicaba a violar a toda la que se le ponía por delante con total impunidad. Tuvo cuatro esposas y varias amantes (una de ellas madre del padre del futuro rey Alfonso XII, atentos a este dato, que nos desvela el libro Voces desde el más allá de la historia). Dicen que las malas lenguas que alguna de sus esposas, amantes o marido de sus amantes murieron en extrañas circunstancias. Ahí la gran labor de María Nieves Michavila Gómez, ha buscado y encontrado todo tipo de documentos hasta debajo de las piedras.
Buscando el sucesor al trono, Fernando VII se casó por cuarta vez con la hija de los reyes de Nápoles, M ª Cristina de Borbón, sobrina carnal suya, a la cual, muy romántico él, la violó la noche de bodas. Once meses después nace Isabel II. No es que fuese el embarazo de la burra. Lo cierto es que tuvo nueve hijos más, de los cuales las dos primeras eran hijas del rey, que la palmó, al no estar ya para tanto exceso sexual.
Pasando así a ser María Cristina, la reina o gobernanta de España, recordar:
"María Cristina me quiere gobernar y yo le sigo la corriente"
María Cristina se casó en secreto con un sargento, con el cual tuvo ocho hijos, siendo que no podía casarse, porque de hacerlo no podría haber ejercido de reina regente, la gobernanta debía ponerse vestidos muy anchos para disimular cada uno de sus ocho embarazos. De ella se decía que:
“La Regente es una dama casada en secreto y embarazada en público”.
Su hija, la reina Isabel II subió al trono con 13 años y tres más tarde, ya estaba casada con su primo Francisco de Asís de Borbón, que no podía mear de pie al cual llamaban Paquita Natillas. El cual, como es de suponer, era homosexual y con amante masculino, algo muy respetable, hoy en día, entonces...
De ahí que la reina tuviera varios amantes, uno de ellos Federico Puig Romero, antepasado de la autora del libro Voces más allá de la Historia, María Nieves Michavila.

Isabel II tuvo doce hijos, ninguno de su marido y uno de ellos fue Alfonso XII, que en una carta remitida a los hijos de Federico Puig Romero, les llama hermanos ¿Quién fue el padre de Alfonso XII? Este gran misterio nos lo descubre el libro Voces desde el más allá de la historia, o al menos sienta las bases para descubrir, quién fue el padre de Alfonso XII, porque si algo aporta el libro es un amplio surtido de documentos civiles, militares, políticos, eclesiásticos y diarios de la época.

http://www.xn--espaaporlarepublica-y3b.es/2016/09/isabel-ii-tuvo-doce-hijos-ninguno-de-su.html?m=1&fbclid=IwAR0_XahNVzlmeTpifgqY5FpUVsaAFUXZokx9AkrZHiEn4YTxejmB_E25tJk

sábado, 24 de agosto de 2019

Recordando a Tatiana Bakunin, una figura invisibilizada por la «Historia»



En ocasión del 204 aniversario de su nacimiento, recordamos a Tatiana Bakunin, hermana del revolucionario anarquista Mijaíl Bakunin. Sobre la base de toda la información disponible, Tatiana y sus hermanas fueron tan valientes y creativas como Mijaíl. Tatiana desempeñó repetidamente un papel fundamental detrás de escena en la vida de su hermano y en el desarrollo intelectual de varios otros pensadores importantes. El hecho de que su nombre e ideas no sean ampliamente conocidas hoy atestigua las barreras que enfrentó y las deficiencias del modelo de la historia del «gran hombre».
Casi todo lo que sabemos sobre Tatiana aparece en los márgenes de las historias escritas sobre hombres. Es una de las innumerables personas que permanecen invisibles a través del lente de la memoria patriarcal, que oculta tanto sus contribuciones como las cosas que podría haber logrado si las instituciones y convenciones de su tiempo no hubieran negado su personalidad. Su correspondencia y escritos aún no se han traducido fuera del idioma ruso.
Tatiana y sus hermanas crecieron en el campo ruso estudiando literatura, música e historia. Su padre las crió para hablar varios idiomas, trayendo tutores de Europa occidental; él había recogido ideas liberales durante su juventud trabajando en Italia como diplomático, aunque su visión política cambió luego, tornándose en reaccionario a medida que envejecía. En este entorno, Tatiana Bakunin se distinguió por su amor por la lectura y la escritura y su espíritu reflexivo.

Mientras su hermano Mijaíl se fue de su casa a la edad de catorce años para asistir a la academia militar, Tatiana y sus hermanas continuaron sus estudios hasta la edad adulta. Desarrollaron un misticismo privado basado en la poesía, el sentimiento poderoso y el ascetismo, al que se refirieron entre ellas como la religión. Las hermanas fueron las primeras en la familia en rebelarse, alzándose contra el papel prescrito para las mujeres en la Rusia del siglo XIX como esposas y madres. Cuando sus padres presionaron a la hija mayor, Lyubova, para que se casara con un oficial militar, las hermanas se opusieron a esta elección y finalmente obligaron a sus padres a dejarla romper el compromiso. Tatiana misma nunca se casó.
En 1835, Mijaíl se desempeñaba como oficial de artillería en la ocupación rusa de Polonia. Probablemente inspirado por el rechazo de sus hermanas a ese papel socialmente impuesto, Mijaíl se ausentó y dejó el ejército. Cuando llegó a casa, Tatiana y Lyubova lo llevaron a Moscú para presentarle a sus amigos, incluido Nikolai Stankevich, un estudiante de filosofía y organizador de un grupo de lectura independiente. Juntos, Nikolai, Mijaíl, Tatiana y las otras hermanas Bakunin estudiaron, Kant, Fichte y Hegel, y comenzaron a desarrollar los ideales por las cuales Mijail se hizo famoso más tarde.
Tatiana también mantuvo relaciones intelectuales apasionadas con Vissarion Belinski, uno de los críticos más influyentes en la historia de la literatura rusa, y más tarde, con Ivan Turgenev, el autor que popularizó el concepto de nihilismo con su novela Padres e hijos.

