Libertario nacido en Málaga y asesinado en Almeria abril de 1939.
Para hacer la descripción de este joven
anarquista, se necesitaría ser un poeta, ya que su vida fue un poema, cuyo
ritmo sólo la muerte pudo cortar.
Su niñez fue como la de todos los pobres
a los que le falta el brazo protector del padre, cuando los primeros capullos
de su existencia empiezan a abrirse entre los espinosos cardos de ésta
sociedad, que teme la luz cómo las aves nocturnas. ¿Su madre?, mujer de rojizos
ojos, como permanentes mariposas encendidas, en recuerdo del esposo
desaparecido. Mujer sin perspectivas, esclava de una sombra.
Poco aprendió del padre que se evaporaba
en su memoria entre las nubes del olvido; menos aun de la madre, que tapaba sus
sentimientos con el manto de una moral que, como fiera mimada, afila sus garras
para herir a los que pretenden elevar su velo de gasa fina y transparente, en
la que se ciñe revelándolo su desfigurado y prostituido cuerpo.
Arrojado desde muy niño al circo del
trabajo, sintió sobre sus frágiles espaldas los latigazos de esa casta, a la
que la " civilización " cambió el nombre de " negrero " por
el de " patrón ", y de este
primer contacto con la triste realidad de su vida entre los hombres, nace su espíritu
de espartaquista y el deseo de ser un David ágil e inteligente, predispuesto a
enfrentarse a ese Goliat, que haciendo doblar las rodillas a la humanidad, la
inclina en humillante reverencia, hasta hacer besar el suelo para que no vea el
rojo crepúsculo de su libertad.
Un día Santana oye a González Marín,
aquel doctor en la recitación, que supo
amamantar a los personajes nacidos en el
inmaculado lecho imaginativo de los poetas. Hablando, suspirando, sufriendo con
ellos como seres que buscaran refugio en su corazón y en sus labios, temerosos
de que las manos despiadadas del tiempo los sepultara en la lóbrega tumba del
olvido. Y aquel niño, alto de cuerpo y espíritu, ve en este arte del bálsamo
que puede dulcificar un poco el dolor de los oprimidos y se entrega a él con
pasión. Se emborracha de poesía haciendo una selección de aquellas que
abandonan las tortuosas espirales de un romanticismo engañoso para elegir la
línea directa que fustigue a los poderosos.
¡Sueña con ser el González Marín de la Libertad!
La tabla, la encuentra en el ateneo de
Divulgación Social que los anarquistas malagueños habían abierto en la Alameda
de Colón.
Sube a la tribuna y recita varias poesías,
pero se apercibe que él no ha nacido para convertirse en magnetófono que
exprese lo que otros han pensado; tiene ideas propias y quiere expresar sus
pensamientos, que van tomando cuerpo en
su mente.
El viejo Nogales, uno de los más
fervientes animadores de aquel centro cultural, ve en él una esperanza para el
movimiento obrero; un misionero de la verdad anarquista y así lo manifiesta
entre aquellas cabezas canas que a 33 años de distancia, aun me las represento
como infatigables jóvenes saltando ágilmente sobre un rosario de rocas de
dificultades para abrazar a su amada Libertad.
¡Oh dichosa juventud, la de aquellos
viejos titanes cuya sombra hace envejecer a ésta famélica juventud! ¡Oh
inolvidables viejos que supisteis romper la lanza de vuestra juventud para
hacer posible la juventud de nuestra vejez!
¡Oh magníficos oradores del bien, que elocuente es el silencio de vuestras
humildes tumbas!
Cristal trabajado con paciencia por el
diamante de una verdad indiscutible, ¡cómo resbala sobre tu superficie las
babas de la mentira estudiada! Vuestros
huesos blanqueados por los años han sabido impregnarse de los perfumes de las
victoriosas luchas, y también, de los fracasos de esta juventud de la que se
desprende el nauseabundo olor de las cámaras mortuorias y que para encontrar la
verdadera vida tendrá que buscarla en la paz imperturbable de los cementerios.
Santana ve pasar aquel desfile de
arrugados rostros; estudia en sus conductas el motivo de sus vidas ejemplares;
su hombría, sus luchas, y de aquel examen, nace una cuasi religiosa veneración.
Por aquellas encinas que había desafiado los huracanes de sus agitadas
existencias, porque sus raíces estaban clavadas en la fértil tierra del
anarquismo y regadas por la sangre generosa de sus mejores hijos.
Un día interviene en una asamblea del
Sindicato de la Construcción donde tan
inteligentes militantes del sindicato polemizaban. Lo hace con tal aplomo, con
tal seguridad, que parecía un profesor dirigiéndose a sus alumnos. Santana ha
desatado el lazo de su elocuencia, el
ramo de su sabiduría, y con él va haciendo un bordado de pensamientos de
vivo colorido que va extendiendo su perfume al salir por aquellos sonrientes
labios, de un David que ha saltado con decisión al campo de la acción,
blandiendo sobre sus oyentes la trenzada onda de la enseñanza.
A partir de éste momento, el anarquismo
cuenta con un propagandista más en la tribuna, con Federica, Ascaso, Domingo
Germinal, Vicente Ballester, Juan J. Domenech y otros de no menos valía
intelectual. Se dedica a sembrar ideas.
Siembra con paciencia y coraje, con ardor, se hace tan popular entre los
trabajadores, (que le quieren y le admiran) cómo entre la Iglesia y el Capital
que le odian y, vomitan sobre él todas las bilis de sus inflamados hígados.
