Juan León Moriche comenzó en el año 2012 a recopilar testimonios de uno de
los episodios más duros de la Guerra Civil en Andalucía, la de los fusilados en
el Marrufo. Tras una minuciosa investigación junto a sus familiares, Moriche
estrenó el documental “La Sauceda. De la Utopía al Horror” en el año 2013. El
próximo 12 de marzo, en el marco de las Jornadas sobre componentes y proceso de
una exhumación” de la Diputación de Sevilla, se podrá visionar la cinta a
partir de las 19:00 horas.
En el Valle de La Sauceda, a finales de octubre de 1936, se vivió un ataque
brutal al último pueblo republicano de la provincia de Cádiz, que sería
destruido para siempre por las bombas franquistas. Solo en las primeras horas
del ataque aéreo morirían 50 personas de los 800 que habitaban este municipio
entre las provincias de Málaga y Cádiz. El horror y la miseria continuaron para
los que quedaron vivos y con lo puesto. “El teniente franquista Robles ocupó la
finca del Marrufo en esta zona, de siete mil hectáreas, para sembrarlo de
muerte y fusilamiento durante aquel duro invierno” apunta el historiador
Fernado Sígler.
“Quemaron chozas”
Juan Manuel Rodrigo es nieto de un desaparecido y recuerda cómo su abuela
le contaba que tras el intenso bombardeo lo perdieron todo. Absolutamente todo.
“Quemaron las chozas, se llevaron los muebles y el ganado hasta el cuartel
general”, cuenta en el documental dirigido por Moriche. Al echarse al monte
horas después y regresar a su pueblo, solo encontraron escombros. “No les quedó
nada. Mi abuela tuvo la suerte de poder quedarse con su máquina de coser que
escondería entre los cultivos de coles antes de la huida”.
Luis Garcés y su familia fueron de las pocas que se quedaron esperando la
llegada del ejército franquista hasta el pueblo. “Mi padre no había hecho nada.
No se había metido en política y nos quedamos tres familias sin movernos”. Al
otro día, quemaron sus casas y llevaron al padre de Luis al claro del bosque
para fusilarlo. Luis, hoy octogenario, no olvida los silbidos de bala a escasos
metros de su casa. Tras la muerte de su padre fueron trasladados el pueblo
cercano de Jimena.
Muebles, ganado, enseres…
El investigador Carlos Perales afirma que en Alcalá de los Gazules, a 30
kilómetros de la zona, “comenzaron a llegar camiones y camiones” de todo lo que
se había incautado en las casas de aquellos jornaleros. Muebles, ganado,
herramientas, enseres, etc… Inés Pérez Rodríguez, nieta de uno de los
desaparecidos en la Sauceda, afirma que su madre, “escondida aún en el bosque
tras los bombardeos, vio pasar un camión del ejército con todos los muebles de
su casa que se encontraba al lado de un riachuelo”.
A partir del mismo 1 de noviembre del 36 comenzó la represión y los
fusilamientos de la desaparecida Sauceda. León Moriche apunta “que en esta zona
no subo guerra, ya que no había igualdad de fuerzas entre los dos bandos. Solo
mucha venganza e injusticia”. El teniente Robles ocuparía días antes de la
entrada a La Sauceda, la finca del Marrufo, con el fin de llevar allí a los
supervivientes del bombardeo. José Lobato es uno de aquellos niños que se
trasladó a este lugar y recuerda “la orden que dio a todos los vecinos para que
nos fuéramos al Marrufo y nos dijo que no lleváramos nada”. Lobato recuerda que
“hombres, mujeres y chiquillos andaban por allí sueltos. Los hombres dormían en
la calle y las mujeres y niños en la capilla con unas mantas e iban matando a
gente poco a poco”.
Fusiles al amanecer
El historiador Fernando Sígler habla de que el teniente franquista
elaboraba una lista con los fusilados cada noche. “Por la mañana los llamaba y
los llevaba hasta la capilla”. Allí cavarían con palas su propia fosa, aunque
“la matanza se realizaba a las claras del alba”, señala. Los del día siguiente
cubrían de tierra y piedras los cuerpos sabiendo que eran los próximos en la
lista.