Mi amor no cabe en ninguna de tus categorías. Llámalo locura o lo que quieras. Estaba simplemente enamorada; y antes de darme cuenta, pasé días que incluso ahora es una alegría recordar … Viví con todo mi corazón y alma, cada vena en mí palpitaba de vida, todo a mi alrededor estaba transfigurado. ¿Por qué debo renunciar ahora a todo esto?

-Tatiana Bakunin, reflexionando sobre su relación con Turgenev en correspondencia con su hermano en la década de 1850Después de la represión de las revoluciones de 1848, Mijaíl Bakunin fue capturado y sentenciado a muerte en tres países, luego condenado a cadena perpetua en Rusia. Desafiando la hostilidad del gobierno ruso, Tatiana lo visitó repetidamente y sacó de contrabando mensajes secretos de la prisión con un gran riesgo para sí misma. Al pedirlo a las autoridades, ella, su madre y sus hermanas finalmente lograron realizar el traslado de Mijaíl a Siberia, de donde finalmente él escaparía para reanudar sus actividades revolucionarias. Si no fuera por Tatiana, el nombre de Mijail Bakunin también podría ser desconocido para nosotros hoy.
En sus contribuciones al desarrollo del anarquismo contemporáneo, Mijaíl siempre enfatizó la importancia de la liberación de las mujeres. El crédito por esto se debe a Tatiana y sus hermanas, quienes dieron el ejemplo al abogar por ellas mismas y enseñarle mucho de lo que sabían sobre la autoemancipación. La mejor manera en que podemos honrar a Tatiana es reconociendo los papeles importantes que han jugado en la historia todas aquellas mujeres cuyos nombres nos son aún desconocidos:
Las mujeres en casi todas partes son esclavas, y nosotras mismas somos esclavos de su esclavitud; sin su liberación, sin su libertad completa e ilimitada, nuestra libertad es imposible; y sin libertad, no hay belleza, ni dignidad, ni amor verdadero. Amamos solo en la medida en que deseamos y pedimos la libertad e independencia del otro: independencia total en relación con todo e incluso y especialmente en relación con nosotros mismos. El amor es la unión de los seres libres y solo este amor eleva, nos ennoblece. Todo otro amor deshonra al oprimido y al opresor y es una fuente de depravación.
-Mijaíl Bakunin, carta a sus hermanas, 1° de mayo, 1845.
[Nota final de El Libertario: Las feministas de habla inglesa han hecho una insistente crítica de la visión patriarcal y hasta misógina que predomina en la «His-tory» escrita por y para varones, proponiendo la alternativa de una «Her-story» que reivindica el rol de las mujeres.]

Fuente: http://periodicoellibertario.blogspot.com/2019/08/recordando-tatiana-bakunin-una-figura.html