Alto de espíritu y de cuerpo era nuestro
joven tremendo, en la tribuna se
agigantaba con sus profundos conocimientos de profesor que ha estudiado en la
prosa de la existencia, en la eterna lucha consigo mismo y en la de los demás. Su
fogosa rebeldía temperamental la precisión matemática de su mímica, sus medidos
gestos de artista consumado, sus brazos de gladiador desafiando valientemente a
poderosos enemigos, su bien timbrada voz de barítono, sus oportunas pausas, su simpatía
sonrisa de niño bueno.., todo en él, era tan natural y atrayente que hasta
bastaba anunciar que Santana iba a hablar para el local de la C.N.T. resultara
insuficiente para acoger al pueblo que acudía a oír su autorizada voz.
Era un viejo en conocimiento, sin perder
su virginidad de niño. Quienes compartimos con él la prisión durante el periodo
republicano, hemos conservado una serie de imborrables recuerdos que cantan su
sencillez y nobleza.
El 19 de julio del 36, junto con otros
jóvenes libertarios, entra en Radio Málaga. Su potente voz corre abrazada a las
ondas llevando el mensaje de la C.N.T. y
de la F.A.I. llamando al pueblo al combate contra el fascismo. Oyéndole había
que tener la sangre aguada para permanecer impasibles frente al receptor.
Después marcha al frente, pero su vocación no es la de soldado. Su labor no
está en empuñar el frío fusil, sino la ardiente pluma no inferior a su
oratoria. Nombrado Director de " FARO " hace un magnífico portavoz de
la C.N.T. y del anarquismo. Su formato, su colorido, la selección de sus
trabajos hizo de ésta hoja una escuela
ambulante de orientación revolucionaria en las manos de sus lectores.
Málaga se pierde para la causa de la Libertad. El triste peregrinaje de este pueblo vencido por la traición de tantos, va arrastrando su tristeza por el negro asfalto de la serpenteante carretera en busca de la hospitalidad de otros pueblos, por donde no hayan pasado los bárbaros de la cruz y la espada. Santana presencia a los niños, mujeres y ancianos que con los pies ensangrentados caminan por la carretera. Madres reflejando en sus pálidos rostros la angustia que les produce remover los cadáveres amontonados en las cunetas, entre los que esperan identificar al hijo desaparecido. Padres con voz ronca por el dolor y el cansancio, preguntando sin cesar a diestro y siniestro por sus familiares, dispersados por los bombardeos del Canarias y de la aviación alemana.
¡ Luto y dolor, lágrimas y sangre !. Ese
es el estandarte de aquella procesión, que busca la libertad y encuentra la
muerte. Mientras tanto, los tanques italianos siguen avanzando sobre una
alfombra de cadáveres, en el horizonte rojo y negro de las colinas cercanas, se
dibujan los blancos turbantes de las hordas moras, dando gracias a Mahoma por
el triunfo que han conseguido para el cristiano Franco.. Aquel calvario del
pueblo malagueño había de quedar fotografiado en su sensibilidad humanista, que
cuando cerraba los ojos se imaginaba aquel cuadro como si hubiera sido pintado
por Goya.
Llega a Almería extenuado, sucio y
hambriento, por cama el duro suelo de una secretaría de la F.L., pero esta
fatiga no dura nada más que un día. Se tenía que trabajar con más ahínco que
antes, aunque solo fuera para consolar tantos sufrimientos. Tan torpe me siento
hablando de él, que voluntariamente omito muchos episodios de su vida, temeroso
de que mi pluma desfigure la belleza de sus acciones.
El Comité Regional de Andalucía y
Extremadura, confía a su talento la dirección del periódico regional " NERVIO ", que al contacto con sus
manos y sus inagotables iniciativas, se hace tan interesante, que constituye el
alimento espiritual de los jóvenes y viejos anarquistas que combatían en los
frentes.
Al salir de un mitin en el que Santana
habló en nombre de la F.A.I., el viejo Manuel Pérez, maestro de maestros, dijo;
-De cuantos oradores he oído hablar de
la F.A.I., ninguno ha podido darle la elevación que le ha dado magistralmente
este joven orador.
Como orador y como escritor, fue un
verdadero vidente. Basta repasar sus trabajos de " RUTA ", cuando se celebró el
Pleno de Valencia, para darnos cuenta de que él empezó por donde nosotros hemos
terminado.
Los fusiles caen de las manos de los
combatientes. ¡Ha terminado la guerra !.
Esta voz se va mezclando con la angustia
de los antiguos milicianos. Santana no quiso o no pudo ganar el destierro, y
junto con el no menos querido Juan Lozano, intenta a través de las montañas
entrar en Málaga, donde espera encontrar amigos que le ayuden. A la altura de
Motril fueron sorprendidos por un grupo de falangistas armados. Ellos le hacen
frente con valor. Durante más de una hora vuelan sobre los tomillos y romeros
los ardientes moscardones de la muerte. La fatal ley del número vence una vez más
a la razón y el valor. La tierra de Granada, a la que intentó liberar en los
primeros días de la contienda, se empapa con las amapolas de sangre joven de
estos dos anarquistas.
¿Dónde reposan los restos de Santana? En
España, en su España. ¡Pero qué
importancia tiene eso!, su recuerdo vive. No han podido borrarlo sus enemigos,
ni por la calumnia ni por el silencio que después se hizo alrededor de su vida
y de su muerte. Y hoy, después de veinticinco años de " paz de los cementerios ",
Andalucía entera desde Jaén a Cádiz, desde Huelva a Málaga, sueña con oír la
voz potente del ANARQUISTA JUAN SANTANA CALERO,
lanzando su más profundo anatema contra la barbarie azul.
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