Andrés Rebolledo, nieto de uno de los desaparecidos y presidente del Foro
por la Memoria del Campo de Gibraltar, califica de “horror” todos aquellos
episodios que vivieron los suyos. “Lo que allí se tuvo que vivir tuvo que ser
horroroso. No solo por temer por la propia vida, sino por los suyos, por los
que dejaban en esas condiciones a hijos, a mujeres, etc. No se puede entender
aquel odio, aquel enseñamiento brutal de unos seres humanos contra otros”.
El arqueólogo Jesús Román trabajó en la exhumación de la fosa donde se cree
que fusilaron a 600 personas. “Desde el primer momento encontramos claras
evidencias de una fuerte represión. Proyectiles, balas por todas partes y
alambre alrededor de los huesos que mostraban cómo habían sido amarrados unos a
otros como si se tratara de animales”. En aquel trabajo encontraron siete fosas
y 28 cuerpos de aquellas víctimas del odio. La fosa tres resultó para Román “la
más espeluznante por la colocación de los cuerpos. Seis de ellos están atados
de pies y manos con disparos transversales”.
Crímenes de lesa humanidad
76 años después la asociación de familiares presentó ante los juzgados una
denuncia por los hechos ocurridos, calificados como genocidio por “la falta
sistemática de los derechos humanos y la violación de libertades”, destaca la
abogada Rocío Mendoza. “Tenemos la esperanza de que en el Estado Español se
cumpla el derecho internacional para que se reconozca todo lo que ocurrió.
Además la desaparición de un poblado, un bombardeo indiscriminado a niños,
mujeres y hombres son crímenes de lesa humanidad y no prescriben”.
La reconstrucción del antiguo cementerio de La Sauceda fue el último paso
para rendir homenaje a aquellos hombres y mujeres que murieron en el Cortijo
del Marrufo. Lo llamaron el Panteón de la Dignidad y en él descansan hoy los 28
cuerpos exhumados de las víctimas de un pueblo desparecido por las bombas.
(Fuente: andaluces.es)
El olvido es el peor de los castigos.
El Marrufo(Valle de la Sauceda)
https://www.youtube.com/watch?v=LIQ0gdiFAK4
Video: La Sauceda, de la utopía al horror
"La Sauceda, de la utopía al
horror" es un documental producido por el Foro por la Memoria del Campo de
Gibraltar y la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo en
La Sauceda y el Marrufo. Dirigido por Juan Miguel León Moriche y realizado por
Antonio Bermejo Canua, el documental se rodó entre septiembre de 2012 y marzo
de 2013. En él se cuenta la historia de un valle de la sierra que se extiende
por el norte de las provincias de Cádiz y Málaga, último bastión republicano en
la zona cuando las tropas franquistas ya ocupaban todas las comarcas cercanas.
La Sauceda fue bombardeada y el poblado destruido para siempre por la aviación y cuatro columnas del ejército franquista. Los supervivientes fueron encerrados en el cortijo del Marrufo, en el término de Jerez de la Frontera, donde cada día eran fusiladas cinco o seis personas. Con los testimonios de los entrevistados se reconstruye todo lo sucedido en aquellos meses del verano del 36 al invierno del 37 y luego se narra la labor realizada por el foro y la asociación desde 2011 para localizar las fosas comunes donde en el verano de 2012 se exhumaron los cadáveres de 28 personas.
La Sauceda fue bombardeada y el poblado destruido para siempre por la aviación y cuatro columnas del ejército franquista. Los supervivientes fueron encerrados en el cortijo del Marrufo, en el término de Jerez de la Frontera, donde cada día eran fusiladas cinco o seis personas. Con los testimonios de los entrevistados se reconstruye todo lo sucedido en aquellos meses del verano del 36 al invierno del 37 y luego se narra la labor realizada por el foro y la asociación desde 2011 para localizar las fosas comunes donde en el verano de 2012 se exhumaron los cadáveres de 28 personas.
Putos fachas
ResponderEliminarQe NO ze orbíe la ihtoria.
ResponderEliminarLa ihtoria eh la zangre
der qe cae i der qe cige.
La bía eh una noria.
iena de zombrah i luceh.