viernes, 16 de agosto de 2019

La mítica historia de El Cojo Vicente Blanco



La historia nos dirá que Vicente Blanco (1884-19) será el primer vasco y el primer ciclista ibérico en competir en el Tour de France
Vicente Blanco nació en el barrio bilbaino de Larrabetzu en Vizcaya, desde muy pequeño se vio obligado a trabajar para aportar al sustento de su familia, ya a los 10 años trabajo en embarcaciones como ayudante en la cocina y luego como palero en las embarcaciones vapor. No fue hasta 1904 cuando Vicente cumplió los 20 años que ingreso a un trabajo mejor pagado y más estable en la industria siderúrgica La Basconia, sin embargo al poco andar sufrió un accidente laboral que perfectamente pudo acabar con su vida. De lo mas alto de un edificio y tras caer una barra de metal incandescente atravesó su pie izquierdo seccionando algunos músculos de su pie derecho.
Tras recuperarse Vicente volvió a buscar trabajo esta vez fue contratado por la empresa Euskalduna, también ligada a la siderurgia en esos años en apogeo en el Bilbao industrial. A los dos años de ingresar a su nuevo trabajo sufre un nuevo accidente laboral, perdiendo todos los dedos de su pie derecho, con lo cual queda ya definitivamente incapacitado de trabajar.
Algunas biografías señalan que Vicente tenia algunos problemas con el alcohol y a ello se debían sus accidentes, pero lo cierto es que la industria siderúrgica lo único que le dejo a Vicente Blasco fue una cojera de por vida y la dificultad de desplazarse caminando, lo que trajo como consecuencia que El Cojo se viera obligado a buscar otro medio por el cual trasladarse, fue aquí donde surge la leyenda.
Hay quienes dicen que la recogió de un basurero, hay quienes dicen que compró una bicicleta muy destartalada de segunda mano, lo cierto es que corría el año 1906, cuando el Cojo cansado de su torpe andar comienza a ser visto en bicicleta por las calles de Bilbao. Ese mismo año el Cojo participo de una competición ciclística de la Federación Atlética Viscaina (FAV), la cual año siguiente (1907) el Cojo se inscribe para participar en un campeonato de España a desarrollarse en la misma ciudad de Bilbao, obteniendo el undécimo lugar.
Ese mismo año el Cojo se casa con su novia y desaparece un tiempo de las competiciones, pero en 1908 El Cojo vuelve nuevamente a escena, cuando la FAV lo envía a competir en el campeonato de España que se realizará en Gijón (Asturias) el cual vencería a pesar de una persistente diarrea, provocada por el exceso con el alcohol los días previos a la competición. Este éxito lo repetirá al año siguiente 1909 en Valencia, donde nuevamente obtiene el campeonato de España, en una épica carrera donde sacó más de media hora de ventaja al segundo competidor. Vicente comienza a salir en la prensa, es una leyenda viviente del deporte en las calles de Bilbao, las competiciones en España le habían quedado pequeñas, ya no tenía competidores, fue así que tomo la determinación de competir en la mayor competición del ciclismo internacional, el Tour de France, hasta el momento ningún ibérico se había atrevido a competir allí.
El año 1910 Blanco anuncio su participación en Tour, la FAV le apoyo, pero solo con una carta de presentación para la organización del evento, en la práctica Vicente no tenia dineros ni siquiera para trasladarse a Francia, mucho menos para costear su participación en esta larga prueba.
Fue así que con muy poco dinero y algo de comida, Vicente Blanco “El Cojo” partió en su bicicleta de Bilbao hasta París para participar del Tour de France, recorrió los 1.100 kilometros que separan Bilbao de París en 5 días, llegando a la capital de Francia el 2 de julio de 1910 un día antes del inicio de la competición, Blanco llegó desnutrido y enfermo, a pesar de ello logro inscribirse y conseguir otra bicicleta ya que la suya estaba destrozada por el viaje.
El Cojo partió el Tour con el numero 55 en la espalda, sin equipo y muy malas condiciones de salud, tenía que buscarse la vida, no tenia patrocinadores que le garantizaran comida y alojamiento tras cada etapa, terminada la segunda etapa en la ciudad de Belfort, debió abandonar la carrera absolutamente destrozado físicamente. El Cojo declaro: “No pude hacer nada contra aquellas fieras bien alimentadas”.
Vicente no volvió a correr ningún otro Tour, pero vivió como profesional del ciclismo en España durante 5 temporadas hasta 1916 cuando decidió poner fin a su carrera deportiva. Sus problemas con el alcohol y la mala alimentación fueron minando sus capacidades, se sabe que durante un tiempo se dedicó a transportista y otro negocios, todos ellos sin éxito, de sus últimos años no hay registro de nada solo se sabe que murió en Bilbao un 24 de mayo de 1957 en la más absoluta miseria.


viernes, 2 de agosto de 2019

19 DE JULIO DE 1936: 83 AÑOS MANIPULANDO LA MEMORIA HISTÓRICA



No, no me he equivocado en la suma. No quiero hablar de los 40 años de silencio impuesto por la dictadura franquista; o por lo menos no hablar en exclusiva de esa negra etapa. Me propongo denunciar también los posteriores 43 años de verdad oficial patrocinada por los historiadores de izquierdas y los partidos políticos que muchos de esos intelectuales e investigadores toman como referencia.
Del oscurantismo y la represión que sucedieron a la victoria de los militares fascistas, la oligarquía nacional y la cúpula de la Iglesia católica en 1939 nunca se dirá lo suficiente. Es necesario seguir abriendo archivos y fosas comunes; recuperar la memoria y los restos de los vencidos, su historia personal y colectiva.
En la segunda etapa, la que va de 1975 a nuestros días, la cosa es todavía más sorprendente y no menos denunciable. Construir un relato donde el gobierno de la II República encarna todas las virtudes y es el depositario único de los valores y realizaciones de todo un pueblo no deja de ser otra manipulación, no por sutil y disimulada menos canalla que la de los cronistas del régimen anterior.
Por supuesto que la agresión, el golpe de Estado, vino de Franco y sus secuaces, eso es incuestionable. Tan irrebatible como que el gobierno legal y legítimo era el republicano. Y tan irrefutable como que las potencias europeas y las democracias antifascistas abandonaron a su suerte al primer país que se enfrentaba al fascismo.
Otra cosa muy distinta es si esa república, burguesa al fin y al cabo, fue el modelo idílico que ahora se nos quiere vender, incluso por aquellos partidos que, a la muerte de Franco, negociaron con sus sucesores para pactar una transición/transacción donde quedaba aceptada la monarquía como forma de gobierno.
A partir de aquel momento se recupera superficialmente una versión de la historia donde el gobierno, el ejército y los intelectuales de la república son protagonistas de una lucha épica contra los sublevados, que acaba con la derrota y el exilio del bando republicano. Pero decir “republicano” es una forma de simplificar las cosas y dar por sentado que todas aquellas gentes que tomaron las armas contra los militares golpistas eran republicanos convencidos. Por hacer conversos, hasta los milicianos anarquistas que entraron como avanzadilla en París son transformados en republicanos por ese nuevo historicismo democrático.
Lo cierto es que en el Frente Popular -el triunfador en las elecciones del 36- había socialistas, comunistas, republicanos y otras corrientes. No menos verdad es que la mayor fuerza social eran los sindicatos obreros, y que los anarcosindicalistas formaban el núcleo central de la corriente revolucionaria que en la mañana del 19 de julio empujó al pueblo a tomar las armas en las principales ciudades, derrotando a los militares rebeldes e iniciando un proceso de cambios profundos que acabaría en mayo de 1937 con el ataque de las fuerzas republicanas a la Telefónica de Barcelona, controlada por los trabajadores como la mayoría de la economía de la zona leal, y la puesta en marcha de medidas gubernamentales para disolver las colectivizaciones y militarizar las columnas populares.
Para la historia oficial de la izquierda dichos sucesos fueron medidas necesarias para poner un poco de orden en el bando republicano y acabar con los experimentos estériles y el desorden propio de los anarquistas. Tampoco parece que existieron para estos profesionales tan poco objetivos la matanza de Casas Viejas, la represión contra la revolución de Asturias, los asesinatos de Andreu Nin, Camilo Bernieri y otros muchos revolucionarios por parte de la policía política del nuevo régimen ni la disolución a tiro limpio de las colectividades de Aragón.
El papel de la CNT y del anarquismo en general se ha procurado ocultar y, como era imposible esconder totalmente las realizaciones de la clase trabajadora organizada, posteriormente se ha construido un discurso partidista en el que el gobierno de la república y los intelectuales con carnet de los partidos de izquierda quedan como los protagonistas de esa revolución fallida.
Por eso hoy, 83 años después, sigue pendiente la recuperación de la historia real, de los proyectos levantados en cada pueblo y en cada fábrica, de las mejoras impulsadas por los trabajadores en el transporte, la industria, los servicios y la agricultura, de la revolución experimentada en la cultura, el arte, la enseñanza o la sanidad… de todo lo que la población trabajadora fue capaz de crear de forma autogestionaria, al margen -o en clara oposición- a los designios de las instituciones gubernamentales. De esa revolución, que se estudia en muchas universidades del resto del mundo, es de lo que tienen que hablar los historiadores españoles para romper definitivamente con el largo período de manipulación iniciado por Franco y sus académicos fascistas.
Antonio Pérez Collado
  


