A lo largo de las próximas líneas vamos a repasar una vida casi
novelesca y muy vinculada a Aragón la de Benito Pabón y Suárez de Urbina, abogado
de los campesinos y obreros de la CNT, diputado por Zaragoza en Cortes
Generales, secretario general del Consejo de Aragón, abogado defensor en
el proceso del POUM por lo que tuvo que exiliarse por las amenazas de muerte
estalinistas. Huido a Filipinas pasó varios meses preso en una jaula de bambú
tras la invasión japonesa. Apenas encontramos referencias de él en los
libros de historia y cuando lo hace aparece en un papel muy secundario.
En las elecciones de febrero de 1936 el Partido Sindicalista
dentro de la coalición del Frente Popular obtuvo dos actas de diputado. Ángel
Pestaña por la circunscripción de Cádiz y Benito Pabón por la de Zaragoza. El
Partido Sindicalista había sido fundado en 1934 por Ángel Pestaña, varias veces
secretario general de CNT y representante de la línea más posibilista de la
organización anarcosindicalista conocida como “trentista”. La idea
del Partido Sindicalista era contribuir al movimiento obrero dotándolo de un
partido político que, sin inmiscuirse en la labor de los sindicatos, colaborase
con los mismos pero con plena autonomía. Se diferenciaba con el PSOE-UGT en que
pretendía evitar toda supeditación de la labor sindical a los intereses
partidistas. Su genealogía se correspondía más con el laborismo británico, una
representación de intereses obreros en el parlamento, pero con una finalidad
revolucionaria, esto es, la consecución del comunismo libertario, con una
organización basada en las cooperativas, los sindicatos y los municipios.
Benito (María de la Encarnación José Juan Bautista de la
Concepción Francisco de Asís Luis Gonzaga Diego Dimas Agustín de la Santísima
Trinidad) Pabón y Suárez de Urbina nació en 1895 en Sevilla en el seno de una
familia pudiente. Se convirtió en abogado laboralista y siempre estuvo al lado
de los trabajadores y campesinos de CNT en la agitada época de insurrecciones y
levantamientos que García Oliver denominó “gimnasia revolucionaria”. Llevó
la defensa de los campesinos de Casas Viejas (1933), de los de Sevilla (mayo
1932), así como de los militantes anarcosindicalistas encarcelados después de
la insurrección de Cádiz en 1933. En agosto de 1932, su nombre figura
entre los oradores del mitin nacional que la CNT realizó en Sevilla y el año
siguiente lo será en el mitin antielectoral de Barcelona, una posición que más
tarde rectificó e influyó en su posicionamiento “trentista”. Ejerció como
abogado laboralista tanto en Granada como Zaragoza y Madrid.
En las elecciones de febrero de 1936 Benito Pabón fue el segundo
candidato más votado en Zaragoza a escasos votos de diferencia del primero. Era
una figura muy querida y respetada por los trabajadores y las clases populares.
Su hermano Jesús también fue elegido diputado en las elecciones generales de
1936 por la CEDA y llegaría a ser más tarde Director de la Real Academia de la
Historia.
En los escasos meses de su etapa como diputado tuvo una activa
labor y participó en los debates parlamentarios. Entre ellos a primeros de
julio de 1936 polemizó con el diputado republicano Ángel Galarza en torno a la
Ley de Amnistía de los presos políticos y la Ley de Vagos y Maleantes. En
numerosos escritos y memorias de otros diputados como Ángel Ossorio y Gallardo,
aparece Benito Pabón citado en reiteradas ocasiones como “el diputado anarquista”.
En intervención en el Congreso el 3 de julio de 1936 Benito
Pavón precisó: «El concepto
que se ha tenido en España respecto a la amnistía respondía a la realidad
jurídica de no existir la Ley de Vagos y maleantes, que es una pena en la
realidad, porque las cosas son como son y no como las queramos llamar, y aunque
nosotros nos empeñemos en decir que la prisión que están sufriendo estos
declarados peligrosos sociales no es una pena, que vayan a preguntarles a
ellos, o a sus hijos, sino constituye una verdadera pena y un castigo lo que
están padeciendo en la realidad. Pero si no hubiera para lo que pretendo una
razón jurídica, habría una razón práctica: la de querer dar cumplimiento a una
promesa de pacto electoral».
El golpe militar de julio de 1936 le sorprendió en Madrid y
participó en los combates con la Columna “Águilas de la libertad”.
Participó activamente en la formación del Consejo de Aragón (octubre 1936) fue
su Secretario General y por su papel como jurista autor de los estatutos y
disposiciones que crearon su marco legal. En la constitución del Consejo
Regional de Defensa de Aragón juega papel fundamental al redactar, asesorado
por varios diputados aragoneses del Frente Popular, el documento que se
titulaba: “El Consejo de Defensa de Aragón. Motivos de su constitución.” y
recoge los argumentos que justifican su creación: necesidad de un organismo
rector de las actividades sociales, económicas y políticas del territorio ante
la inexistencia de un Gobierno civil, Diputación y demás instituciones.
Sometimiento al control de una disciplina deseable y precisa de las columnas
que ocupan el mismo para evitar una situación crítica para la producción y que
influía en la moral de los habitantes.
Aparece siempre al lado del presidente Joaquín Ascaso como uno
de los consejeros que participa en todas reuniones y entrevistas del Consejo de
Aragón con otros organismos oficiales como la Generalidad de Catalunya y su
presidente Lluis Companys o con el Presidente de la Republica Manuel Azaña o el
presidente del Gobierno Largo Caballero. En junio de 1937 será uno de los
oradores de un mitin de la CNT en Paris junto con García Oliver y Federica
Montseny.
En diciembre de 1936 fue nombrado para la Comisión Jurídica del
Ministerio de Justicia dirigido por García Oliver
En el proceso del POUM fue el inicial abogado defensor de la
organización proscrita pero amenazado de muerte por los estalinistas, se exilia
definitivamente en agosto de 1938, obligando al POUM a buscar otro abogado
defensor.
Tras una efímera estancia en Francia, Pabón partió hacia
Filipinas. Tras la invasión japonesa fue denunciado por la agrupación
falangista de Manila según unas fuentes y por orden expresa de Serrano Suñer
cursada a través del representante de Falange exterior en Tokio según otras
y fue encarcelado por las tropas japonesas ocupantes junto
con otros españoles republicanos. Estuvo encerrado en una caja de bambú
durante varios meses hasta su liberación en otoño de 1942 por los
japoneses por su débil salud. Hecho que contó con la oposición de los
falangistas residentes en Filipinas que intentaron fuese extraditado a España.
Consiguió llegar hasta América Latina. Primero a México
donde se integra en la agrupación de la CNT de tendencia posibilista y más
tarde a Santiago de Veraguas y Colón (Panamá) donde trabajó como profesor de
lengua castellana en la Escuela de Periodismo de la Universidad. Murió
en Panamá en 1958
Alberto Ezquerra
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