miércoles, 24 de julio de 2019

El somatén


                                  1920 - SOMATEN VILLAFRANCA del CAMPO

La palabra somatén viene de la lengua catalana, para unos es la deformación de som atents, que significa estamos atentos y para otros su significado proviene de so emetent, lo que viene a decir emitiendo sonido, y es que estos grupos se reunían tras escuchar el tañido de las campanas. Es una institución catalana civil pero de carácter parapolicial y cuyos orígenes se remontan hasta el año 1068. Tras ser varias veces suprimido y restituido a lo largo de la historia, simplemente comentar que la II Republica lo suprimió el 15 de abril de 1931 por sus tendencias ideológicas y Franco lo restauró en Cataluña en 1939 y en el resto del país desde octubre de 1945 con la finalidad principal de colaborar con la guardia civil en sus acciones contra la guerrilla y organizaciones obreras clandestinas. El somatén fue definitivamente disuelto como banda armada en julio de 1978, y aunque ahora vuelvan a funcionar ciertos somatenes, no es legal que porten armas.

Su zona de acción se limitaba a las poblaciones con menos de 10.000 habitantes, pero con su última restitución, algo más de 100.000 hombres, donde era fácil encontrar guardias jurados, alcaldes, antiguos caciques, en su mayoría falangistas, fueron dotados legalmente tanto de armas como de autoridad. Los somatenes tenían sus armas, adjudicadas por las capitanías regionales, en los cuartelillos y puestos de la guardia civil. Supuestamente no podían actuar en solitario, sino que tenían que colaborar con la benemérita.

La participación de los somatenes contra la guerrilla fue masiva desde 1945 hasta mediados de la siguiente década, comentar también que eran una de las presas preferidas por parte de los guerrilleros para desarmarlos y apoderarse de sus armas y municiones, tan costosas de conseguir por parte de los del monte.

Algunos somatenes como el del pueblo turolense de Castellote destacaron por su dureza represiva, llegando a quemar alguna masía perteneciente a familias de guerrilleros. En Aragón, de hecho, aun antes de la formación legal del cuerpo (9-10-45), ya se registra la acción de varios somatenistas, miembros de la falange de Híjar, que durante el asalto a un banco local, durante julio del 45, colaboran con la guardia civil matando a uno de los asaltantes y deteniendo a otro. También destacaron los somatenes falangistas de Tuilla y Pola de Laviana, en Asturias, colaboradores en el crimen del Pozu Funeres, el 13 de abril del 48, cuando en colaboración de la guardia civil, detuvieron, acusándolos de enlaces de los del monte, a alrededor de 20 jóvenes de izquierdas, a los que torturaron durante varios días, hasta que los llevaron al pozo, les dispararon y los arrojaron dentro, algunos aun con vida. Solo sobrevivió uno, que logro escapar antes de llegar al pozo.

Por último, y casi como tétrica anécdota, comentar que Abel Rocha, subcabo del somatén y exsecretario local de Falange en Sant Celoni, fue quien acabó con la vida del célebre guerrillero libertario Quico Sabaté, cuando llegó gravemente herido a dicho pueblo, y en su búsqueda de un médico, fue a dar con el somatenista, “el Quico” disparó primero, alcanzó en la pierna y en el pecho a su enemigo, pero este, milagrosamente salvó la vida, pues la bala del pecho fue desviada por una granada que llevaba en el bolsillo y que no explotó tras el impacto. Abel la guarda en una urna en su casa cual amuleto mágico. Seguidamente el que disparó fue él, acabando con la vida del maltrecho Quico.

Fuentes: Guerrilla y resistencia campesina (Mercedes Yusta), Las guerrillas antifranquistas (Antolín Nieto), Sabaté (Antonio Téllez).
 

martes, 25 de junio de 2019

Julio Verne, escritor sin dios ni amo


El 24 de marzo de 1905 moría, a los 77 años de edad, uno de los más populares novelistas de lengua francesa: Julio Verne. Considerado autor para la infancia, nunca fue incluido en los anales de la literatura francesa. En todos sus escritos, la sociedad prevista por este visionario es de raíz técnica y moralmente anarquista, seguramente inspirada por largas conversaciones con su amigo Piotr Kropotkin.
Para que la obra de Verne adquiera todo su sentido, hay que situarla en relación a tres corrientes ideológicas del siglo XIX francés: la solidaridad con las nacionalidades, la fe saintsimoniana en la expansión económica y la crítica social anarquista llevada hasta la negación más radical.
Esta última tendencia empuja a Julio Verne a la crítica social y al individualismo libertario. Es la más escondida, la más secreta. En este dominio sería preciso contentarse con anotaciones fugitivas, con episodios y personajes aparentemente secundarios, incluso con deducciones, si hacia el final de su existencia Julio Verne no hubiese dado, repentinamente, libre curso a sus simpatías anarquistas, si el grito "ni dios ni amo" no hubiese resonado bruscamente en el universo que él creara mediante Los náufragos del Jonathan, obra póstuma de una importancia considerable por la inteligencia de su pensamiento político y en la que nos expone, retrospectivamente, una de las "claves" del conjunto de su obra.
En su serie de Viajes extraordinarios arremete contra el oro, considerado como instrumento ficticio de potencia y de riqueza. En Cinco semanas en globo (primero de los Viajes extraordinarios) el oro representa un valor convencional y muy relativo. El doctor Ferguson, cuyo globo se posó en pleno desierto africano, lastró el ingenio con enormes sacos de cuarzo aurífero: los bloques de mineral serán arrojados por la borda a medida que el viaje se prolonga y sea necesario aligerar el aerostato.
El único caso donde el oro aparece con otra significación es el episodio de los galeones de la Bahía de Vigo reencontrados por Nemo gracias a su Nautilus, que le facilitan recursos ilimitados. Sin embargo, el oro esta vez está al servicio de un hombre que ha roto con la sociedad y que sabe, no obstante, y lo considera preciso, ayudar a los oprimidos. Para el caso, Nemo remite una cantidad importante a un emisario de los insurrectos candiotas de 1868.
Sin embargo, no va más lejos en el análisis del juego de las fuerzas económicas y las desigualdades sociales. Prácticamente no hace referencia a la producción, la explotación del trabajo por el capital, noción, sin embargo, bien conocida en la época. Por el contrario, aunque sea indirectamente, ataca al derecho de propiedad. Las atribuciones de terrenos a los mineros auríferos o diamantíferos, la fragilidad de las bases sobre las cuales aquéllas descansan, los errores que las mismas comportan, le dan ocasión para demostrar más generalmente el carácter convencional -y de rechazo la fragilidad, lo fortuito, lo revocable- de la propiedad individual del suelo.
La crítica social es vigorosa, aunque no llegue a ser específicamente anarquista. La disconformidad con la autoridad estatal, la distribución de las tierras, la existencia de fronteras, es más específicamente anarquista. Julio Verne repudia profundamente, al parecer, el carácter frágil, litigioso de las fronteras y de las soberanías territoriales. En César Cascabel esta contingencia resulta novelesca. El tratado de cesión de Alaska a los Estados Unidos de América y de transferencia de soberanía entra en vigor el día mismo que un proscrito ruso se presenta en la frontera y teme caer en manos de la policía zarista.
En cuanto al nacionalismo, a pesar de algunos arranques de patriotismo, no influye en el conjunto de su obra. La comunidad social creada por el capitán Nemo es la expresión más explícita de esa preocupación de superar las nacionalidades. La tripulación del Nautilus habla un lenguaje artificial e incomprensible del cual se nos da una muestra; solamente ante la muerte, cuando un pulpo gigante se lo lleva, uno de los marineros recurre de nuevo a su lengua natal para gritar socorro en francés.
Los jueces son formulistas y pretenciosos: todo acusado es, para ellos, un culpable. Los policías son antipáticos y cínicos. El error judicial, tema familiar en la literatura anarquista de la época, este símbolo del conflicto de la sociedad y del individuo y del carácter inseguro de la justicia establecida, tiene asimismo un lugar importante en el universo de Los Viajes extraordinarios. La posición de Julio Verne referente a la criminalidad es equívoca. Las bandas de forajidos y de piratas intervienen con frecuencia en sus relatos, y bajo rasgos en apariencia muy desfavorables, muy convencionales: "hez de la sociedad", "miserables", "criminales endurecidos". Sin embargo, observándolo de cerca, el autor ¿no testimonia una estima secreta por el vigor humano de estos fuera de la ley?
A la sociedad establecida, con sus obligaciones y sus montajes ficticios, los anarquistas oponen los "medios libres", las pequeñas comunidades voluntariamente creadas y fundadas en la solidaridad y la ayuda mutua según la tradición proudhoniana. Tales comunidades encontraremos con frecuencia en Los mundos conocidos y desconocidos; nacidas, claro, fortuitamente, a resultas de catástrofes o de aventuras: los colonos de La isla misteriosa, donde su globo es abatido a causa de una tempestad; la guarnición del Fuerte-Esperanza, enviada por la Compañía de la Bahía de Hudson para crear un establecimiento subpolar, instalándose, aquélla, sobre una plataforma de hielo cubierta de tierra, la cual deriva sin remedio posible; Hatteras y sus compañeros, invernando cerca del Polo dentro de su fortín de hielo; la colonia del capitán Savardac, llevada por el cometa Galia; los náufragos de Segunda patria, continuación servil del célebre Robinson suizo; los pupilos de la pensión Chairman, abandonados en una isla del Estrecho de Magallanes durante dos años, debido al naufragio de su "brick", a la deriva desde Nueva Zelanda sin ningún adulto a bordo (Dos años de vacaciones); la tripulación del Nautilus.
Todas estas colectividades nacidas de la aventura se caracterizan por su natural armonía; los conflictos de nacionalidad no existen, o se esfuman; cada cual puede desarrollar sus cualidades humanas, concretando escuelas de iniciativa y solidaridad a la vez. Sin embargo, se distinguen de los "medios libres" anarquistas (incluidas sus relaciones novelísticas como Terre Libre de Juan Grave) por un rasgo fundamental: las colectividades de Verne son dirigidas por un jefe, un organizador de la actividad económica y de la vida social. Ese jefe es, generalmente, un oficial (el capitán Savardac, el teniente Hobson den En el país de las pieles), un técnico y un sabio (Nemo, Robur, el ingeniero Cyrus Smith). Igualmente los muchachos de la pensión Chairman sienten la necesidad de elegir un jefe por sufragio universal.
Cuando Verne exalta la revuelta del individuo frente a la sociedad, se sitúa muy próximo a la ideología anarquista. En Veinte mil leguas de viaje submarino, la bandera de Nemo es negra y la planta, en señal de posesión, en el Polo Sur, tierra libre de toda implantación estatal en la época. Esta aparición de la bandera negra de la anarquía y de la piratería es tanto más significativa por repetirse con frecuencia en el universo verneriano. Igualmente, los campesinos canadienses enarbolan la enseña negra al rebelarse contra los ingleses (Familia sin nombre), con voces terminantes: "Fuera, tiranos; el pueblo despierta… Unión de los pueblos, terror de los grandes… Antes una lucha sangrienta que la opresión del Poder corrupto"; este pabellón negro lleva una calavera y dos huesos en cruz, con el nombre de los gobernadores detestados, Dalhouise y Craig. El pabellón del ingeniero Robur es negro con un sol amarillo, pero el pirata Sacratif también iza el pabellón negro, marcado esta vez con una S, cuando ataca a los navíos griegos en lucha contra los turcos (El archipiélago en llamas); es el mismo trapo negro que enarbolan los piratas que sitian a los colonos de La isla misteriosa; es decir, que la bandera negra aparece en la obra de Verne con una ambigüedad muy significativa, a la vez como emblema de personajes menospreciables y de héroes positivos.
Veinte mil leguas de viaje submarino es la obra de Verne más reveladora de sus secretas simpatías libertarias, por lo menos hasta la publicación de Los náufragos del Johathan, siendo esta la ocasión de recordar la curiosa leyenda según la cual Louise Michel sería la verdadera autora de la novela, cuyo argumento habría vendido por cien francos en un día de miseria. Esta leyenda, por la forma en que ha sido explicada, es evidentemente falsa; el manuscrito de la obra fue remitido a Hetzel en diciembre de 1868, es decir, mucho antes de la fecha supuesta de la cesión a Julio Verne; es particularmente imposible que Louise Michel haya imaginado el nombre de Nautilus recordando las conchas denominadas "nautilus" que ella encontrara en las playas de Nueva Zelanda durante su deportación. El estudio de los archivos de Verne quizás revele que, desde el fin del Imperio, el autor estuvo en relación con la inteligentsia antiautoritaria de París, sabiéndose al efecto que en el periodo posterior entabló gran amistad con los hermanos Reclus y su grupo, y que su amigo Nadar evolucionó hacia el anarquismo.
Los náufragos del Jonathan, obra póstuma editada en 1909, fue redactada en las postrimerías de la vida de Julio Verne, en fecha incierta. No existe razón alguna para sospechar de su autenticidad como hizo un erudito italiano de la Sociedad Julio Verne. Contrariamente, esta novela de un vigor excepcional, reincide coherente y explícitamente en los temas anarquistas veladamente introducidos en los volúmenes de los Viajes extraordinarios; nadie que no fuese Verne habría sido capaz de operar ese reagrupamiento, ese legado aclaratorio del tema. Puede igualmente notarse que el Jonathan es la única obra, con Los hijos del Capitán Grant y La isla misteriosa, que Julio Verne ha elaborado sobre un plan ternario, más amplio y más dramático; todas sus demás producciones tienen una o dos partes, lo que indica una vez más que se trata de una obra de importancia muy particular, ya que Verne nada confiaba al azar en materia de composición literaria.
En una isla del Estrecho de Magallanes, la isla Hoste, vive un proscrito, KawDjer (tal es el nombre que le dan los fueguinos); este anarquista abandonó el mundo civilizado, no conociendo otro principio social que la libertad de cada individuo; frente a la civilización, él prefiere la vida primitiva de los habitantes del país. Un navío americano, el Jonathan, naufraga en aquellos parajes; sus pasajeros son emigrantes que una compañía colonizadora reclutó en California para expedirlos en África. Toda esa gente desembarca en plena confusión, en desorden, y KawDjer queda, contra su gusto, obligado a dirigir, a mandar, a organizar la vida social de los recién integrados a la isla. Gracias a los efectos transportados por el navío, destinados a ser utilizados en África, los náufragos se preparan para soportar el invierno. El gobierno chileno -del cual la isla depende desde la firma de un tratado de partición con la Argentina- acuerda la independencia de la isla Hoste si los colonos aceptan el compromiso de explotarla. De ello resulta el nacimiento de un pueblo, una experiencia de sociedad nueva. Una villa emerge: Liberia, pero la experiencia no resulta afortunada. Políticos socialistas y comunistas se crean clientelas particulares incapaces de organizarse en colectividad.
El hambre aparece con el segundo invierno, se forman bandas de pillos y una guerra civil se entabla entre el socialista Beauval (que consiguió que se le eligiera gobernador) y la banda del comunista Dorick.
Por segunda vez KawDjer acepta la función de dirigente cuyo principio le causa horror. Restablece el orden, reorganiza la agricultura y el comercio y rechaza una invasión de los patagones; pero asiste impotente a una marcha en pos del oro que atrae a la isla Hoste a aventureros de los cinco continentes, cuando son descubiertas algunas pepitas. El desorden se reinstala y KawDjer se ve obligado a hacer disparar contra los mineros en revuelta, contándose más de mil muertos, dando pretexto a Chile para revocar su concesión de independencia. KawDjer abdica, refugiándose en la isla Hornos para entregarse a la vida solitaria.
Varios temas anarquizantes que ya hemos seguido a través de la obra de Verne vuelven a esta novela, esta vez para ocupar un lugar esencial; los del oro, la propiedad, las fronteras territoriales y las soberanías estatales. El carácter ficticio del oro como fundamento del valor económico es tanto más manifiesto tratándose de una sociedad nueva, potencialmente libre de toda convención. Por otra parte, el derecho a la propiedad privada es puesto, abiertamente, en duda. El problema del acaparamiento estatal de los territorios del planeta, el carácter ficticio y convencional de fronteras y soberanías, temas ya apuntados varias veces en otras obras, se plantean igualmente en el Jonathan, esta vez a plena luz. La Magallania, al empezar la novela, es definida como tierra libre de toda implantación estatal, como el Polo Sur cuando Nemo planta en él el pabellón negro; es esa condición de la isla la que atrajo a KawDjer para quedarse en ella.
Julio Verne se ocupa igualmente en el Jonathan del carácter irrisorio de las declaraciones de guerra y de las formalidades diplomáticas que llevan consigo. El mundo de los náufragos es un microcosmos que revela (para el mal, según Verne) toda la experiencia histórica de las sociedades humanas. A propósito de una joven que quiere casarse contra la voluntad de su padre, estalla una crisis entre el gobernador (el socialista Beauval) y el grupo de amigos de KawDjer; y como la tensión se encrespa, los kaw-djeristas derriban el puente de madera que separa sus casas de la zona ocupada por los adversarios.
Ciertos temas libertarios ya expuestos por Verne en otras obras se incluyen en el Jonathan con más fuerza y nitidez. No obstante, el interés de la novela -según entendemos- radica en que el autor expone sus ideas anarquistas a través del protagonista, KawDjer. Exposición notable por su tono familiar, de interioridad; pero sobre todo por el hecho de que Verne no quebranta sino a propósito del anarquismo la regla de mutismo político que parece se fijó para el conjunto de los Viajes extraordinarios. KawDjer es el único personaje en toda la obra de Verne que desarrolla sistemáticamente y de forma coherente una filosofía política, y ello no en un desliz de párrafo según la técnica secreta de la cual disfrutara extraordinariamente Verne. Todos sus comentaristas han notado el fenómeno, ya desde el primer capítulo, de manera que el lector no tenga duda.
A lo largo de Jonathan la disposición de KawDjer por la anarquía es señalada en varios episodios. "Sus ojos despedían refulgencias inquietantes" cuando uno de sus adversarios pronunció el vocablo "leyes". Es el culto a la libertad y a la independencia que el protagonista inculca a sus amigos fueguinos: "dueño no puede haberlo para un hombre digno de este nombre", les explica. KawDjer es, se ve claro, "un alma feroz, indomable, intransigente, refractaria a todas las leyes". Seguidamente, Julio Verne toma la precaución de distinguir dos categorías de anarquistas: unos "corroídos por la envidia y el odio, siempre prestos para la violencia y la muerte"; otros "verdaderos poetas que ensueñan una humanidad quimérica de la que el mal será arrojado para siempre"; KawDjer pertenece "a la sección de ensoñadores y no a la de los profesionales de la violencia".
El nudo esencial de la novela se resume en la confrontación trágica entre las concepciones anarquistas de KawDjer y la sociedad que se organiza en la isla Hoste tras el naufragio. Jonathan no relata una simple aventura para la juventud, sino un drama moral que le confiere una intensidad particularísima.
KawDjer ve, en efecto, sus teorías rebatidas, o por lo menos defraudadas en razón del comportamiento de los náufragos: apego a la propiedad, individualismo, aceptación de la autoridad ajena, menosprecio por el interés general, incluso la guerra civil acudirá para desgarrar ese microcosmos. Mas las convicciones anarquistas del protagonista no serán quebrantadas, sino solamente reafirmadas.
En resumen, el anarquismo por el que Julio Verne ha podido sentir algún interés, una cierta simpatía, es el de los años 1880-1890, situado antes de la corriente de atentados (de los cuales los Viajes extraordinarios prácticamente no hacen mención). Es igualmente anterior al reencuentro entre el anarquismo intelectual y el movimiento obrero, es decir, el anarcosindicalismo. A tal efecto se puede notar que el proletariado de la gran industria moderna está totalmente ausente, o casi, de la obra de Julio Verne.
Jean Chesneaux
(Condensado de su artículo Drapeaunoir)
Publicado en el Periódico Anarquista Tierra y Libertad en su número de Marzo de 2005

miércoles, 22 de mayo de 2019

El origen anarquista del anagrama de ETA





EL LIBERTARIO FÉLIX LIKINIANO REGALÓ A ‘PEIXOTO’ EN EL EXILIO UNA TALLA CON LA SERPIENTE Y EL HACHA GRABADA POR ÉL, SÍMBOLO QUE LA BANDA HIZO SUYO.

ETA puso fin a su historia recuperando la talla de madera original de los años 60-70 que derivó en el conocido y perseguido anagrama de la organización. Ahora se cumplen 110 años del nacimiento de la persona que la cinceló. Fue el histórico anarquista antifranquista Félix Likiniano (Eskoriatza, 1909). De corazón arrasatearra, el libertario regaló su obra en la que aún se puede leer un texto que dice bietan jarraitu, a la postre lema reducido a bietan jarrai. “Se la entregó a Peixoto”, aseguran fuentes consultadas por DEIA.

Por su parte, la periodista Pilar Iparagirre, natural de Idiazabal, explica que Likiniano “quería una barbaridad a Etxabe, Txomin, PeixotoGautxo, Zigor y gente así. Recuerdo que repetía: cuando les vi a éstos, respiré”. La autora de una biografía del cenetista agrega que “cuando empezó a llegar la gente de ETA a Biarritz, donde vivía, se puso contentísimo. Aquellos jóvenes eran como él había sido, seguían su misma ruta”.

Según el pensamiento de esta autora, Likiniano, a quien llegó a conocer, “nunca abandonó la auténtica militancia, me refiero a la lucha armada. Jamás dejó la acción de lado”. Sin embargo, diferentes investigadores consultados coinciden en que Félix no fue miembro del movimiento de liberación. No fue un etakide. Fue, sin quererlo, el autor de la serpiente y el hacha, metáfora del bietan jarraitu primigenio: del sigilo del animal y de la fuerza del instrumento.

En estos días, con la detención de Josu Urrutikoetxea, ha vuelto a salir aquella talla en los medios de comunicación. ¿Pero quién fue Félix Likiniano al margen de esta curiosidad? Considerado como una de las figuras más importantes del anarquismo vasco, apostó por la unión del mundo abertzale, teoría que, por ejemplo, granó con el pensador Federico Krutwig, de Getxo.

Nació en Eskoriatza en 1909 y falleció en Biarritz, donde asentó su residencia, en diciembre de 1982. Aunque el dato ha pasado desapercibido en sus biografías, según el historiador Josu Chueca, el afiliado a CNT acabó en el campo de concentración francés de Gurs. “Sí, es uno de los 6.000 nombres que doy en mi libro”, confirma en referencia a Gurs: el campo vasco (Txalaparta, 2007).

En la ficha que este doctor en Historia custodia hay diversas curiosidades no conocidas. Félix Likiniano Heriz estuvo en Gurs en 1939. La tarjeta de la época informa de que había sido teniente durante su lucha en Catalunya y de profesión albañil. “Le archivan como militante de ANV, no de CNT”, precisa el investigador. La credencial comunica, además, que antes estuvo interno en el campo de Saint-Cyprien. “En Gurs estuvo en el conocido como campo de los vascos, en el islote C”, aporta.

Con anterioridad, el arrasatearra luchó en la Guerra Civil y durante los primeros instantes del golpe de Estado militar se enfrentó a los sublevados contra la Segunda República ya en la defensa de Donostia. El objeto era cortar el avance en la calle de Urbieta junto a sus compañeros de CNT.

Más adelante, cuando la columna del comandante republicano Pérez Garmendia, que había salido a defender Gasteiz, regresó desde Eibar, hicieron replegarse a los golpistas hasta Loiola. En el ataque a aquellos cuarteles, Likiniano lideró el asalto al depósito de armas. Participó, además, en la defensa de las líneas en la frontera de Gipuzkoa y Nafarroa.

Y a partir de entonces abandonó las tierras vascas. Continuó su antifascismo armado en Aragón, Catalunya y Francia, integrado en la resistencia gala contra la ocupación nazi. Retornó a la muga, formando parte del maquis y se refugió en Biarritz. Décadas más tarde, junto a su compañera sentimental, la también anarquista Soledad Casilda Hernáez, acogió a personas de diferentes ideologías en su hogar labortano.

Fue entonces cuando conoció a miembros de Euskadi Ta Askatasuna (ETA), a quienes regaló aquella talla que tenía grabada por sus propias manos, ya que era escultor y también pintor. La organización decidió hacerla suya.

Polifacético. Desde CNT Bilbao ensalzan la figura de su compañero. El miembro del Grupo de Memoria Histórica Iñaki Astoreka valora a este diario que la vida de Likiniano “fue una constante lucha por sus ideales, la CNT y el anarquismo, como modelo de justicia, solidaridad y por la abolición de todo aquello que sonase a explotación del hombre por el hombre”. Agrega que “su amplia trayectoria, circunscribiéndonos al periodo de la sublevación militar y la consecuencia del fascismo incluida, se resume en su decisiva participación en la defensa de Donostia, la posterior lucha en Aragón y Catalunya y la resistencia contra el nazismo en Francia. Como decía Félix: hay que utilizar la fuerza para defenderse y la inteligencia como fuerza”, enfatiza.

Su compañero de sindicato, el tesorero de CNT Bilbao José Ignacio Orejas, juzga que Likiniano es “una persona difícil de catalogar. Era polifacética y poli-ideológica. Estuvo allí donde había gresca y buscaba afán de protagonismo. Quería ser el perejil en todas las salsas del exilio. Una personalidad de sentimiento cenetista, pero también de patriotismo vasco”, zanja.

Félix Likiniano, con txapela, junto a amigos y su compañera Casilda, primera por la derecha; en la segunda imagen, retrato del cenetista. Fotos: Archivo CNT Bilbao